¿Cómo afecta el sedentarismo a la salud?

A nivel mundial, casi el 30% de los adultos y el 80% de los adolescentes no cumplen con las recomendaciones generales sobre actividad física

El sedentarismo es un estilo de vida carente de movimiento o actividad física. A nivel mundial, casi el 30% de los adultos y el 80% de los adolescentes no cumplen con las recomendaciones generales sobre actividad física.

En este sentido, según la Organización Mundial de la Salud, los niños y adolescentes deben realizar, al menos, una media de 60 minutos de actividad física diaria; y los adultos, al igual que los ancianos, entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75-150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa a la semana.

Y es que, el sedentarismo puede tener consecuencias nefastas para la salud: incrementa el riesgo de padecer cardiopatías, cáncer y diabetes tipo 2. También, favorece el sobrepeso u obesidad, la hipertensión y el colesterol.

Por otro lado, la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness destaca que el sedentarismo afecta de forma muy negativa en las mujeres, que pueden ver incrementados los efectos de la menopausia. Asimismo, las personas que no practican ejercicio pueden sufrir mayores niveles de estrés y ansiedad.

Por el contrario, llevar una vida activa no solo puede prevenir las cardiopatías, la diabetes tipo 2 y el cáncer, sino que también mejora la concentración y el aprendizaje y reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad.

¿CÓMO COMBATIR EL SEDENTARISMO?

Tal y como detalla la Fundación Española del Corazón, el sedentarismo se combate con actividad física, por lo que es necesario modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos de forma que se incremente el nivel de actividad física y deporte.

Para ello, la Organización Mundial de la Salud recomienda integrar la actividad física en el trabajo, las actividades deportivas y recreativas o los desplazamientos (ir andando o en bici), así como en las tareas cotidianas y domésticas (subir las escaleras en lugar de coger el ascensor, ponerse de pie para hablar por teléfono, hacer movimientos mientras se ve la televisión).

De este modo, con pequeños cambios en los hábitos diarios y si todas las personas se mantuvieran más activas, según la Organización Mundial de la Salud, cada año podrían evitarse entre cuatro y cinco millones de fallecimientos.

Razones para dejar de fumar

Quizás ya conoces las desventajas del tabaco, pero nunca no está de más recordarlas.

El tabaco es una de las mayores amenazas para la salud de la población en todo el mundo. Mata a más de 7 millones de personas al año (la mitad de sus consumidores), de las cuales más de 6 millones son fumadores directos y alrededor de 890 000 son fumadores pasivos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, pocos son los que comprenden los riesgos específicos para la salud que entraña el tabaco. No obstante, la mayoría de los fumadores que conocen los peligros del tabaco desean dejarlo, algo que no siempre es fácil. El asesoramiento y la medicación son clave para que un fumador que desea romper esta relación tóxica lo logre.

Aunque la ley antitabaco haya ayudado a que cada vez sean menos los que enferman por fumar, España es el noveno país de la Europa de los 28 con mayor porcentaje de fumadores: 29% frente al 26% de la media europea.

Una de las herramientas que puede ayudar a quienes están intentando dejar este hábito tan dañino es contar con información acerca de cómo puede afectarles a su futuro, según la Fundación del Corazón. Los fumadores viven de media 10 años menos y al menos la mitad de ellos seguramente fallecerán por causas relacionadas con el tabaco.

¿Por qué abandonar el tabaco?

Las datos científicos demuestran que los fumadores tienen más posibilidades de sufrir las siguientes enfermedades que, además, empeorarán significativamente su calidad de vida:

1 – Cáncer de pulmón: el riesgo de que un fumador sufra cáncer de pulmón es 20 veces mayor en comparación a personas que no fuman ni se exponen al tabaco. De hecho, es la primera causa de muerte por cáncer en el mundo en hombres y está creciendo mucho entre las mujeres.

2- Tumores en boca, laringe y esófago:  ocho de cada diez de estos tumores guardan relación con el tabaquismo, por los carcinógenos del tabaco y el daño celular que produce su combustión.

3- Cánceres del tracto urinario: los casos de cáncer de vejiga y uréter son entre dos y cinco veces más comunes entre los fumadores, pues las sustancias nocivas del tabaco tienen que ser expulsadas por ese canal, creando una acumulación nociva de toxinas. Igualmente, la incidencia de otros tipos de cáncer (páncreas, hígado, colorrectal, mama) también es mucho mayor.

4 – Ictus e infarto de miocardio: el tabaco favorece la aparición de fenómenos trombóticos (se forman coágulos de sangre en vasos sanguíneos o en el corazón), reduce el colesterol bueno (HDL) y aumenta los niveles de colesterol malo. Eso hace que el riesgo de sufrir un ictus o un infarto de miocardio sea de dos a tres veces superior en fumadores.

5- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC): incluso en fumadores pasivos, el tabaco es el principal factor causal de la EPOC. Fumar ocasiona una lesión inflamatoria sobre las vías respiratorias que causa su deterioro y que acaba derivando en bronquitis crónica o enfisema pulmonar (se dilatan los alveolos o se destruyen sus paredes). Además, aparecen otros síntomas respiratorios como tos y mucosidad, que les hacen más vulnerables a sufrir resfriados y gripes.

6- Percibir menos oxigeno: fumando se pierde oxígeno en la sangre. El monóxido de carbono que se produce con cada cigarrillo se une a la hemoglobina que lleva el oxígeno y modifica el intercambio de gases a nivel alveolar, de modo que los músculos y células reciben menos oxígeno. Por eso, el deporte y el tabaco son incompatibles.

Por contra, empezar una nueva etapa más saludable, alejada del tabaco, puede reportarnos infinidad de beneficios para nuestro bienestar. En pocos meses notaremos cómo mejora la respiración, nos sentiremos menos cansados y con más energía, y recuperaremos el sentido del gusto y del olfato.

Si eres fumador y estás decidido a dejar el tabaco puedes acudir a tu médico de cabecera para que te ayude a conseguirlo.