El asma infantil bajo control

Los niños asmáticos pueden llevar una vida normal siguiendo algunas pautas sencillas.

El asma es la enfermedad crónica más frecuente en niños y niñas debido, sobre todo, a los cambios en nuestras condiciones de vida y al medio familiar. Afecta al 10% de los menores y al 5% de los adultos, cerca de 150 millones de personas en todo el mundo. Y aunque no tiene cura, un diagnóstico y un tratamiento adecuado pueden ayudar a controlarlo.

El asma es una dolencia inflamatoria de las vías aéreas, caracterizada por episodios de disnea (dificultad respiratoria), sibilancias (silbidos o pitos en el pecho) o tos. Existe un aumento de la reactividad bronquial (hiperreactividad) de las vías aéreas frente a estímulos específicos (alérgenos) o inespecíficos (ejercicio…,) que se manifiesta por una obstrucción al flujo del aire.

No obedece a una causa única, sino que es el resultante de varios factores. De acuerdo con la Asociación Balear del Asma, el asma puede aparecer por una predisposición genética y por otros factores como infecciones respiratorias, exposición al humo del tabaco, contaminación e incluso, factores emocionales.

Con el fin de prevenir su aparición y mejorar la calidad de vida de los menores asmáticos es importante acudir al médico especialista, cumplir con el tratamiento y seguir una serie de hábitos que ayudarán a mantenerlo bajo control.

Cómo evitar ataques de asma en niños

Hay una serie de pautas a nuestro alcance que podemos seguir para prevenir crisis asmáticas entre los más pequeños. Estos consejos deben tomarse en cuenta tanto si el niño es alérgico como si no, ya que impiden su aparición y favorecen a las vías respiratorias en caso de inflamación.

  1. Tomar la medicación: una vez diagnosticado el niño o la niña, el especialista le prescribe un tratamiento farmacológico que se debe seguir para la mejora del estado de los bronquios y la prevención de posibles ataques de asma.
  2. Llevar siempre el inhalador: es mejor ser precavido y llevarse siempre consigo el inhalador, puesto que nunca se sabe cuándo ni dónde puede padecer una crisis. Este aparato ofrecerá un alivio al niño, siempre que no sea un ataque severo.
  3. Evitar la exposición al polvo: intenta que no se acumule polvo en casa y limpia de forma regular los muebles y dormitorios. Es mejor usar un aspirador que una escoba y, si es posible, no colocar alfombras. Además, es conveniente usar fundas especiales anti-ácaros para colchones, almohadas y edredones.
  4. Vigilar durante el ejercicio físico: aunque el ejercicio puede causar la compresión de las vías respiratorias, es necesario que el asmático realice alguna actividad física, eso sí, con control y moderación. Es recomendable que el pequeño haga breves descansos y que evite ciertas actividades, como los deportes de invierno.
  5. Optar por fibras sintéticas: con el frío muchas veces recurrimos a mantas, abrigos y jerséis de lana o plumas para abrigarnos, pero éstos pueden acumular más cantidad de polvo que los materiales sintéticos (hipoalergénicos) como el poliéster.
  6. Ambiente no húmedo: mantener el grado de humedad en la habitación por debajo del 40% (puede medirse mediante un higrómetro). El alto nivel de humedad favorece el desarrollo de los ácaros y de los mohos. Igualmente, reducir al mínimo las plantas en la casa y evitar el uso de humidificadores.
  7. Vivir lejos de animales: lo que realmente desencadena la alergia, no es el pelo del animal sino una proteína que se encuentra en la caspa del animal y la saliva. Es preferible no tener animales en casa y evitar visitar a aquellos que tengan mascotas. Como mínimo, hay que mantenerlas fuera de la cama y del dormitorio y colocar filtros en los ventiladores de la calefacción.
  8. Respirar aire puro: la calidad del ambiente es esencial, por lo que es necesario minimizar la exposición a sustancias que pueden desencadenar crisis de asma (humo de tabaco, leña, estufas, gases industriales, de pintura, limpieza, etc.). También es aconsejable conocer las alertas de la contaminación, no permitir que nadie fume cerca y reducir los olores fuertes abriendo las ventanas.

Con el tratamiento adecuado y estos sencillos consejos, todos los niños y niñas pueden llevar una vida normal, incluso, practicar el deporte que más les gusta. ¡Estar activo ayudará a su salud!

El asma no se cura, pero se puede controlar.

Enfermedades respiratorias, ¿por qué cumplir el tratamiento?

La medicación en pacientes con afecciones pulmonares es vital para la mejora de su salud.

Solo uno de cada tres pacientes con asma o enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC) cumplen correctamente con su tratamiento, según los últimos datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

Muchos pacientes con enfermedades respiratorias además de inhaladores utilizan terapias respiratorias domiciliarias como CPAP (en inglés, Continuous Positive Airway Pressure, que trata la apnea en el sueño), ventilación mecánica u oxigenoterapia, como parte importante del tratamiento de su enfermedades, pero únicamente en el 37% de los casos cumplen lo que se les ha prescrito.

La falta de compromiso en los procedimientos por parte de los pacientes puede suceder por motivos diversos, ya sea porque olvidan el tratamiento, porque deciden que no les es útil y no lo siguen  o porque se desconocen los riesgos de la enfermedad si no se controlan adecuadamente. Los médicos insisten en advertir a las personas aquejadas de patologías pulmonares a no abandonar las prescripciones sanitarias, ni los aparatos ni los fármacos, con el fin de lograr un control adecuado de la dolencia y conseguir un bienestar óptimo.

 9 Razones para no abandonar la medicación

  1. Mejora la calidad de vida: el tratamiento para la EPOC ayuda a controlar los síntomas, como la falta de aliento o la fatiga, disminuye la frecuencia y la gravedad de las molestias. Esto se traduce en un retraso del avance de la enfermedad, mayor tolerancia al ejercicio físico y mejor calidad de vida.
  2. Menos sensación de ahogo: los medicamentos que se recetan para la enfermedad son capaces de relajar los músculos bronquiales, reducir la inflamación de las vías respiratorias y, por consiguiente, abrirlas y ofrecer mayor capacidad pulmonar. Es importante recordar que el oxígeno no sirve para tratar el ahogo, sino que es el tratamiento de la insuficiencia respiratoria.
  3. Las terapias actuales son eficaces: existen diferentes dispositivos para darle el tratamiento prescrito por su médico (CPAP, ventilación mecánica no invasiva, oxigenoterapia, etc.) y todos tienen beneficios, si se realizan de forma correcta. Para ello, lo mejor es acordar con el equipo médico el que más te conviene, que se adapte a tus preferencias y habilidades. El mejor aparato siempre es el que sea más simple para ti.
  4. Si no lo usa desaparece el efecto positivo en su salud: no es un tratamiento curativo, por tanto, si no lo cumples el problema volverá a aparecer. Los aparatos o fármacos hay que usarlos de por vida y su efectividad depende de cómo los utilices. Ahora bien, su buen uso te asegura una mejor calidad de vida y, sobre todo, la supervivencia. Es importante cumplir con el número de horas de uso, ya que si son menos de las indicadas no hay beneficio. Por ejemplo, en el caso de la oxigenoterapia debe usarse más de 15 horas diarias, incluidas las horas de sueño.
  5. Disminuye el riesgo cardiovascular: si tienes una apnea del sueño y no abandonas el tratamiento tienes menos probabilidades de padecer problemas cardiovasculares (hipertensión arterial, arritmia, infarto, etc.) y cerebro-vasculares (derrame o infarto cerebral, deterioro intelectual, etc.). Además, tendrá menos riesgo de sufrir accidentes de tráfico relacionados con la somnolencia y el cansancio.
  6. Las molestias iniciales pasan: cuando tú mismo percibas la mejoría de los síntomas, te resistirás a dejar el tratamiento. Para resolver las posibles incomodidades y efectos secundarios de los primeros días, no dudes en pedir ayuda a tu médico, enfermera o personal sanitario de la empresa proveedora de servicios.
  7. No estás solo: los primeros días del proceso de adaptación no suelen ser los mejores pero con paciencia, ganas y un poco de práctica, los superarás. Es importante contar con el apoyo y colaboración de la pareja y/o de la familia para no tirar la toalla.
  8. Si los abandonas, se sabe: el equipo dispone de un contador horario que registra el uso efectivo de la máquina por tu parte y permite al médico valorar si tu cumplimiento con la terapia es el correcto. Si experimentas alguna intolerancia, consúltalo con el doctor, quien valorará si existen otras alternativas.
  9. Encuentra una motivación: cuanto más animado estés, más fuerte será tu compromiso con el tratamiento. Para conseguirlo, busca hobbies que te gusten y te hagan sentir bien, cultiva hierbas aromáticas, recupera esas clases de inglés, queda con amigos, practica yoga o simplemente pasea por la ciudad.

Recuerda que todos estos dispositivos solo son efectivos mientras se utilicen. Los numerosos beneficios saludables que puedes obtener dependen directamente de tu grado de cumplimiento.

El beneficio de tu tratamiento depende de ti: deja de fumar, usa tu terapia respiratoria las horas indicadas, no olvides la medicación, realiza actividad física y sigue una alimentación saludable.