La alimentación del bebé durante el primer año de vida

La Organización Mundial de la Salud recomienda el inicio inmediato de la lactancia materna en la primera hora de vida

Durante el primer año de vida, una alimentación óptima juega un papel fundamental para fomentar un crecimiento y desarrollo saludables. Y es que, una adecuada nutrición no solo reduce la morbilidad y mortalidad, sino que minimiza el riesgo de padecer enfermedades crónicas en un futuro.

Por ello, la Organización Mundial de la Salud recomienda el inicio inmediato de la lactancia materna en la primera hora de vida; la lactancia materna en los primeros seis meses de vida; y la introducción de alimentos complementarios a partir de los seis meses, continuando con la lactancia materna hasta los dos años o más.

BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA

En la primera hora de vida, la lactancia materna reduce en casi 20% el riesgo de morir durante el primer mes. También, gracias a su contenido en inmunoglobulinas, protege contra la neumonía, la diarrea, las infecciones del oído y el asma, tal y como explica la Organización Panamericana de la Salud.

Asimismo, ayuda a prevenir el sobrepeso y obesidad, mejora la inteligencia, promueve el vínculo entre la madre y el bebé, protege a las madres contra el cáncer de ovario y mama y ayuda a espaciar los embarazos.

LA IMPORTANCIA DE INCLUIR OTROS ALIMENTOS

A partir de los seis meses es importante empezar a incluir otros alimentos en la alimentación del niño. Y es que, la Asociación Española de Pediatría señala que, aunque la leche materna es un alimento rico y completo, tiene poca cantidad de hierro y es a partir de los seis meses cuando los lactantes han consumido la reserva que se trajeron de la madre.

Destaca, a su vez, que es fundamental incorporar alimentos variados para asegurar que el niño ingiere todos los nutrientes necesarios para el organismo; y para acostumbrarle a nuevas formas de alimentarse.

En este sentido, conviene introducir uno o dos alimentos nuevos cada semana a partir de los seis meses. Se puede empezar con las frutas y verduras y continuar con la carne, los lácteos, el pescado y los huevos.