Cáncer de piel: ¿cómo prevenir su aparición?

Aunque existen distintos tipos de cáncer de piel, las medidas de prevención son las mismas para todos ellos

El mes de junio marca el inicio de la temporada de sol y, por ello, el día 13 de este mes se celebra el Día Europeo de la Prevención Contra el Cáncer de Piel. Se trata de uno de los tipos de cáncer más frecuentes en la sociedad, que afecta a 78.000 nuevas personas cada año en España, según los datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Además, su incidencia ha aumentado un 40% en las últimas décadas, por lo que la prevención y la detección precoz juegan un papel protagonista.

Existen distintos tipos de cáncer de piel en función de las células tumorales en las que se reproduzca el tumor. Los más comunes son el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular. También existe el cáncer de tipo melanoma, que es menos frecuente pero el que más riesgo y letalidad presenta. Sin ir más lejos, el melanoma causó 1.025 muertes en España en 2023, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). En cualquier caso, las medidas de prevención son las mismas para todos los tipos de cáncer cutáneo.

La exposición al sol es el factor de riesgo fundamental en la aparición de cáncer de piel. Por lo tanto, los métodos de prevención van enfocados hacia la protección contra los rayos solares. La radiación ultravioleta (UV) es capaz de modificar el material genético de las células de la piel. Evitar la exposición solar descontrolada, ya sea directamente desde el sol o desde las cabinas de bronceado, es una de las medidas más importantes para cuidar la salud de la piel.

Hay que tener en cuenta la potencia de los rayos del sol. Estos son más intensos en los meses de verano y primavera, en la franja horaria comprendida entre las 10:00 y las 17:00h del día y en las zonas de mayor altitud o con superficies reflectantes, como el agua o la nieve. Por lo tanto, es importante resguardarse del sol cuando se presenten estas condiciones y protegerse de la forma adecuada.

Para prevenir la aparición del cáncer de piel, también es imprescindible utilizar protección solar con factor de protección elevado en todo el cuerpo. Pero esta medida no debe aplicarse únicamente en los meses de mayor potencia solar, sino durante todo el año. Cabe recordar que conviene reaplicar las cremas solares según las instrucciones del fabricante, generalmente cada dos horas o después de la transpiración de la piel.

Al uso de fotoprotección hay que sumarle la búsqueda de la sombra en los meses más cálidos y la utilización de ropa que cubra la piel. Aquí pueden incluirse sombreros, gafas de sol y prendas holgadas, de color claro. No obstante, también es importante cuidar el tejido cutáneo desde dentro, proporcionándole una buena hidratación a través del consumo de agua y de antioxidantes con las frutas y las verduras.

Aquellas personas con fototipos de piel claros deben esforzarse más en adoptar estas medidas, ya que son más vulnerables. Además, otro de los factores de riesgo en el desarrollo de cáncer de piel es la predisposición genética. Los pacientes con antecedentes familiares deben comunicárselo a su médico para permanecer alerta. En cualquier caso, la recomendación de los expertos pasa por acudir al dermatólogo una vez al año, de tal manera que pueda revisar las marcas y lunares del cuerpo, chequear su evolución y controlar las nuevas que vayan apareciendo.

Cuidado con las quemaduras solares: ¿Qué hacer y qué no?

No se debe tomar el sol en los tramos horarios de mayor incidencia, es decir, entre las 12 y 17 horas, y es primordial utilizar siempre un factor de protección solar al menos de 30

El verano es una estación maravillosa porque podemos disfrutar de la playa, el sol, las terracitas, los amigos… Sin embargo, se puede convertir en una odisea si no hacemos uso del producto más importante en estas fechas: el protector solar.

Y es que, a pesar de toda la información que existe sobre la importancia de proteger nuestra piel de los rayos ultravioleta, todavía hay mucha gente que olvida realizar este paso tan importante antes de tomar el sol. ¿La consecuencia? Terribles quemaduras solares por todo el cuerpo.

La Academia Española de de Dermatología y Venereología (AEDV) señala que no se debe tomar el sol en los tramos horarios de mayor incidencia, es decir, entre las 12 y 17 horas, y es primordial utilizar siempre un factor de protección solar mínimo del 30.

Según la AEDV, las quemaduras solares se producen por la exposición excesiva de la piel a los rayos UVB (280 a 320 nm). Se producen signos y síntomas en 1 a 24 horas, que, salvo en los casos graves, alcanzan su pico máximo a las 72 horas.

Los cambios cutáneos van desde un eritema  leve con descamación evanescente a dolor, tumefacción, dolor en la piel y ampollas.

En cuanto a los síntomas de una quemadura, estos incluyen piel roja y sensible que está caliente al tacto, ampollas que aparecen de horas a días después, reacciones graves (algunas veces llamadas alergia solar), incluyendo fiebre, escalofríos, náuseas o erupción cutánea, así como peladura de la piel en áreas quemadas por el sol varios días después de la quemadura solar.

Por su lado, las complicaciones tardías más frecuentes son la infección secundaria, la pigmentación parcheada y erupciones de tipo miliaria. La piel exfoliada puede mostrar una especial sensibilidad al sol durante uno o varios años. 

La Fundación de Cáncer de Piel advierte de que una ampolla ocasionada por una quemadura aumenta doblemente el riesgo y las posibilidades de desarrollar melanoma. Una persona también duplica el riesgo de melanoma si ha tenido cinco o más quemaduras durante su vida.

“Tanto la quemadura solar como el bronceado inducen lesiones al ADN, que puede facilitar el camino al desarrollo del  cáncer de piel”, indican.

¿QUÉ DEBEMOS HACER Y QUÉ NO ANTE UNA QUEMADURA?

Una de las primeras cosas que hay que hacer cuando nos quemamos es intentar bajar la temperatura de la piel, ya sea mediante una ducha fría o aplicando compresas húmedas.

Por otro lado, es aconsejable hidratar la piel con productos nutritivos y regeneradores, como el aftersun. El aloe vera, por ejemplo, tiene un efecto antiinflamatorio y cualidades analgésicas.

Las cremas con vitamina C y E y de cortisona también pueden ayudar a reducir la inflamación.

De igual forma, es recomendable usar ropa holgada y de algodón y, dado que el organismo pierde muchos líquidos cuando nos quemamos, es recomendable aumentar la ingesta de agua.

Por el contrario, los expertos recomiendan evitar el uso de sustancias como la benzocaína, la lidocaína, la vaselina o el alcohol, así como productos en forma de aceite que pueden bloquear los poros y acabar causando una infección. No es aconsejable tocar las ampollas ni rascarse aunque sintamos picor. Volver a exponer la zona afectada al sol podría empeorar la quemadura.

No obstante, ante quemaduras más serias, cuando aparecen ampollas y siempre que haya fiebre, mucho dolor en las quemaduras, escalofríos o signos de infección, es imprescindible consultar al médico o al dermatólogo para tratarla de la forma más adecuada.

Protege tu piel en verano: ¿cómo y cuándo hay que aplicar el protector solar?

La exposición a los rayos ultravioleta puede causar efectos negativos en nuestra salud

Ya ha comenzado julio, mes en el que se abren las piscinas y comienzan las exposiciones directas al sol.

Durante la época estival, la superficie de nuestro cuerpo expuesta a los rayos solares es mayor y debemos protegernos de las radiaciones ultravioleta.

Todos sabemos que el sol tiene efectos positivos sobre nuestro estado de ánimo y que estimula la producción de vitamina D. En este caso se debe exponerse al sol en las primeras horas de la mañana, y sin protector solar durante más o menos media hora. No hacerlo de esta forma puede dar lugar a graves problemas de salud como el cáncer de piel.  Por lo que la Academia Española de de Dermatología y Venereología (AEDV) señala que no se debe tomar el sol en los tramos horarios de mayor incidencia, es decir, entre las 12 y 17 horas, y es primordial utilizar siempre un factor de protección solar mínimo del 30.

Además de fotoprotectores químicos, también es necesario recurrir a fotoprotectores físicos como gafas solares, gorras o sombreros. Y, si se va a disfrutar de una jornada de playa, siempre se debe disponer de sombrilla.

En las zonas sensibles, como puede ser la cara o cicatrices de más de seis meses (ya que las previas es mejor no exponerlas al sol) el factor de protección debe ser más alto del 30.

Y si la protección es muy importante a todas las edades, lo es más en la infancia. Los niños se consideran más susceptibles a los efectos nocivos de las radiaciones ultravioletas que los adultos. Los episodios de quemaduras durante la infancia y adolescencia han sido propuestos como un factor de riesgo independiente para el desarrollo de melanoma en la vida adulta.

Pero, ¿cómo debemos proteger nuestra piel? ¿Cuántas veces hay que aplicar el protector en la piel? ¿Cuánto tiempo antes de la exposición solar?

A nivel general, los expertos aconsejan aplicar el protector o la crema solar, al menos, media hora antes de tomar el sol. 

Sin embargo, la Fundación Piel Sana subraya que no es necesario esperar 30 minutos desde que se aplica el protector hasta la exposición solar.

De hecho, un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Fotobiología y Dermatología de la Universidad de Málaga (UMA) ha comprobado que cinco minutos son suficientes para que el protector tenga eficacia. El estudio evidenció que la absorción de la radiación ultravioleta de la crema protectora fue efectiva desde que se aplicó, aunque se estabilizó a partir del minuto 10.

En cualquier caso, las recomendaciones generales establecen que se debe aplicar un fotoprotector solar adecuado, en función de cada tipo de piel y zona del cuerpo, media hora antes de la exposición solar, siempre con la piel limpia y seca.

Y si no quieres estar contando los minutos o pierdes la noción del tiempo, vigila las señales de tu piel y cuando notes que no se ve o se siente casi el fotoprotector, aplícalo nuevamente. Y si tu piel comienza a enrojecerse, aplícalo una vez más.

Divertirse bajo el sol y entre las olas o una buena piscina no significa sacrificar la salud de tu piel. Por ello, mantenerla protegida debe ser primordial, así que nunca olvides llevar tu protector solar contigo y aplicarlo con frecuencia.

Cáncer de piel: todo lo que necesitas saber

El cáncer de piel se produce por el crecimiento anormal y descontrolado de las células cutáneas

Cada año se diagnostican en todo el mundo cerca de 3.000.000 de casos de cáncer de piel no melanoma y 132.000 casos de melanoma. Concretamente, se estima que en España se diagnosticaron más de 21.000 personas con cáncer de piel no melanoma en el año 2018.

Según la Asociación Española Contra el Cáncer, el cáncer de piel se produce por el crecimiento anormal y descontrolado de las células cutáneas, alteradas por la acción de la radiación ultravioleta (UV).

Cualquier persona puede experimentar cáncer de piel, pero es más frecuente en aquellas con piel clara, cabello rubio o pelirrojo y ojos azules o verdes. La principal causa de su aparición es una exposición inadecuada y excesiva al sol o a otras fuentes artificiales de radiación UV.

TIPOS DE CÁNCER DE PIEL

Hay varios tipos de cáncer que se originan en la piel, pero el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas son los más frecuentes. El primero se produce por el crecimiento de las células basales situadas en la capa más profunda de la epidermis, mientras que el segundo se produce por el crecimiento anómalo de las células escamosas.

Por otro lado, el melanoma, aunque no es tan frecuente como los anteriores, es mucho más agresivo y puede propagarse a otras partes del cuerpo, tal y como señalan desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

SÍNTOMAS

Un cambio en la piel es el síntoma más característico de este tipo de cáncer. Por lo general, se manifiesta en las zonas más expuestas a los rayos solares: cuero cabelludo, cara, orejas, manos, brazos y piernas.

En el caso del carcinoma de células basales, Clínica Mayo detalla que estos cambios pueden aparecer como: un bulto perlado, una lesión plana o una úlcera con costras que se cura, pero tiende a regresar; el carcinoma de células escamosas se presenta en forma de heridas con costra y bordes que sangran; y el melanoma se indica mediante lunares o manchas que tienen forma irregular, lunares que cambian de color o tamaño, y lesiones que pican o arden.

DIAGNÓSTICO

Para diagnosticar el cáncer de piel, el médico puede hacer, en primer lugar, una exploración de la piel para observar los cambios experimentados en ella. No obstante, para confirmar el diagnóstico puede ser necesario recurrir a una biopsia, una técnica donde se extrae la parte de piel sospechosa para realizar un análisis más exhaustivo

¿Por qué es importante protegerse del sol?

Una protección inadecuada puede provocar quemaduras, insolaciones, manchas y arrugas e, incluso, cáncer de piel

El verano es la estación del año en la que estamos más expuesto a los rayos solares. Aunque el sol es muy beneficioso para la salud, ya que favorece el crecimiento de unos huesos sanos y fuertes gracias a su aporte de vitamina D, y mejora el estado de ánimo, también puede conllevar consecuencias negativas si no nos protegemos de manera adecuada frente a él.

Por ejemplo, una protección inadecuada puede provocar quemaduras, insolaciones, manchas y arrugas e, incluso, algo más grave como es el cáncer de piel, una enfermedad que puede pasar inadvertida si no prestamos atención a sus síntomas.

Para que esto no ocurra, es importante tomar algunas medidas de precaución. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria aconseja no abusar del sol y evitarlo en los tramos de mayor incidencia, es decir, entre las 12:00 y las 16:00 horas.

Asimismo, es de vital importancia aplicarse protector solar, con un factor de protección solar mínimo del 30, y hacerlo en cantidades generosas para que cubra todas las partes del cuerpo. También es necesario aplicarlo 30 minutos antes de salir de casa y renovarlo cada dos o tres horas, sobre todo después de bañarse.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud subraya que, además de utilizar protector solar, es recomendable hacer uso de sombreros de ala ancha que protejan bien los ojos, las orejas, la cara y la parte posterior del cuello.

De igual forma, las gafas de sol también son unas excelentes aliadas para proteger los ojos de los rayos UVA y UVB y evitar, así, posibles daños oculares producidos por la radicación solar.

Otro aspecto a tener en cuenta, según la Academia Española de Dermatología y Venereología, es que en los días nublados los rayos solares también se filtran también a través de las nubes, por lo que debemos protegernos igualmente, aunque tengamos la sensación de que no nos vamos a quemar.

En cuanto a los niños, ya que estos suelen ser más vulnerables al sol y se queman con mayor facilidad, debe extremarse la precaución aún más que en adultos. Por ello, además de aplicarles protección solar, deben utilizar sombreros o gorras y usar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo.

En el caso de los niños menores de seis meses, no deben exponerse al sol bajo ningún concepto, ni siquiera con protección solar.

¿Cuánto sol es saludable para la piel?

Tomar el sol puede ser beneficioso para la salud, pero siempre con moderación y cabeza.

Durante el verano la superficie de nuestro cuerpo está  más expuesta a los rayos del sol, por lo que debemos protegernos de las radiaciones ultravioleta.

Con motivo del Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel (13 junio), recordamos las recomendaciones básicas para aprovechar los beneficios del sol sin perjudicar nuestra salud.

De acuerdo con la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), se estima que 20 minutos es el tiempo medio de exposición al sol, en que una persona con una piel de color intermedia (fototipo III, lo más común en nuestro país) puede sufrir una quemadura solar.

Beneficios del sol

Según los expertos, “un poco de sol siempre es bueno, pero con moderación”. Exponerse durante 5 minutos a la semana es esencial para desencadenar una serie de procesos biológicos y bioquímicos esenciales para el organismo.

  1. Salud ósea: estimula la fabricación de vitamina D, posibilitando la absorción del calcio de los alimentos, con lo que se logra una normal formación de los huesos.
  2. Fortalece las defensas: refuerza y regula el sistema inmunológico, y nos previene de enfermedades.
  3. Regula el estado anímico: la exposición moderada al sol produce una sensación de sosiego y bienestar, además de una acción estimulante.
  4. Mejora el sueño: equilibra las hormonas que se encargan de conciliar el sueño.
  5. Favorece el reuma: ayuda a tratar enfermedades reumáticas.
  6. Ayuda al acné: el sol tiene un efecto antiinflamatorio sobre algunas enfermedades cutáneas, como la psoriasis, eczemas y el acné.

Riesgos del sol

Acumulación:  poco sol todos los días es tan acumulable como mucho sol de vez en cuando. Así, los rubios de piel muy clara pueden desarrollan rápido cáncer de piel, no porque el sol sea fuerte, sino porque han estado expuesto a una radiación solar antes.

Hábitos: ponerse protección solar no es suficiente. Es importante ponerse sombrero, camiseta y evitar el sol de mediodía o no pasear en bicicleta en las horas de más sol.

Melanoma: en los últimos diez años el aumento del melanoma ha sido del 10% anual, siendo todavía mayor en carcinomas (tumores malignos). Hace 20 años, una persona en la playa se quemaba en 6-8 horas de exposición, pero hoy lo hace en sólo 1-2 horas.

Precauciones para tomar el sol

Los dermatólogos aconsejan una serie de medidas para relacionarnos con el sol de forma saludable:

  1. Usa crema fotoprotectora: emplea un cosmético para resguardarla, también los días nublados o si tienes la piel morena, ya que esto no impide que las reacciones de los rayos UVA pueden producir fotoenvejecimiento, arrugas, manchas e, incluso, cáncer.
  2. Elige un FPS alto: asegúrate de que tu protector solar tenga un factor de protección solar o SPF (por sus siglas en inglés) por lo menos de 30.
  3. Conoce tu tipo de piel: la respuesta de la piel ante la exposición solar no es uniforme en todas las personas, por eso se clasifican en 6 fototipos:
FototipoEfectosCabello/ojosNº FPS
ISe quema siempre y nunca se broncea.Ojos y pelo claros. Piel muy blanca.Protección Ultra 50.
IISe quema casi siempre y, a veces, se broncea.Ojos azules, verdes o grises. Pelo rubio o pelirrojo, piel blanca.Protección Ultra 50.
IIIA veces se quema y, normalmente, se broncea.Cabello castaño, piel clara o ligeramente oliva.Protección mínima de 30.
IVSe broncea con facilidad y rara vez se quema.Ojos y pelo oscuro. Piel un poco tostada.Protección moderada.
VSe broncea con mucha facilidad y es difícil que se queme.Piel oscura. Cabello oscuro o negro, y ojos marrones o negros.Protección normal-baja.
VISe broncea con mucha facilidad y es muy difícil que se queme.Piel oscura o negra. Ojos y cabello negros.Protección baja.

 

  1. Evita las horas de más sol: controla o evita la exposición al sol en las horas centrales del día y de mayor intensidad, es decir, entre las 12h y las 17h.
  2. Revisa las manchas: examina tus manchas y lunares, si han cambiado de tamaño, forma o color, o si han aparecido más lunares cerca. Si tienes dudas, consulta a un dermatólogo.
Tomar el sol con sentido común, evitando las quemaduras y las exposiciones solares excesivas y crónicas es la mejor manera de beneficiarse de él.

8 Pautas para tomar el sol con seguridad

Te explicamos los puntos clave para cuidar tu piel en verano

El sol puede ser un arma de doble filo. Nos brinda numerosos beneficios para el organismo, sin unos cuidados básicos, puede perjudicar nuestra salud. Ser conscientes del peligro que entraña es la clave para aprender a disfrutar de él de una manera sana.

Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), en España se diagnostican unos 150.000 casos de cáncer de piel anualmente, una cifra que aumenta cada año. Por ello, merece la pena aprovechar esta jornada para concienciar de los riesgos de esta enfermedad  y recordar algunos consejos para disfrutar del sol de forma saludable y sin riegos.

Rutina para proteger la piel

  1. Utiliza crema fotoprotectora: el factor de protección solar (FPS) hace referencia al tiempo en que la piel puede tardar en irritarse. Es decir, con el factor 15 estás protegido unos 20 minutos; pasado este tiempo la piel puede enrojecerse. Ten en cuenta que, cuanto más blanca sea tu piel, más propenso eres a quemarte.
  2. Protégete con antelación: ponte la crema solar 15 minutos antes de salir de casa. La idea es que se aplique tranquilamente y se extienda por todo el cuerpo, sin olvidar cuello, cara, orejas, manos, hombros, empeines o párpados, y con suficiente tiempo para que se absorba y comience a actuar.
  3. 3. Ponte crema con frecuencia: repite la aplicación de protector solar cada dos horas, tras un baño o después de haber hecho ejercicio. Recuerda que los rayos atraviesan el agua y el reflejo también puede darte en la cara.
  4. Evita las horas de más sol: es importante controlar y/o evitar la exposición al sol en las horas centrales del día y de mayor intensidad, es decir, entre las 12h y las 4h de la tarde.
  5. Cuida los labios: recuerda aplicarte un labial con factor de protección solar de, mínimo, 10. El sol puede secar los labios, sobre todo, si la humedad es baja y respiras por la boca. El agua que bebes hidrata tu organismo, pero los labios necesitan estar humedecidos con un bálsamo.
  6. Presta atención a los ojos: aunque te protejas la piel del rostro, es recomendable usar una gorra y unas buenas gafas de sol, para que los rayos no hagan daño a tus córneas y no te deslumbren.
  7. Utiliza ropa transpirable: intenta llevar colores claros que no absorban tanto calor. Si vas a hacer ejercicio, ponte ropa transpirable, de esta manera, el sudor no se quedará pegado a tu piel.
  8. Revisa tus lunares: examina tus manchas y pecas, observa si han cambiado de tamaño, forma o color, si ha habido cambios en la pigmentación de la piel o si han aparecido más lunares cerca. Consulta a tu dermatólogo todas las dudas.

Como ves, no se trata de esconderse del sol, sino de adquirir unos hábitos saludables que nos eviten daños permanentes.