¿Cómo aliviar los dolores musculares y óseos asociados a la menopausia?

Con la menopausia se disminuye la producción de estrógenos en la mujer. Esa pérdida está relacionada con una reducción de la densidad ósea

Los sofocos, la sequedad vaginal, los problemas de sueño y el aumento de peso son de los síntomas más conocidos de la menopausia. No obstante, otras de las afecciones más características de esta etapa en la vida de muchas mujeres son los dolores en los músculos y articulaciones. De hecho, la osteoporosis, enfermedad caracterizada por la debilidad y riesgo de fracturas óseas, se presenta en un 23% de las mujeres mayores de 50 años, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). De lo que no hay duda es de que todos estos síntomas merman la calidad de vida de la población femenina, por lo que actuar desde la prevención para aliviar y retrasar la aparición de los dolores musculares y óseos en la menopausia es fundamental.

Cuando las mujeres llegan a la etapa menopáusica, disminuye su producción de estrógenos y, con ella, se produce la pérdida de masa ósea responsable de los dolores articulares. Desde Oximesa, te facilitamos el siguiente listado de acciones que mejorarán la salud de tus músculos y huesos, especialmente durante la menopausia:

  • Aplicar frío o calor en las articulaciones es uno de los remedios más habituales y efectivos. Utiliza el calor para disminuir la rigidez y mejorar su flexibilidad, sobre todo si se encuentran entumecidas. Pero si lo que detectas es hinchazón y dolor, entonces es mejor que te apliques frío por su capacidad antiinflamatoria.
  • Practica deporte adaptado a tus necesidades, preferiblemente que sea de bajo impacto para no dañar aún más las articulaciones y evitar fracturas ante la pérdida de densidad en tus huesos. Así evitarás la atrofia muscular y ósea y la pérdida de flexibilidad, al mismo tiempo que te mantienes activa. Puedes optar por disciplinas como el yoga o el pilates, que precisamente aumentan la flexibilidad de los huesos. Pero si lo que buscas es un entrenamiento de fuerza y cardio, no te preocupes porque también puedes recurrir a la natación. Este deporte es muy saludable y de bajo impacto del que ya hemos abordado todos sus beneficios en artículos anteriores.
  • Durante la menopausia, otro de los síntomas con mayor incidencia es el debilitamiento del suelo pélvico. Esta situación favorece la aparición de trastornos en la musculatura pélvica que, además de molestias, perjudica la salud de la zona, pudiendo provocar problemas de incontinencia urinaria, el prolapso de los órganos pélvicos o incluso dolor durante las relaciones sexuales. Para evitarlos, te recomendamos fortalecer la musculatura de tu suelo pélvico con los ejercicios de Kegel. Estos consisten en realizar contracciones aisladas y repetidas de los músculos de la zona pélvica para tonificarlos y mantenerlos en forma. También puedes probar los hipopresivos, el yoga o el pilates para trabajar esta musculatura.
  • Cuidar la alimentación es una forma de luchar contra el dolor en la menopausia. No sólo permite mantenerse en un estado saludable, sino también previene la obesidad, y aporta todos los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento. Durante esta etapa, deberás priorizar el aporte de calcio para fortalecer la estructura ósea, con verduras como las espinacas, el brócoli o las acelgas; legumbres como los garbanzos, alubias y judías; pescados como las sardinas, el bacalao, la dorada o el atún; marisco como el calamar, el pulpo, las ostras, langostinos, almejas y berberechos; frutos secos, como las almendras, las avellanas o las nueces; y, por supuesto, con lácteos y derivados como la leche, yogures y queso, aunque es mejor que sean desnatados. Asimismo, el consumo de vitamina D es importante, ya que mejora la absorción del calcio y su fijación en los huesos. Podrás encontrarla en alimentos como el hígado de los animales, pescados azules y en la yema de huevo. Como ves, puedes cumplir todas estas necesidades a través de la dieta mediterránea que caracteriza a nuestra gastronomía, con las cinco comidas diarias en las que priorices los desayunos y la comida.
  • También puedes complementar tu dieta con suplementos alimenticios, especialmente el calcio y el magnesio. Este último mineral es uno de los encargados de la formación de los huesos y ayuda en la absorción de calcio para una mejor salud ósea.
  • Practica hábitos de vida saludable que mejorarán tu bienestar general. Más allá de la alimentación equilibrada y de la actividad física, intenta llevar una vida alejada del estrés en la medida de lo posible y en la que cuentes con un horario regulado de sueño que garantice un descanso de calidad. Recuerda eliminar los tóxicos de tu rutina, como el tabaco o las bebidas alcohólicas, para cumplir con la vida saludable.
  • No dudes en acudir al médico en caso de sentir molestias para obtener su valoración clínica. Un profesional podrá evaluarte mejor que nadie y medir tus necesidades, así como realizarte pruebas que puedan confirmar o descartar cualquier problema. En caso de que fuera necesario, podría recetarte fármacos para aliviar el dolor o cubrir las carencias de tu organismo, tales como antiinflamatorios o algunos otros basados en terapias hormonales a base de estrógenos para aumentar la masa ósea.

Síntomas, diagnóstico y tratamiento de la fibromialgia

Se estima que en España afecta al 2% de la población, siendo más frecuente en las mujeres

La fibromialgia es una enfermedad caracterizada por dolor musculoesquelético generalizado y fatiga. Se estima que, en España, afecta al 2% de la población, siendo más frecuente en las mujeres. Por lo general, aparece en la edad adulta, entre los 30-40 años, pero también puede aparecer en la adolescencia y en personas con edad avanzada.

El dolor es el síntoma más característico de la enfermedad que, según la Arthritis Foundation, se presenta en varios lugares del cuerpo, aunque puede iniciarse en una región en concreto y luego aparecer en otras áreas al cabo de un tiempo.

También, entre los síntomas que presentan destacan:

  • Fatiga
  • Dificultad para dormir
  • Dolor de cabeza
  • Problemas digestivos y dificultad para concentrarse.

CAUSAS Y DIAGNÓSTICO

Por el momento, se desconoce cuál es la causa exacta de la fibromialgia, sin embargo, el Colegio Americano de Reumatología subraya que, según distintas investigaciones, el sistema nervioso podría estar involucrado, en concreto, el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal).

No obstante, se cree que existen algunos factores que pueden desencadenar la enfermedad: un trauma físico o emocional, infecciones, cambios hormonales o la genética.

En cuanto al diagnóstico, la Sociedad Española de Medicina Interna manifiesta que viene definido por los datos de la historia clínica y los hallazgos exploratorios, pero no hay ninguna prueba que confirme el diagnóstico como tal.

En este sentido, una persona es diagnosticada con fibromialgia cuando tiene un cuadro de dolor que se irradia por diferentes partes del cuerpo durante, al menos, tres meses.

TRATAMIENTO

La fibromialgia no tiene cura, pero sus síntomas pueden tratarse, con cambios sostenibles en el estilo de vida, terapias complementarias y fármacos.

Por ejemplo, los ejercicios aeróbicos son muy beneficiosos, ya que disminuyen el dolor y otorgan una mayor sensación de bienestar. Asimismo, la fisioterapia también puede ser muy eficaz para tratar la enfermedad y mejorar la fuerza, flexibilidad y resistencia.

Es importante llevar un buen hábito para dormir y mejorar, así, la calidad del sueño. Para ello, la Arthritis Foundation aconseja, entre otras cosas, acostarse y levantarse siempre a la misma hora y dormir en una habitación fresca, oscura y en silencio.

Fibromialgia: qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Se estima que, en España, afecta al 2% de la población, siendo más frecuente en las mujeres

La fibromialgia es una enfermedad caracterizada por dolor musculoesquelético generalizado y fatiga. Se estima que, en España, afecta al 2% de la población, siendo más frecuente en las mujeres. Por lo general, aparece en la edad adulta, entre los 30-40 años, pero también puede aparecer en la adolescencia y en personas con edad avanzada.

El dolor es el síntoma más característico de la enfermedad que, según la Arthritis Foundation, se presenta en varios lugares del cuerpo, aunque puede iniciarse en una región en concreto y luego aparecer en otras áreas al cabo de un tiempo.

También, entre los síntomas que presentan las personas con fibromialgia destacan: fatiga, dificultad para dormir, dolor de cabeza, problemas digestivos y dificultad para concentrarse.

CAUSAS Y DIAGNÓSTICO

Por el momento, se desconoce cuál es la causa exacta de la fibromialgia, sin embargo, el Colegio Americano de Reumatología subraya que, según distintas investigaciones, el sistema nervioso podría estar involucrado, en concreto, el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal).

No obstante, se cree que existen algunos factores que pueden desencadenar la enfermedad: un trauma físico o emocional, infecciones, cambios hormonales o la genética.

En cuanto al diagnóstico, la Sociedad Española de Medicina Interna manifiesta que viene definido por los datos de la historia clínica y los hallazgos exploratorios, pero no hay ninguna prueba que confirme el diagnóstico como tal.

En este sentido, una persona es diagnosticada con fibromialgia cuando tiene un cuadro de dolor que se irradia por diferentes partes del cuerpo durante, al menos, tres meses.

TRATAMIENTO

La fibromialgia no tiene cura, pero sus síntomas pueden tratarse, además de con medicamentos, con cambios en el estilo de vida y terapias complementarias.

Por ejemplo, los ejercicios aeróbicos son muy beneficiosos, ya que disminuyen el dolor y otorgan una mayor sensación de bienestar. Asimismo, la fisioterapia también puede ser muy eficaz para tratar la enfermedad y mejorar la fuerza, flexibilidad y resistencia.

También es importante llevar un buen hábito para dormir y mejorar, así, la calidad del sueño. Para ello, la Arthritis Foundation aconseja, entre otras cosas, acostarse y levantarse siempre a la misma hora y dormir en una habitación fresca, oscura y en silencio.

Dolores musculares: ¿por qué surgen y cómo combatirlos?

Las causas por las que aparecen son muy variadas: tensión, esfuerzo físico, sobrecarga o lesión muscular por un ejercicio o trabajo físicamente exigente

El dolor muscular, también llamado mialgia, es un dolor o molestia que puede darse en uno o varios músculos del cuerpo.

Las causas por las que aparece son muy variadas: tensión, esfuerzo físico, sobrecarga o lesión muscular por un ejercicio o trabajo físicamente exigente. También, el dolor muscular puede estar relacionado con algunas enfermedades como la gripe, la fibromialgia, el Covid-19 o el lupus.

Para reducir el riesgo de dolor muscular, la Sociedad Española de Medicina Interna recomienda, entre otras cosas, estirarse antes y después de hacer ejercicio, y dejar que los músculos se enfríen después de la práctica deportiva. Asimismo, aconseja beber mucho líquido, antes, durante y después de realizar deporte. En caso de permanecer en la misma posición durante todo el día, es necesario estirarse cada hora.

CÓMO COMBATIR EL DOLOR MUSCULAR

Para calmar el dolor muscular, lo primero que hay que hacer es cuidar la parte afectada mediante la aplicación de hielo durante las 24-72 horas posteriores a la lesión ya que esto, además de reducir el dolor, reducirá la inflamación.

Asimismo, para la Sociedad Española de Medicina Interna, el ejercicio regular juega un papel fundamental porque puede ser un excelente aliado para ayudar a restaurar el tono muscular apropiado.

La alimentación también es clave y para ello que hay que seguir una dieta donde abunde la fibra y proteína de calidad para nutrir el músculo dañado. Por ejemplo, las carnes magras, el pescado azul, las legumbres y los huevos son excelentes opciones. Igualmente, no te olvides de beber la cantidad suficiente de agua.

También, para tratar el dolor muscular y reducir los síntomas causados por este, masajear la zona puede ayudar a conseguirlo, al igual que realizar ejercicios de estiramiento suaves.

Por último, desde la Sociedad Española de Medicina Interna alertan de la importancia de contactar con un profesional cuando el dolor persiste durante más de tres días, es intenso y se acompaña de algún signo de infección como puede ser la hinchazón o enrojecimiento en la zona del músculo dañado.

Consejos para aliviar dolores musculares

Te contamos cómo recuperarte de las molestias de las agujetas y de los calambres.

Los dolores musculares o mialgias son reacciones adversas que experimentan nuestros músculos como consecuencia de un esfuerzo físico, una enfermedad (gripe, fibromialgia, lupus) o del calor excesivo, y pueden aparecer en muchos momentos de nuestra vida.

Las molestias musculares más habituales son los calambres y las agujetas. Los primeros son contracciones involuntarias que paralizan los músculos, mientras que las agujetas se producen después de un gran trabajo físico y crean una sensación de agarrotamiento.

Cómo calmar las agujetas y calambres

El tratamiento habitual del dolor muscular producido por cansancio del músculo obliga a realizar un tiempo de reposo adecuado y seguir una serie de medidas:

  1. Usa compresas calientes: aplica compresas calientes sobre la zona específica o toma un baño caliente, si el dolor es general.
  2. Reposo: intenta guardar cama unos días, así dejarás que tus músculos se recuperen y se relajen.
  3. Aliméntate bien: sigue una dieta con abundante fibra y proteínas de calidad que nutran el músculo. Puedes encontrar estos nutrientes funcionales en carnes magras (pollo, pavo), pescado azul (anchoa, atún, salmón, sardina), legumbres, huevos y lácteos desnatados.
  4. Gana flexibilidad: intenta hacer ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad, una vez hayas superado el dolor y como herramienta de prevención. El yoga, el taichí o el pilates pueden ayudarte a elongar y fortalecer los músculos. Eso sí, asegúrate de que sea un ejercicio leve o moderado para no empeorar el dolor muscular.
  5. Bebe mucha agua: cuando los músculos están doloridos solemos estar menos activos, lo que puede favorecer el estreñimiento. Para remediarlo, toma cantidad de líquidos y no olvides consumir suficiente fibra (fruta, verdura y cereales integrales).
  6. Escribe un diario del dolor: anota cuándo aparece, porqué, cuál es la intensidad y cuánto dura, si afecta a uno o varios músculos, si es intenso, etc. Esto es importante para descartar si se produce por el ejercicio (que es lo más fácil de distinguir) o si la causa es más compleja y hay que hacer otro tipo de pruebas.
  7. Masajea la zona: darse un masaje con aceites esenciales puede ayudar a aliviar las molestias y a recuperarse de la mialgia. Los aceites de menta, árnica y hierba de San Juan contienen propiedades analgésicas y antiinflamatorias que mitigan el dolor.

Ponte en contacto con tu médico si notas adormecimiento y hormigueo en las piernas, un dolor intenso en la espalda, incontinencia intestinal o urinaria o dolor en la cintura o el pecho, ya que podrían ser indicios de una afección médica grave.

Recuerda que el dolor tiene siempre un componente subjetivo: algunas personas lo toleran muy mal y otras, que apenas se quejan, tienen el umbral muy alto. Será un médico quien pueda distinguir qué tan intenso es ese dolor y diferenciar cuál es la causa que lo produce, para dar el mejor tratamiento posible.

Para cualquier dolor, la paciencia es lo mejor.

Cefaleas en racimo, cómo convivir con el dolor

Te damos unos consejos para aliviar este tipo de jaqueca tan intensa e incapacitante.

La cefalea en racimos está considerada por la ciencia como uno de los dolores más fuertes que puede sufrir un ser humano. Se le ha llegado a llamar “la cefalea suicida”, porque es quizás la aflicción más hiriente que puede soportar una persona antes de perder el conocimiento.

Se estima que afecta a un 0,1 % de la población mundial y suele ser más frecuente en hombres que en mujeres. Es un dolor severo, constante y punzante, que aparece de repente y en el mismo lado de la cabeza y que acostumbra a durar entre 15 y 180 minutos. Sin embargo, el daño irradia hacia la cara, lo que produce lagrimeo, secreción o taponamiento nasal, inflamación y enrojecimiento del párpado y la zona del ojo. Las crisis se manifiestan a diario durante semanas o meses y luego desaparecen, pero pueden presentarse de nuevo.

La Sociedad Internacional de Cefaleas distingue dos grandes grupos de cefaleas, las primarias y las secundarias. Estas últimas suelen ser derivadas de una infección o un desorden vascular, mientras que las primarias no van ligadas a una enfermedad y el dolor en la cabeza es su único síntoma. Los científicos investigan aún las causas de este tipo de jaquecas porque, aunque son las más comunes, siguen siendo las más desconocidas.

Asimismo, la Asociación Española de Pacientes con Cefalea recalcan la incapacidad de llevar una vida normal cuando se sufre cefaleas en racimo, lo que supone no solamente absentismo laboral o baja productividad, sino la pérdida de la calidad de vida. De hecho, la OMS la sitúa en el decimonoveno puesto  de las enfermedades más incapacitantes del mundo.

Consejos para calmar el dolor

Cada persona debe identificar los factores detonantes de las crisis para, así, ayudar a prevenir y aliviar las molestias:

  1. Respetar los horarios de sueño

Es conveniente acatar el ritmo circadiano, es decir, nuestro reloj biológico que regula el sueño, la vigilia y el hambre. Se aconseja mantener siempre unos horarios para acostarse  y dormir las horas suficientes, lo que nos reportará más energía al día siguiente y mayor sensación de bienestar.

  1. Alimentarse de forma adecuada

Se estima que el 80% de las migrañas de origen desconocido están causadas por problemas alimentarios. Algunos productos, como el alcohol, los quesos, las comidas ricas en nitritos (carne curada), el potenciador de sabor glutamato (presente en snacks) o el edulcorante aspartamo provocan en el sistema inmunológico una reacción de rechazo. No olvides que una dieta rica en verduras, hortalizas y legumbres y baja en grasas y carnes rojas, nutrirá a tu organismo con lo necesario.

3. Escapar de situaciones de estrés

El exceso de ansiedad suele producir contracción de la musculatura de la cabeza y el cuello. Si ésta se prolonga varias horas se produce constricción vascular e isquemia, que sería la causante del dolor. Para evitarlo, intenta relativizar los problemas, apóyate en tu familia y/o amigos y aprende a relajarte mediante técnicas de respiración, yoga o simplemente dando un largo paseo.

  1. No abusar de analgésicos

Los últimos estudios apuntan que los medicamentos como paracetamol, aspirina e ibuprofeno, cuando se toman 15 o más días al mes, pueden causar dolor de cabeza por abuso. El tratamiento adecuado para la cefalea en racimos consiste en fármacos triptanes u oxígeno inhalado, aunque todo depende del  diagnóstico y tratamiento  médico personalizado.

  1. Usar oxígeno como terapia

El oxígeno es una solución alternativa a la medicación principal para la jaqueca y siempre debe estar prescrito por un Médico Especialista en Neurología. No obstante, hay que tener en cuenta que esta terapia no quita el dolor de cabeza, sino que es una parte del tratamiento que mejora las molestias.  De este modo, el oxígeno se suministra en una botella de fácil manejo y, mediante una mascarilla, uno inhala la cantidad indicada por el doctor. Este método es eficaz en cerca del 80% de los casos.