¿Cómo prevenir un golpe de calor? Sigue estos 10 consejos útiles

Los golpes de calor se consideran una emergencia médica y pueden tener consecuencias fatales si no se atienden a tiempo

El verano siempre ha sido la época de más calor de todo el año. Con el cambio climático, además, se están produciendo nuevos récords de temperatura. Sobrellevar los días calurosos puede ser complicado, especialmente para las personas que se vean obligadas a desarrollar actividades en el exterior o para la población de riesgo. En 2023 se produjeron 123 muertes por golpe de calor y 232 por deshidratación, según los datos del INE. Por lo tanto, es importante aprender a prevenir los golpes de calor con unos cuantos consejos, ya que

¿QUÉ ES UN GOLPE DE CALOR?

Un golpe de calor, también conocido como hipertermia, se produce cuando la temperatura corporal aumenta considerablemente debido a la exposición a las altas temperaturas o al esfuerzo físico en ambientes calurosos. Generalmente aparece cuando el cuerpo supera los 40°C durante un tiempo prolongado y está considerado una emergencia médica. Para reconocerlo, conviene prestar atención a los siguientes síntomas:

  • Temperatura corporal extremadamente alta, en torno a los 39 – 40°C.
  • Piel caliente y enrojecida, que puede estar seca o con sudoración profusa.
  • Alteraciones neurológicas como confusión, desorientación, convulsiones o pérdida del conocimiento.
  • Frecuencia cardíaca rápida y fuerte.
  • Náuseas y vómitos.

Previamente a esta situación, aparece el agotamiento por calor, una situación en la que la pérdida de agua y electrolitos provocan deshidratación, calambres, insolación, sudoración, mareo, cansancio, ritmo cardíaco débil pero acelerado, presión arterial baja y calambres musculares. En cualquier caso, una exposición a temperaturas elevadas puede generar una respuesta insuficiente del sistema termorregulador del cuerpo humano.

CONSEJOS PARA PREVENIR EL GOLPE DE CALOR

Gracias a la identificación temprana de los síntomas, es posible actuar con rapidez para mejorar el pronóstico del paciente. Sin embargo, lo ideal es no llegar a esta situación y protegerse con medidas preventivas, especialmente entre los meses de junio y septiembre. Como cada verano, el Ministerio de Sanidad activa un Plan Nacional para promover medidas de prevención contra las altas temperaturas. En él se incluyen las siguientes disposiciones:

  1. Mantener una buena hidratación: beber suficiente agua es crucial para regular la temperatura corporal. Durante los días calurosos, se recomienda aumentar la ingesta de líquidos, incluso ante la ausencia de sed. También es importante evitar las bebidas alcohólicas o con cafeína, ya que contribuyen a la deshidratación.
  2. Ropa adecuada: utilizar ropa ligera de colores claros y fabricada con materiales transpirables como el algodón ayuda a mantener una mejor temperatura corporal. Además, es importante cubrir las áreas del cuerpo que queden expuestas al sol, para evitar el daño solar en la piel.
  3. Actividades físicas en los momentos de menos calor: estar en verano no implica renunciar a la práctica de ejercicio al aire libre. Sin embargo, será necesario aplazarlo a las primeras horas de la mañana o al atardecer, cuando las temperaturas son más frescas. Es fundamental mantener la hidratación antes, durante y después del entrenamiento.
  4. Comidas ligeras: las verduras y las frutas están repletas de antioxidantes, vitaminas y minerales esenciales para reponer las sales perdidas a través del sudor. Por este motivo, conviene priorizar las ensaladas y los zumos en las comidas.
  5. Medicinas guardadas en lugares frescos: para evitar que los componentes de los fármacos puedan alterarse o perder eficacia, es importante conservarlos lejos de los ambientes cálidos.
  6. Refúgiate a la sombra o en lugares frescos: durante los días extremadamente calurosos, lo ideal es permanecer en espacios interiores con aire acondicionado o ventiladores. Si no fuera posible acceder a estos, buscar la sombra es la mejor opción, especialmente durante las horas centrales del día.
  7. Especial atención a la población de riesgo: las personas mayores, los niños y bebés, las mujeres lactantes y gestantes y las personas con determinadas enfermedades son más vulnerables a los cambios de temperatura, así que conviene extremar su vigilancia. Los pacientes con problemas cardíacos, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, la demencia y otras enfermedades mentales se consideran población de riesgo.
  8. No dejar personas en vehículos cerrados y estacionados: los vehículos cerrados y estacionados al sol pueden llegar a alcanzar los 70ºC, una temperatura extremadamente elevada.  Es muy importante tener en cuenta esta medida para evitar consecuencias fatales.
  9. Prestar atención a la información institucional: los distintos gobiernos e instituciones informan a la ciudadanía de las olas de calor para que refuercen sus precauciones, trasladando también recomendaciones de seguridad.
  10. Acudir al médico ante la presencia de síntomas: al conocer cuáles son las manifestaciones de un golpe de calor, es más fácil estar alerta ante su posible aparición. En cualquier caso, se recomienda acudir al médico cuando los síntomas se prolonguen más de una hora.

Hongos en los pies: así debemos prevenirlos y tratarlos

La picazón en la piel, el mal olor o la descamación son algunos de los síntomas más comunes

Los meses de verano son una de las épocas del año que más afecta a la salud de nuestros pies, ya no sólo porque nos pasamos al calzado plano y abierto, sino porque el agua de las piscinas y del mar los deja más expuestos a la sequedad y al riesgo de sufrir infecciones. En estos lugares coincidimos con mucha gente y el agua estancada en combinación con las altas temperaturas son el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de microorganismos.

Precisamente por estos motivos, los hongos en los pies son una de las infecciones más comunes y contagiosas en verano, pues caminamos descalzos por superficies contaminadas tales como el suelo de las piscinas, gimnasios o duchas públicas. La zona que resulta más afectada es entre los dedos de los pies, aunque también pueden dañarse las uñas y otras áreas.

¿Cómo saber si tengo hongos en los pies?

Para reconocer si estamos ante un caso de hongos en los pies, debemos atender a los siguientes síntomas:

  • Picazón y ardor en la piel.
  • Descamación, especialmente entre los dedos.
  • Enrojecimiento e inflamación.
  • Aparición de ampollas y grietas.
  • Mal olor en los pies.
  • Cambios en la apariencia de las uñas, como engrosamiento, decoloración hacia tonos amarillos o fragilidad.

Si sospechas de que tienes hongos en los pies ahora que sabemos qué problemas nos ocasionan, debes seguir unos pasos concretos para poder eliminarlos. De hecho, si no actuamos a la mayor brevedad posible, los síntomas pueden empeorar, ya que no desaparecen por sí solos.

Así que para deshacernos de estos microorganismos, el primero de los pasos será mantener una buena higiene en los pies, evitando la humedad y el sudor y secándolos adecuadamente. También debemos hidratarlos para que no se formen grietas que faciliten las infecciones, utilizando cremas con fórmulas regeneradoras a diario. El calzado abierto y transpirable serán nuestro mejor aliado para prevenir el sudor.

Los tratamientos pasan por ir al podólogo para que desinfecte y cure los pies y por la aplicación de cremas de uso tópico, lociones o polvos para aplicar directamente sobre la piel afectada. En los casos más graves, el médico puede llegar a recetar medicamentos orales antifúngicos que combatan la infección.

Prevenir la aparición de hongos en los pies

Para no contagiarnos, el paso más importante es utilizar calzado en superficies que pueden estar contaminadas, como por ejemplo, llevar chanclas hasta la entrada de la piscina. Pero también mantener una buena higiene y desinfección, tanto de los pies como de los zapatos que estemos usando. Para ello, además de tu rutina de limpieza e hidratación, puedes incluir la aplicación de aerosoles o polvos antimicóticos.

Mantener los pies secos será fundamental para que no proliferen los hongos e infecciones, así que procura secarlos bien cuando notes humedad. Usa calzado abierto o transpirable durante estos meses, evitando los zapatos fabricados con material sintético. Y, cómo no, realiza una visita rutinaria al podólogo para que evalúe la salud de tus pies.

Guía práctica para cuidar tu rostro de los rayos del sol

El rostro es la parte del cuerpo que más se expone a los rayos ultravioletas

La piel es el órgano más grande del cuerpo. Las manos y el rostro son las partes del cuerpo que más se exponen al sol y por lo tanto, las que más peligro tienen a las altas temperaturas. Es más, según informan desde Quirónsalud, el verano supone fuertes problemas en la piel cuando no se tienen precauciones correctas.

En general, en el ámbito de la protección y cuidado de la piel, el ya inminente verano, presenta unas características muy especiales. Por un lado debemos de tomar las precauciones tradicionales al sol e incluso reforzarlas. Esto se debe a que “el sol puede ser un excelente amigos, que nos regala la vitamina D, pero también es un terrible enemigo capaz de provocar cáncer de piel”, explican desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Después de haberte recordado lo importante que es cuidar la piel en su totalidad, a continuación te ofrecemos consejos para cuidar la piel de tu rostro y así evitar las imperfecciones y las enfermedades que puede causar el sol, que en algunos casos, pueden llegar a ser muy graves.

  • Recuerda estar bien hidratado: es importante crear una superficie cutánea para que el agua quede retenida en el interior y así proteger toda la extensión de la piel. Por eso, no olvides beber agua y utilizar productos hidratantes de forma constante.
  • Utiliza protector solar: los protectores solares son agentes que ayudan a prevenir que los rayos ultravioletas (UVA) lleguen a nuestra piel. La Fundación de Cáncer de Piel insiste en la importancia de  utilizar protección solar en cada exposición continua al sol cada dos horas. Además, no olvides echarte esta crema unos 20 minutos antes de salir de casa.
  • Limpiezas diarias: aunque las limpiezas faciales tienen que realizarse durante todo el año, en verano son más importantes que nunca. Gracias a esta acción es posible eliminar las impurezas y preparar la piel para su exposición solar. Deberán realizarse de forma diaria, sin perfumas y capaces de eliminar la suciedad sin alterar el manto ácido de la piel.
  • Evita el sol en ciertas horas: para cuidar tu rostro de forma efectiva deberás evitar la exposición al sol entre las 10:00 y las 16:00 horas, ya que durante este tiempo los rayos del sol son más fuertes.
  • Lleva una buena alimentación: es uno de los puntos clave para cuidar la piel ya que muchos alimentos tienen la capacidad de contribuir en la prevención de la degeneración celular.
  • No olvides cuidar los ojos: la seguridad y salud de los ojos es muy importante, sobre todo en esta época. Para mantenerlos fuera de peligro será necesario utilizar gafas de sol que protejan de los rayos UVA.

Por último, no olvides acudir al dermatólogo una vez al año para que revise el estado de tu piel. Él se encargará de contestarte todas las dudas que te surjan y te dará los consejos más adecuados para tu tipo de piel.

Recomendaciones para disfrutar del verano sin que tu enfermedad respiratoria te frene

Con las altas temperaturas es fundamental seguir unos cuidados específicos

A menudo relacionamos las enfermedades respiratorias con la época invernal. Sin embargo, las personas que sufren enfermedades como EPOC, asma o bronquitis siguen teniendo sus síntomas en verano. Es más, las altas temperaturas y algunas actividades de esta propia época pueden tener efectos sobre determinadas patologías respiratorias.

Durante esta estación es fundamental seguir unos cuidados específicos. A continuación, te contamos algunos de ellos que mejoraran tu salud respiratoria, tu calidad de vida y podrás disfrutar del verano con tus familiares y amigos.

  • Evita temperaturas extremas: es difícil pensar cómo sería el verano sin el aire acondicionado. Las temperaturas frescas pueden aliviarnos frente al calor, pero también pueden perjudicar la salud pulmonar. Por eso, Neumoteknon recomiendan que la temperatura del aire acondicionado no baje nunca de los 22,5 grados y con una humedad relativa del 35 al 60%.
  • Rehúye los cambios bruscos de temperaturas: es habitual que en ciertos lugares públicos tengan temperaturas muy bajas y con el aire acondicionado a tope, pero en la calle la temperatura muy elevada. Esto condiciona cambios bruscos de temperatura al entrar y salir de los sitios.
  • ¿Playa o montaña?: en la playa hay más humedad, pero más calor. En el caso de la montaña, se está más fresco pero el clima puede ser más seco. La Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid) explica que lo ideal es buscar lugares con un clima estable y moderado.
  • No olvides tu tratamiento: si vas a viajar, lleva contigo tus medicamentos que debes tomar y en cantidades suficiente para todos los días que vas a estar fuera de tú casa.
  • ¿Puedo viajar en avión?: la respuesta es sí. Aun así, consulta antes con tu médico si tus condiciones son las adecuadas para realizar un viaje aéreo, sea largo o corto.
  • Mantente hidratado: la Fundación Española del Corazón (FEC) destaca la importancia de mantener una buena hidratación en todas las etapas y situaciones de la vida. Más importante es esta recomendación para aquellos pacientes que sufren una enfermedad respiratoria. En verano se suda más y es necesario mantener un correcto estado de hidratación del organismo. Con ello, se facilita que las flemas sean más fáciles de eliminar.

Además, no te olvides de las medidas de prevención para evitar cualquier otro problema de salud: evita salir de casa durante las horas centrales del día, evita comidas copiosas, toma frutas y verduras, reduce la actividad física y usa ropa de tejidos naturales, ligera y holgada.

Lo mejor que puedes hacer es anticiparte a las altas temperaturas y establecer con tu neumólogo un plan que te ayude a disfrutar del verano sin preocuparte de que tu enfermedad respiratoria pueda complicarse.

Protege tu piel en verano: ¿cómo y cuándo hay que aplicar el protector solar?

La exposición a los rayos ultravioleta puede causar efectos negativos en nuestra salud

Ya ha comenzado julio, mes en el que se abren las piscinas y comienzan las exposiciones directas al sol.

Durante la época estival, la superficie de nuestro cuerpo expuesta a los rayos solares es mayor y debemos protegernos de las radiaciones ultravioleta.

Todos sabemos que el sol tiene efectos positivos sobre nuestro estado de ánimo y que estimula la producción de vitamina D. En este caso se debe exponerse al sol en las primeras horas de la mañana, y sin protector solar durante más o menos media hora. No hacerlo de esta forma puede dar lugar a graves problemas de salud como el cáncer de piel.  Por lo que la Academia Española de de Dermatología y Venereología (AEDV) señala que no se debe tomar el sol en los tramos horarios de mayor incidencia, es decir, entre las 12 y 17 horas, y es primordial utilizar siempre un factor de protección solar mínimo del 30.

Además de fotoprotectores químicos, también es necesario recurrir a fotoprotectores físicos como gafas solares, gorras o sombreros. Y, si se va a disfrutar de una jornada de playa, siempre se debe disponer de sombrilla.

En las zonas sensibles, como puede ser la cara o cicatrices de más de seis meses (ya que las previas es mejor no exponerlas al sol) el factor de protección debe ser más alto del 30.

Y si la protección es muy importante a todas las edades, lo es más en la infancia. Los niños se consideran más susceptibles a los efectos nocivos de las radiaciones ultravioletas que los adultos. Los episodios de quemaduras durante la infancia y adolescencia han sido propuestos como un factor de riesgo independiente para el desarrollo de melanoma en la vida adulta.

Pero, ¿cómo debemos proteger nuestra piel? ¿Cuántas veces hay que aplicar el protector en la piel? ¿Cuánto tiempo antes de la exposición solar?

A nivel general, los expertos aconsejan aplicar el protector o la crema solar, al menos, media hora antes de tomar el sol. 

Sin embargo, la Fundación Piel Sana subraya que no es necesario esperar 30 minutos desde que se aplica el protector hasta la exposición solar.

De hecho, un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Fotobiología y Dermatología de la Universidad de Málaga (UMA) ha comprobado que cinco minutos son suficientes para que el protector tenga eficacia. El estudio evidenció que la absorción de la radiación ultravioleta de la crema protectora fue efectiva desde que se aplicó, aunque se estabilizó a partir del minuto 10.

En cualquier caso, las recomendaciones generales establecen que se debe aplicar un fotoprotector solar adecuado, en función de cada tipo de piel y zona del cuerpo, media hora antes de la exposición solar, siempre con la piel limpia y seca.

Y si no quieres estar contando los minutos o pierdes la noción del tiempo, vigila las señales de tu piel y cuando notes que no se ve o se siente casi el fotoprotector, aplícalo nuevamente. Y si tu piel comienza a enrojecerse, aplícalo una vez más.

Divertirse bajo el sol y entre las olas o una buena piscina no significa sacrificar la salud de tu piel. Por ello, mantenerla protegida debe ser primordial, así que nunca olvides llevar tu protector solar contigo y aplicarlo con frecuencia.

¿Por qué debes extremar la hidratación en los meses más calurosos?

La deshidratación puede ocurrir, especialmente, a la hora de hacer ejercicio, por lo que los expertos recomiendan beber antes, durante y después de la práctica deportiva

Entre un 50 y un 70% del peso de nuestro cuerpo es agua, lo que la convierte en una parte fundamental de nuestra dieta. Sin embargo, un 36% de los españoles afirma consumir menos líquido de la cantidad diaria recomendada (1,5-2,5 litros de agua, aunque esta cifra puede variar en función de la edad o condición física).

En verano, su consumo cobra todavía mayor importancia, ya que en esta época se produce una mayor pérdida de líquidos, sobre todo a través del sudor y la orina, y se podría producir una deshidratación. Según la Fundación Española del Corazón, los síntomas característicos de esta son: mareos, taquicardia, baja presión arterial, sensación de cansancio y calambres.

La deshidratación puede ocurrir, especialmente, a la hora de hacer ejercicio, por lo que los expertos recomiendan beber antes, durante y después de la práctica deportiva para mantener los niveles de hidratación en condiciones óptimas.

En este sentido, desde la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética destacan que, para la sed, lo mejor es el agua, puesto que es la fuente más natural de hidratación.

Así, subrayan que de la cantidad necesaria que necesita el cuerpo, un 80% (al menos) debe aportarse con agua y el 20% restante mediante alimentos y otras bebidas.

PAUTAS PARA HIDRATARSE CORRECTAMENTE

La Organización de Consumidores y Usuarios aconseja, para tener una hidratación adecuada, beber antes de tener sed; consumir líquidos en cada comida (y entre horas); y mantener las bebidas a una temperatura moderada.

Asimismo, se recomienda beber otros líquidos, además de agua; beber entre 1,5-2,5 litros diarios; aumentar la ingesta cuando las temperaturas sean más altas; beber durante la práctica deportiva; y consumir más frutas y verduras, ya que son alimentos con bastante líquido.

La Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética sugiere que, para reponer la cantidad de líquido necesario en cualquier momento y lugar, se recomienda llevar siempre una botella de agua.

Viajar seguros en coche con niños

La movilidad y flexibilidad que permite el coche lo hacen un candidato ideal para los viajes de verano.

Verano: época de vacaciones. Disponemos de más tiempo para viajar, ya sea para estar con la familia o para conocer aquellos rincones que hacía tiempo que ocupaban nuestra agenda. Ya sea por tierra, mar o aire, durante estos meses estivales, aumenta el número de desplazamientos.

Por regla general, los europeos eligen principalmente el turismo para realizar sus viajes. Permite una mayor movilidad y flexibilidad. Dos ventajas que valoran sobremanera las familias que viajan con niños. Y es que elegir el coche da la posibilidad de improvisar y explorar destinos que no estaban inicialmente previstos. Además, no es necesario adecuar el número de enseres del equipaje al tamaño o peso de la maleta, sino del maletero. Y, por último, proporciona una mayor intimidad y libertad de horarios.

Consejos para desplazamientos seguros en coche

Por regla general, viajar con niños complica un poco la organización del viaje. Con todo, además de disponer todo lo necesario para los más pequeños, buscamos que el desplazamiento en cuestión sea seguro. Y, aunque las carreteras y los vehículos cada vez lo son más, conviene que tomemos una serie de precauciones:

  • Utiliza sistemas de retención infantiles homologadas. En función de la edad de tu hijo, debes disponer de portabebés, cucos o capazos homologados para bebés con necesidades especiales, sillas para bebés y niños, alzadores y cinturones de seguridad.
  • Usa correctamente los sistemas de retención infantiles. Aprende a instalar estos sistemas y familiarízate con ellos. Pueden prevenir entre el 50% y el 70% de las lesiones graves y mortales.
  • Cuidado con los airbags. Nunca instales una silla para bebés o niños frente a un airbag frontal, excepto si lo has desactivado.
  • Viajar en sentido contrario a la marcha. Hasta que el bebé no cumpla 15 meses y pese más de 10 kg, no puede viajar mirando hacia delante. Incluso es aconsejable que continúe haciéndolo, al menos, hasta los 4 años.
  • Asiento elevador con respaldo (a partir de los 4 años) hasta los 36 kg. Asegúrate de que el cinturón de seguridad está adecuadamente colocado a través de las zonas del cuerpo más resistentes: caderas, parte central del esternón y clavícula. Debe ofrecer una buena protección lateral para la cabeza y el tronco.
  • Cinturón de seguridad bien ajustado. Aunque el niño pese más de 36 kg, debe estar ajustado correctamente: pasa por encima de la pelvis, la parte media del esternón y la parte media de la clavícula. Si queda por encima del estómago o muy cerca del cuello, no se ajusta bien.
  • Renueva el dispositivo. En caso de accidente o colisión importante, es aconsejable cambiar el sistema de retención. Podría estar deteriorado. También conviene cambiarlo si tiene seis años de antigüedad.

Durante cualquier trayecto debemos estar descansados y es muy recomendable parar con frecuencia para cambiar de posición. Pero, ante todo, siempre debemos proteger a los hijos, nietos, sobrinos, amigos… que llevemos con nosotros en el coche. Y no importa si el trayecto es corto. Las precauciones deben ser las mismas.

Este verano entrénate al aire libre

Aprovecha el buen tiempo para ejercitarte en el monte o en la playa. ¡Hay muchas opciones!

El verano invita a practicar más deporte al aire libre. Caminar por el bosque, nadar por mar abierto, ir en bicicleta… Hay tantas opciones como intereses, preferencias y personas.

Incorporar ejercicio en nuestro tiempo de ocio nos reporta numerosos beneficios: nos ayuda a mantener un peso saludable, a conciliar mejor el sueño y nos regala mejor humor.

En la arena:

Workout 7 minutos: realiza una programación de 7 minutos para activar el cuerpo. Incluye 10 flexiones, 20 sentadillas y 15 zancadas alternando la pierna. Entre cada serie, haz 10 burpees. Luego, 1 minuto de plancha y 10 saltos con rodillas al pecho.

Camina descalzo: la reflexología señala que caminar 30 minutos al día sobre piedras activa la circulación de la sangre y reduce la presión arterial, mejora el equilibrio y regula el sueño. Además, lima las durezas de los pies y nos brinda bienestar mental.

En el agua:

Mar o piscina: nadar en aguas abiertas requiere buena forma física y control mental. Sin olvidar las corrientes, que pueden impedirnos avanzar. En la piscina, ante un momento de flojera o calambre siempre hay una pared cerca.

– Mejora la técnica: hay que mejorar el estilo de brazada para avanzar más cómoda y eficientemente. Para ello, prueba un pull boy (corcho-flotador que se coloca entre las piernas para nadar solo con brazos).

En el campo:

Senderismo: unas horas suponen una actividad cardiovascular sencilla y gratificante. Recuerda llevar una mochila ligera, zapatillas de monte, un chubasquero, gorra y protector solar. Unos bastones pueden ahorrarte sobrecargas en las rodillas.

Plogging: iniciativa nacida en Suecia, que une el running y la conciencia cívica de recoger basura. Sal a correr con una bolsa y recolecta los desperdicios sin perder el ritmo. Cada vez que te agaches aprovecha para hacer una sentadilla.

Meditación: túmbate boca arriba. Inhala por la nariz y exhala por la boca. Cuenta mentalmente en cuánto tiempo coges el aire y procura expulsarlo con la misma cadencia.

Sobre ruedas:

Excursión en bicicleta: elige la ropa adecuada, que sea como una segunda piel (transpirable y ligera y con protección solar) y que permita libertad de movimientos. Lleva agua y algún tentempié para evitar un bajón físico.

Entrena por intervalos: para ser más veloz, trabaja en intervalos, es decir, pedalea a tope durante un lapso corto de tiempo y luego sigue con un ritmo más suave. Ir en bici endurece los glúteos y los músculos anteriores y posteriores del muslo.

Como ves, este verano podemos sacar más partido a la playa, a la montaña y al mar. Deja las excusas a un lado y ponte en marcha. Tú cuerpo y tu mente te lo agradecerán.

Evita intoxicaciones alimentarias

Conoce las pautas básicas para comer de forma segura este verano

Con el calor y la humedad del verano las bacterias encuentran el hábitat perfecto para reproducirse, colonizar y crecer más rápidamente, por eso es más fácil que se produzca una intoxicación alimentaria.

Además, en época estival se incrementan los riesgos por ingestión, ya que las actividades al aire libre se multiplican y cocinamos más fuera de casa, lo que puede llevar a pasar por alto cuestiones como la refrigeración o el lavado de los utensilios con agua corriente.

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición advierte que la contaminación microbiana de un alimento no tiene por qué manifestarse en su deterioro o mala apariencia. Por ello vale la pena recordar algunos conceptos para la preparación de las comidas, que nos ayudarán a disfrutar de un verano con salud.

8 Claves de seguridad alimentaria

1. Ingerir alimentos tratados higiénicamente: consumir carnes, pescados y pasteles que hayan estado refrigerados o congelados. Si preparas mayonesa o salsas, mantenlas en frío y no aproveches las sobras. Lava los huevos solo antes de cocinarlos.

2. Cocinar adecuadamente: cuando cocinamos bien los alimentos, los microorganismos que pueden haber son destruidos por el calor. Eso sí, se deben someter al menos a una temperatura de 70ºC.

3. No esperar para comer: intenta no dejar los alimentos cocinados a temperatura ambiente durante más de dos horas. Lo mejor es consumirlos inmediatamente después de prepararlos.

4. Las sobras, en la nevera: las comidas que se quieran conservar deben mantenerse bajo la acción del calor (por encima de 60ºC) o del frío (7ºC como máximo). Si comes pescado crudo en casa (como por ejemplo, boquerones en vinagre), hazlo siempre después de haberlo congelado varios días.

5. Calienta los restos: si quieres ingerir alimentos cocinados que hayan sobrado de una comida anterior, caliéntalos a temperatura máxima por un tiempo suficientemente largo como para matar a las posibles bacterias dañinas.

6. Evitar la contaminación cruzada: para prevenir la contaminación cruzada, no mezcles carnes crudas con alimentos cocinados, y lava los platos y utensilios (cuchillos, tablas) que hayan estado en contacto antes de volver a utilizarlos. Las bayetas y trapos de cocina son un gran vehículo de contaminación; es mejor usar papel de cocina.

7. Higiene de manos: lávate las manos con agua caliente y jabón antes de manipular alimentos, después de usar el baño y si has tocado animales. También es importante mantener la cocina limpia a diario, y almacenar la basura en recipientes cerrados y lavables.

8. Todo con agua potable: no solo es imprescindible para beber, sino también para cocinar. Asegúrate de que el agua que empleas es envasada o de la red pública de distribución.

Protégete de los insectos

Te contamos cómo evitar las picaduras de mosquitos durante los meses de calor

Atraídos por el calor, los espacios con agua y luz, los insectos se activan y se reproducen sobre todo en verano. De ahí que las picaduras  sean tan frecuentes en esta época, especialmente al atardecer y a la noche.

Se calcula que insectos, como los mosquitos, las garrapatas, los chinches y las moscas transmiten enfermedades a más de 700 millones de personas cada año, algunas de mayor gravedad, como la malaria, la fiebre amarilla o el dengue.

Según la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria, el 90% de las picaduras de insecto no suelen ocasionar grandes problemas, no obstante, hay algunos casos que pueden causar reacciones alérgicas y generar complicaciones.

Cómo prevenir las picaduras

1. Emplea repelentes: estas sustancias son la manera más eficaz de protegerse, si bien hay que aclarar que no existe un repelente universal de insectos. Los hay para niños y para adultos, y el mismo producto puede ser más o menos eficaz en función de la ubicación geográfica. En caso de duda, pregunta al farmacéutico.

2. Ojo con los pequeños:  conviene extremar las precauciones con niños menores de dos años, cuya piel es más delicada. Aplica solo productos indicados para esa edad y nunca directamente en manos del niño. Existen repelentes en forma de sprayaptos desde los 12 meses y parches que pegan sobre las ropas.

3. Usa ropa adecuada: vístete con prendas que cubran la piel, mangas y pantalones largos y calcetines, principalmente cuando cae la tarde o en lugares sospechosos de frecuentar insectos. Es preferible que la ropa sea de colores poco llamativos, no usar perfumes de olor intenso y revisar la ropa de cama antes de acostarse.

4. Mosquiteras: úsalas en ventanas y puertas de depósitos de agua potable o aguas residuales y en bajos inundables de edificios. Si viajas a destinos con riesgo de paludismo, emplea telas de mosquitera alrededor de la cama.

5. Controla las plagas: las aguas estancadas y los jardines abiertos pueden ser un foco considerable de insectos. Si tienes cubos llenos en casa, vacíalos cada dos semanas. Intenta mantenerte alejado de espacios con agua sin tratar (con cloro), como estanques o fuentes. En los jardines, observa las plantas con frecuencia y si ves insectos, quítalos cuanto antes para evitar su proliferación.

6. Ventila los espacios: apaga la luz, si tienes la ventana abierta, pues los mosquitos acuden a ella como las abejas a la miel. Igualmente, si utilizas insecticidas airea bien las habitaciones. Fíjate que estos productos sean de uso doméstico y, en el caso de usar eléctricos al dormir, deja las ventanas abiertas.

Deportes para practicar en la playa

Aquí tienes las mejores ideas para disfrutar del verano, ejercitar el cuerpo y refrescarte

El verano nos acerca a la playa. Aprovechando que los días son más largos, que tenemos más tiempo libre y que nos sentimos más enérgicos, muchos se sienten más motivados para practicar deportes cerca del mar.

Según el Instituto de Ciencias de la Salud y la Actividad Física, realizar ejercicio físico tanto en la arena como dentro del agua aporta unos beneficios extra a nuestro bienestar. Te contamos qué actividades son las más adecuadas para realizar en la playa, con las que ejercitar tu cuerpo, divertirte en compañía y disfrutar del sol y la naturaleza.

1. Natación

Nadar es un deporte sencillo que, prácticamente, puede hacer cualquier persona, también aquellas con problemas en la articulaciones y huesos, y las mujeres embarazadas. Esto es así porque nuestro peso dentro del agua disminuye un 10%, lo que facilita el movimiento.

Aprovecha el mar para refrescarte y nadar a crol (estilo libre) o braza. Cuando movemos los brazos al compás de las piernas trabajamos la flexibilidad, la fuerza y la resistencia, mejoramos nuestra capacidad respiratoria y salud cardiovascular.

2. Vóley playa

El vóley sobre la arena tiene aún más ventajas que sobre pista, ya que este terreno supone un mayor trabajo de piernas y de espalda, lo que implica que el cuerpo gaste más energía y consuma más calorías. Además, al pisar en una superficie blanda se reduce el impacto articular.

Cada vez hay más espacios preparados con redes para practicar vóley playa, considerado una disciplina olímpica, por lo que tan solo necesitaremos llevar con nosotros un balón.

3. Surf

Los surferos aseguran que se trata de un deporte entretenido, que alivia el estrés y engancha desde el primer día. Hacer surf ayuda a fortalecer los brazos y las piernas, así como a tonificar glúteos y abdominales.

Hoy día existen numerosas escuelas que enseñan cómo manejar la tabla, cómo coger olas y cómo surcar sobre ellas. Para los principiantes, lo mejor es iniciarse en aguas calmadas.

4. Snorkel

Es la modalidad superficial del buceo, más al alcance de todos y que requiere solo de unas gafas de bucear. Para practicarlo no necesitamos titulación homologada, ya que no se emplea una bomba de oxígeno para sumergirse a gran profundidad. Y, a cambio, nos permite vislumbrar auténticas maravillas submarinas.

Moverse por el agua ayuda a tonificar el cuerpo, activar la circulación sanguínea y reafirmar los músculos. Con un tubo para respirar y un par de aletas podremos desplazarnos con más soltura por el mar.

Cuando realices alguno de estos deportes, no te olvides de hidratarte bien, evitar las horas de más calor y protegerte del sol con un fotoprotector de amplio espectro (FPS de 20 o superior).

Cómo desconectar cien por cien

Dejar todo atado en el trabajo te ayudará a relajarte y suavizará el síndrome post vacacional

Seguramente estás contando los minutos para tus soñadas y planeadas vacaciones. Los expertos, afirman que tener unos días de descanso es beneficioso para la salud física y emocional, y prevenir estados de estrés, ansiedad y depresión.

El 85% de los españoles es capaz de desconectar del trabajo durante el verano, aunque las mujeres suelen necesitar al menos dos semanas para olvidar su rutina laboral, según el portal de orientación laboral Infojobs.

No obstante, apagar el ordenador, dejar los temas laborales cerrados y marcharse tranquilo no siempre es tan fácil. Te damos algunas claves para dejar el trabajo organizado antes de coger la maleta y ayudarte a que la vuelta no sea tan dura.

Pasos para relajarse en vacaciones

1. Cierra proyectos

Intenta cerrar todos los proyectos que tengas encima de la mesa antes de irte, especialmente, aquellas negociaciones pendientes de clientes. Puedes enviar un email para comunicar de forma educada que sería conveniente concluir el tema antes de una fecha. Dejar las cosas a medias te generará mayor tensión, te impedirá desligarte de la oficina y te puede traer problemas cuando regreses.

2. Activa el ‘fuera de la oficina’

Crea una respuesta automática en tu correo electrónico que se mande cada vez que alguien te envíe un email. Para el interlocutor será grato saber el porqué no va a tener contestación hasta pasados unos días y lo verá totalmente comprensible: todos necesitamos recargar pilas. Puedes añadir la dirección de correo de algún compañero de trabajo, para cosas muy urgentes.

3. Delega en alguien

Aunque seas el responsable de una área, departamento o proyecto concreto, te mereces unos días de descanso y quizás queden flecos sueltos. Avisa a algún compañero de trabajo de aquello en trámite, pídele que hojee algunas de tus tareas y dile dónde están los archivos importantes.

4 .Escribe notas recordatorias

Deja en una libreta o agenda digital el estado en que has dejado cada tema, por ejemplo, las validaciones de un cliente o algo por revisar. El cerebro tiene gran capacidad de olvidar durante las vacaciones y es posible que en septiembre dudes de tu propia memoria. También puedes poner una alarma en el móvil que te recuerde dónde apuntaste la lista.

5. Limpia tu mesa

Un escritorio limpio y ordenado hará que tu vuelta sea más agradable, y te ayudará a retomar el trabajo con más fuerza y ánimo. Deshazte de los bolígrafos y fluorescentes que no funcionan, archiva los dosieres antiguos, tira los post-its sueltos e intenta dejar el área despejada y organizada.

6. Evádete

Intenta disfrutar de tu ocio, pasar tiempo con los tuyos, descubrir nuevos lugares, vivir otras experiencias, centrar tu atención en el presente y, sobre todo, relajarte. Desconéctate de los dispositivos digitales, quita o silencia las notificaciones del móvil y no contestes ni a los emails ni a los mensajes del chat de compañeros de oficina. Recuerda que estás de vacaciones.

Pon en práctica estos consejos para hacer que tu vuelta al trabajo sea lo más grata posible. Volver a la rutina con buen pie establece el tono para el resto del año. ¡Felices vacaciones!