Moviéndote con cautela: Deportes de bajo impacto para problemas respiratorios

Recopilamos una serie de deportes recomendables para las pacientes con enfermedades respiratorias

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Para las personas con problemas respiratorios, encontrar actividades físicas adecuadas es crucial para mantener la salud y la calidad de vida. Afortunadamente, existen muchos deportes de bajo impacto que son ideales para pacientes con enfermedades respiratorias, proporcionando beneficios para la salud sin causar un estrés excesivo en el sistema respiratorio.

En este artículo, exploramos algunas de las mejores opciones de ejercicio para pacientes con patologías respiratorias y cómo estas actividades pueden mejorar la función pulmonar y el bienestar general.

NATACIÓN: FORTALECIENDO LOS MÚSCULOS RESPIRATORIOS

La natación es una excelente opción para personas con problemas respiratorios. Es un ejercicio de bajo impacto que fortalece los músculos respiratorios y mejora la capacidad pulmonar sin poner demasiada presión sobre las articulaciones. Además, el aire húmedo y cálido en una piscina cubierta puede ayudar a abrir las vías respiratorias y aliviar la congestión pulmonar. La resistencia del agua también ofrece un ambiente ideal para mejorar la resistencia y la fuerza muscular.

Beneficios de la natación para la salud respiratoria

  • Fortalece los músculos respiratorios: Ayuda a mejorar la eficiencia de la respiración.
  • Mejora la capacidad pulmonar: Aumenta la cantidad de aire que los pulmones pueden contener.
  • Ambiente favorable: El aire húmedo puede aliviar los síntomas respiratorios.

CICLISMO: MEJORANDO LA RESISTENCIA CARDIOVASCULAR

El ciclismo es otro deporte de bajo impacto que puede beneficiar a pacientes con enfermedades respiratorias. Ya sea en una bicicleta estática o al aire libre, montar en bicicleta es una forma efectiva de mejorar la resistencia cardiovascular y fortalecer los músculos de las piernas sin ejercer demasiada presión sobre los pulmones. El ciclismo puede ser ajustado en intensidad para adaptarse a las capacidades individuales, haciendo que sea accesible para personas con diferentes niveles de condición física.

Beneficios del ciclismo para la salud respiratoria

  • Mejora la resistencia cardiovascular: Fortalece el corazón y los pulmones.
  • Aumenta la fuerza muscular: Beneficia especialmente a los músculos de las piernas.
  • Bajo impacto: Minimiza el estrés en las articulaciones y el sistema respiratorio.

YOGA: ENFOQUE EN LA RESPIRACIÓN CONSCIENTE

El yoga puede ser muy beneficioso para personas con problemas respiratorios, ya que se enfoca en la respiración consciente y la relajación. Las posturas de yoga ayudan a mejorar la función pulmonar al expandir el pecho y abrir las vías respiratorias. Las técnicas de respiración profunda y controlada, como el pranayama, pueden ayudar a calmar la mente, reducir el estrés y mejorar la eficiencia de la respiración.

Beneficios del Yoga para la salud respiratoria

  • Mejora la función pulmonar: Ayuda a expandir el pecho y abrir las vías respiratorias.
  • Reducción del estrés: Las técnicas de respiración profunda calman la mente y el cuerpo.
  • Aumento de la flexibilidad y la fuerza: Beneficia el bienestar general y la condición física.

CONSIDERACIONES ADICIONALES

Consulta con un profesional de la salud

Antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, es fundamental que consultes con tu médico u otro profesional de la salud. Un médico o un fisioterapeuta respiratorio puede ofrecer recomendaciones personalizadas y asegurar que el ejercicio sea seguro y efectivo.

Escucha a tu cuerpo

Es importante que los pacientes con problemas respiratorios escuchen  su cuerpo y ajusten la intensidad del ejercicio según sea necesario. Si experimentan dificultad para respirar, dolor en el pecho o cualquier otro síntoma preocupante, deben detenerse y buscar atención médica.

Mantén la hidratación y la nutrición

Mantenerse bien hidratado y seguir una dieta equilibrada también puede ayudar a mejorar la función pulmonar y la salud general. Los alimentos ricos en antioxidantes y antiinflamatorios, como frutas y verduras, pueden ser especialmente beneficiosos.

Los deportes de bajo impacto son una excelente opción para pacientes con problemas respiratorios, ya que proporcionan beneficios para la salud sin causar un estrés excesivo en el sistema respiratorio. Al elegir actividades físicas adecuadas de la mano de un especialista,  y practicarlas de manera regular, los pacientes con condiciones respiratorias pueden mejorar su salud y bienestar general. Mantenerse activo no solo es posible sino altamente beneficioso, también en pacientes con problemas respiratorios.

Previene la osteoporosis con estos hábitos de vida

La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que no muestra síntomas, pero que puede prevenirse adoptando hábitos de vida saludables y realizando ejercicio

La osteoporosis es una enfermedad que debilita los huesos de quienes la padecen, aumentando las probabilidades de que se fracturen. Prácticamente cualquier hueso puede romperse, pero lo más común es que las fracturas ocurran en la cadera, en las vértebras de la columna o en las muñecas.

En muchas ocasiones, el primer signo de esta enfermedad es directamente la rotura de uno de estos huesos, pues se trata de una afección ‘silenciosa’ que no suele causar síntomas. Sin embargo, la buena noticia es que la osteoporosis se puede prevenir y cuidar, adoptando tan solo unos cambios en el estilo de vida.

HACER EJERCICIO

Debido a que esta patología provoca que los huesos pierdan densidad, que es la cantidad de tejido óseo que está en el hueso, practicar ejercicio es fundamental para prevenirla, como recomiendan desde la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Es importante que este se vuelva esencial en la vida de las personas, lo que facilita mantener los huesos fuertes y reducir el riesgo de fracturas a medida que se envejece. Y si se tienen 50 años o más, si no se ha estado activo durante un tiempo o si se padece diabetes, enfermedad cardiaca, enfermedad pulmonar o cualquier otro problema de salud, es importante acudir al médico.

Si se pretende aumentar la densidad ósea, el ejercicio debe hacer que los músculos ejerzan tensión sobre los huesos. Para ello, los ejercicios de soporte de peso son los indicados: caminatas rápidas, trote, jugar al tenis o entrenamiento cuidadoso con pesas. Gracias a estos ejercicios se puede aumentar la densidad ósea de los más jóvenes, y se preserva en mujeres cercanas a la menopausia.

Además, aunque no ayudan a la densidad ósea como tal, ejercicios de bajo impacto como el yoga o el taichí están recomendados para mejorar el equilibrio y disminuir el riesgo de caídas. En resumen, según indica el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel del sistema de salud de Estados Unidos, el ejercicio a cualquier edad ofrece infinidad de beneficios para los huesos, entre los que destacan:

  • Formación de huesos fuertes en niños.
  • Fortalecimiento de músculos y huesos a cualquier edad.
  • Prevención de pérdida de hueso en adultos.
  • Hacer que los huesos sean más densos.
  • Mejora del equilibrio y la coordinación.
  • Prevención de caídas y fracturas.

OTROS CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA

Los hábitos de vida son un factor determinante en el desarrollo de la osteoporosis. Por ello, hay que descartar del día a día el tabaco y reducir la cantidad de alcohol que se consume. En este sentido, el alcohol en exceso puede llegar a dañar los huesos y aumentar el riesgo de caerse. A su vez, la dieta es clave: si no se recibe suficiente calcio o el cuerpo no absorbe el suficiente de los alimentos que consume, podría ocurrir que no se produzca suficiente hueso nuevo.

¿CÓMO PREVENIR NUEVAS FRACTURAS?

El riesgo de fractura es mayor cuando ya ha habido una previa, especialmente dentro del primer o segundo año después del suceso. Reducir el riesgo de una nueva es posible, siempre que se tomen medidas rápido, de acuerdo con el NIH. Evitar caerse o adherirse a los medicamentos pautados por un profesional son algunas de las recomendaciones extra en estos casos.

En resumen, para prevenir o cuidar la osteoporosis, es importante:

  • No exponerse demasiado a la luz del sol.
  • Ingerir alimentos que aportan vitamina D.
  • Seguir una nutrición idónea para la salud ósea.
  • Realizar ejercicio físico de forma regular.
  • Potenciar posturas y un equilibrio adecuados.
  • Adecuar el medio para evitar caídas.
  • Evitar fármacos que puedan aumentar el riesgo de caídas.
  • Evitar el tabaco y el exceso de alcohol.
  • Acudir al médico si se ha sufrido una fractura tras una caída banal.

Claves para retomar con éxito el entrenamiento a la vuelta de vacaciones

Sigue estos 7 consejos para incorporar de nuevo la práctica de ejercicio en tu rutina sin fracasar en el intento

Volver a hacer ejercicio después de las vacaciones de verano es un reto más complicado de lo que podemos llegar a imaginar. Tras los meses estivales en los que la mayoría cesa o reduce el tiempo de práctica deportiva, retomar el entrenamiento a la vuelta de vacaciones es cuestión de reforzar la voluntad. La pérdida del hábito, la pereza y el regreso a la rutina empañan ese objetivo. Y, quienes se animan a volver con fuerza en septiembre, a veces acaban fracasando con el paso de las semanas. Para evitar que este año seas una de esas bajas, desde Oximesa te damos las claves para retomar con éxito el entrenamiento después del verano:

COMIENZA DE FORMA PROGRESIVA

Si has mantenido el entrenamiento durante los meses de verano y los días de vacaciones, probablemente te cueste menos coger ritmo. Pero si debes empezar de cero, recuerda empezar poco a poco para que las capacidades de tu cuerpo vayan adaptándose. Ve de menos a más, exigiéndote ejercicios adecuados a tu forma física actual e incrementando objetivos y tiempos progresivamente.

ESCOGE UN DEPORTE O EJERCICIO QUE TE GUSTE

Esta decisión será fundamental para mantener la motivación y la probabilidad de adherencia a largo plazo. Disfrutar de la actividad física transforma la percepción del ejercicio de una ‘obligación’ a una experiencia placentera, con sus consiguientes beneficios para reducir el estrés y mejorar la salud mental. Eso sí, intenta encontrar el balance semanal entre el ejercicio de fuerza y el cardio para asegurar un mayor bienestar para tu organismo. Para ello, puedes combinar diferentes disciplinas, algo que te ayudará a no saturarte antes de tiempo.

MARCA TIEMPOS Y OBJETIVOS REALIZABLES

No podemos pretender regresar de vacaciones y recuperar en un sólo entrenamiento las capacidades físicas que hemos abandonado durante el verano. De hecho, esto sólo puede favorecer el riesgo de lesión y otros problemas de salud. Por ello, los expertos recomiendan establecer metas realizables en un tiempo lógico y razonable. De esta manera, integramos el ejercicio de nuevo en la rutina sin caer en el agotamiento, que en todo caso dinamitaría la motivación al crear experiencias negativas.

ENTRENA EN COMPAÑÍA

Practicar deporte con una red que comparta tus mismos objetivos es una forma menos monótona de retomar la actividad. Entrenar en compañía de amigos contribuye al sentimiento de responsabilidad y de compromiso con la rutina deportiva. Esto es algo que favorece la adherencia a largo plazo y que ayuda a aumentar la capacidad de superación. ¡Recuerda que podéis marcar objetivos en grupo para hacer la vuelta más fácil! Además, hacer ejercicio con compañeros no sólo será más divertido, sino que te permitirá sociabilizar en el día a día y descargar estrés.

CALIENTA Y ESTIRA ADECUADAMENTE

Calentar antes del entrenamiento y estirar después del mismo son dos pasos ineludibles para minimizar el riesgo de lesión. De esta manera aumentarás la flexibilidad de tus músculos y articulaciones preparándolos para el ejercicio y mejorarás su flujo sanguíneo. Reducir la rigidez del esqueleto ayudará también a disminuir el dolor post-entrenamiento, facilitando una recuperación más rápida. En este punto cabe recordar la importancia de respetar los tiempos de descanso entre sesiones. Así evitarás sentirte agotado y favorecerás una experiencia de ejercicio más agradable y sostenible.

HIDRÁTATE

Hidratarse antes, durante y después de ejercitarse es crucial para mantener el equilibrio de fluidos en el cuerpo. Así puedes prevenir la deshidratación, responsable de la fatiga, pero también los calambres y la disminución del rendimiento. La ingesta hídrica recomendada ayuda a regular la temperatura corporal, facilita el transporte de nutrientes y oxígeno a los músculos y mejora la recuperación al eliminar toxinas y reducir el dolor muscular.

SIGUE UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Con una pauta de alimentación variada y equilibrada puedes obtener los nutrientes necesarios para asegurar un correcto rendimiento físico. Con el aporte de vitaminas, minerales, proteínas y carbohidratos permites a tu organismo reponer la energía suficiente para los entrenamientos. Y, al mismo tiempo, tus tejidos musculares se reparan y fortalecen.

Si tu objetivo es perder peso, aléjate de las dietas milagro, ya que son responsables del efecto rebote y  de otros riesgos para la salud. En cambio, con una alimentación saludable podrás mantenerte en forma y obtener beneficios para todo tu organismo. Recuerda que una nutrición correcta es uno de los pilares de la vida saludable que, sin duda, te ayudará a sentirte mejor y a cuidar tu rutina como parte imprescindible del autocuidado.

Postura que respira: La importancia de una correcta posición para la respiración

La postura adecuada juega un papel fundamental en la capacidad del cuerpo para respirar de manera eficiente.

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La postura adecuada juega un papel fundamental en la capacidad del cuerpo para respirar de manera eficiente. Una postura incorrecta puede comprometer el funcionamiento de los músculos respiratorios y dificultar la respiración profunda y completa.

Aquí te mostramos cómo una buena postura puede mejorar tu salud respiratoria y algunos ejercicios que pueden ayudarte a mantenerla.

La relación entre postura y respiración. ¿Por qué es importante una buena postura?

Una postura adecuada para la respiración implica mantener la columna vertebral recta y los hombros relajados. Esto permite que los pulmones se expandan completamente y que el diafragma se mueva libremente hacia abajo durante la inhalación. Una postura encorvada o colapsada puede comprimir los pulmones y dificultar la capacidad del cuerpo para respirar profundamente.

Beneficios de una postura correcta

Expansión pulmonar completa: Mantener una columna vertebral recta permite una mayor expansión de los pulmones, facilitando una inhalación completa y eficiente.

Movimiento libre del diafragma: Una buena postura permite que el diafragma se mueva hacia abajo sin restricciones, mejorando la ventilación pulmonar.

Apertura de las vías respiratorias: Una postura adecuada ayuda a abrir las vías respiratorias, facilitando el flujo de aire hacia y desde los pulmones y previniendo la congestión pulmonar.

Mejor oxigenación: Con una respiración más eficiente, se mejora la oxigenación de los tejidos del cuerpo, contribuyendo a una mejor salud general.

Consejos para mantener una buena postura

Durante el día

De pie: Mantén los pies separados al ancho de los hombros, las rodillas ligeramente flexionadas y los hombros relajados hacia atrás.

Sentado: Siéntate con la espalda recta, los pies apoyados en el suelo y los hombros relajados. Usa una silla con buen soporte lumbar.

Acostado: Al dormir, usa una almohada que mantenga tu cuello alineado con la columna vertebral y evita dormir boca abajo, ya que puede forzar el cuello y la espalda.

Ejercicios para mejorar la postura

Estiramientos de pecho: Coloca los brazos en un marco de puerta y da un paso hacia adelante para estirar los músculos del pecho y los hombros.

Fortalecimiento del núcleo: Realiza ejercicios como planchas y abdominales para fortalecer los músculos del tronco y la espalda.

Yoga y pilates: Estas prácticas ayudan a mejorar la postura, la flexibilidad y la fuerza muscular.

En Resumen

Mantener una postura adecuada es esencial para respirar de manera eficiente y una salud pulmonar óptima. Al adoptar una postura correcta y practicar buenos hábitos posturales, puedes mejorar tu capacidad para respirar profundamente y mantener una función pulmonar óptima. Ser consciente de tu postura durante todo el día y realizar ejercicios específicos puede tener un impacto significativo en tu salud respiratoria y general.

Ejercicios de respiración para pacientes con enfermedades respiratorias crónicas

Para las personas que viven con enfermedades respiratorias crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma o la fibrosis pulmonar, los ejercicios de respiración pueden desempeñar un papel importante en el manejo de los síntomas y la mejora de la calidad de vida. Aquí te presentamos algunos de los ejercicios de respiración más efectivos y cómo pueden ayudarte.

1-Respiración diafragmática. ¿Qué es la respiración diafragmática?

También conocida como respiración abdominal, este ejercicio implica inhalar profundamente a través de la nariz, permitiendo que el diafragma se contraiga y se mueva hacia abajo, lo que hace que los pulmones se llenen completamente de aire. Luego, exhala lentamente por la boca, permitiendo que el abdomen se contraiga.

Beneficios

  • Fortalecimiento de los músculos respiratorios: Mejora la capacidad pulmonar al fortalecer el diafragma.
  • Reducción de la tensión respiratoria: Facilita una respiración más relajada y eficiente.

¿Cómo Practicarlo?

Siéntate o acuéstate en una posición cómoda.

Coloca una mano en tu pecho y la otra en tu abdomen.

Inhala profundamente por la nariz, sintiendo cómo se eleva tu abdomen.

Exhala lentamente por la boca, permitiendo que tu abdomen se contraiga.

Repite de 5 a 10 veces.

2-Técnica de respiración de labios fruncidos. ¿Qué es la respiración de labios fruncidos?

Este ejercicio implica exhalar lentamente a través de los labios fruncidos, como si estuvieras soplando una vela.

Beneficios

  • Control de la exhalación: Ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas por más tiempo.
  • Mejora de la capacidad pulmonar: Útil para personas con enfermedades obstructivas, como la EPOC.

¿Cómo Practicarlo?

Inhala profundamente por la nariz.

Exhala lentamente a través de los labios fruncidos, como si estuvieras soplando una vela.

Repite de 5 a 10 veces.

3-Respiración Profunda

Beneficios

  • Mejora de la Capacidad Pulmonar: Ayuda a llenar completamente los pulmones de aire.
  • Reducción de la Sensación de Falta de Aire: Alivia los síntomas respiratorios.

¿Cómo practicarlo?

Inhala profundamente por la nariz, llenando completamente los pulmones de aire.

Exhala completamente por la boca, liberando todo el aire de los pulmones.

Repite de 5 a 10 veces.

Conclusión

Es importante trabajar con un fisioterapeuta o un profesional de la salud capacitado para aprender y practicar estos ejercicios de respiración de manera segura y efectiva. Además, la consistencia es clave; practicar estos ejercicios regularmente puede proporcionar el máximo beneficio. Incorporar estos ejercicios de respiración en tu rutina diaria puede mejorar significativamente la capacidad pulmonar y calidad de vida, especialmente si vives con una enfermedad respiratoria crónica.

Mantén una postura adecuada y realiza ejercicios de respiración para promover una mejor salud pulmonar. ¡Respira mejor y vive mejor!

Deportes y actividades físicas beneficiosas para personas con patologías respiratorias

Existe una serie de ejercicios recomendadas a las personas con patologías respiratorias

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Las personas con enfermedad respiratoria pueden enfrentar desafíos al participar en ejercicios y actividades físicas, pero existen opciones seguras y beneficiosas adaptadas a sus necesidades y capacidades.

La natación se destaca como una actividad altamente recomendada. Al ser un ejercicio de bajo impacto, no ejerce estrés en las articulaciones, al tiempo que ofrece un entrenamiento cardiovascular completo. Estudios indican que la natación puede mejorar significativamente la función pulmonar y la capacidad de ejercicio en personas con enfermedades respiratorias crónicas (Varga et al., 2012). Además, el aire húmedo y caliente en una piscina cubierta puede dilatar las vías respiratorias, facilitando la respiración.

El yoga es otra opción beneficiosa como ejercicio. Al combinar posturas físicas, técnicas de respiración y meditación, el yoga mejora la flexibilidad, la fuerza muscular y la función pulmonar. La práctica regular de yoga puede conducir a una mejoría significativa en la capacidad pulmonar y la calidad de vida en pacientes con asma y EPOC (Cramer et al., 2019).

Otras actividades recomendadas incluyen caminar, montar en bicicleta estacionaria y ejercicios de resistencia con pesas ligeras. Estas actividades pueden mejorar la capacidad pulmonar, fortalecer los músculos respiratorios y promover una mejor salud cardiovascular en general.

Los ejercicios físicos regular no solo beneficia a las personas con enfermedad respiratoria por mejorar la función pulmonar, sino que también influye positivamente en la microbiota intestinal, lo que repercute en la salud pulmonar de manera indirecta. La microbiota intestinal, compuesta por una amplia diversidad de microorganismos, desempeña un papel esencial en la regulación del sistema inmunológico y la inflamación, lo que puede tener un impacto significativo en la salud de los pulmones. Se ha observado que el ejercicio aeróbico regular puede aumentar la diversidad y la abundancia de bacterias beneficiosas en el intestino, al tiempo que reduce la presencia de microorganismos asociados con la inflamación (Monda et al., 2017). Esta modulación positiva de la microbiota puede tener efectos beneficiosos en la salud pulmonar al reducir la inflamación sistémica y fortalecer la respuesta inmunitaria.

Además, una alimentación equilibrada y hábitos saludables también contribuyen a mantener una microbiota intestinal saludable (Holscher, 2017). Esta interacción entre la alimentación, el ejercicio y la microbiota intestinal puede tener efectos sinérgicos en la salud pulmonar al modular la respuesta inflamatoria y mejorar la función inmunitaria.

Es importante destacar que el ejercicio en general es una demanda fisiológica del cuerpo que promueve la homeostasis y la adaptación. Además de mejorar la capacidad pulmonar y la salud cardiovascular, el ejercicio regular también puede reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, lo que puede tener efectos positivos en la salud pulmonar (Marsland et al., 2015). En conclusión, el ejercicio físico regular, combinado con una alimentación equilibrada y hábitos saludables, puede influir positivamente en la microbiota intestinal y en la salud pulmonar. Estas intervenciones pueden ayudar a reducir la inflamación, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar

Autocuidado: ¿qué hábitos son imprescindibles cuidar para lograr el bienestar?

Diferentes hábitos de autocuidado ayudan a mejorar la calidad de vida y previenen el desarrollo de algunas enfermedades

Desenvolverse en el día a día siguiendo un estilo de vida saludable es una pieza clave en el control del bienestar físico, mental y social. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el autocuidado como “la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a patologías y discapacidades con o sin el apoyo de un profesional de la salud”. Y para ello es preciso seguir unos hábitos saludables que puedan mejorar nuestra calidad de vida. Son los siguientes:

  • Alimentación variada y equilibrada: para garantizarle los nutrientes necesarios al organismo, la OMS recomienda reducir el consumo de la sal, grasas trans y aceites, limitar el consumo del azúcar, priorizando el azúcar de las frutas y verduras. Todo ello planificando un menú con alimentos variados y saludables y sin olvidar la importancia del consumo de agua diario recomendado.
  • Actividad física: más que deporte, la OMS habla de actividad física y ejercicio. La actividad física corresponde a cualquier movimiento corporal de los músculos que implica el consumo de energía en nuestro día a día. Por su parte, el ejercicio es toda actividad de movimiento planeada y repetida que tiene una preparación física detrás. La recomendación pasa por realizar, al menos, 150 minutos a la semana de actividad física moderada o 75 minutos semanales de alta intensidad. Además, recuerda la importancia del entrenamiento de fuerza para fortalecer nuestra estructura. En cualquier caso, la actividad física evita el sedentarismo y ayuda a mejorar la salud cardiovascular, así como previene la aparición de enfermedades evitables, como la obesidad o la diabetes tipo 2.
  • Evitar las adicciones: el alcohol (3 millones de muertes al año) y el tabaco (8 millones de muertes anuales) son las sustancias adictivas que presentan mayor letalidad a nivel global. Además de la mortalidad asociada, estos hábitos son culpables de cientos de trastornos y enfermedades perjudiciales para la salud, como las cardiovasculares, las hepatopatías o el cáncer. Por ello, la OMS insta a evitar el tabaquismo, el consumo de alcohol y otras sustancias estupefacientes
  • Descanso de calidad: el sueño es el mecanismo del organismo para regenerarse cada día. Para asegurar una reparación completa, los consejos son mantener un horario regulado, dormir entre 7 y 8 horas en la etapa adulta y buscar ambientes tranquilos para garantizar la calidad del descanso. Además, las siestas están desaconsejadas si se presenta dificultad para dormir por las noches. También hay que evitar las pantallas y el uso de los dispositivos antes del descanso nocturno.
  • Cuidado de la salud mental: es un pilar básico del autocuidado, pero a menudo desatendido por la falta de tiempo o de recursos. Para preservar un buen estado emocional, lo óptimo es escucharse y compartir los pensamientos y sentimientos con otras personas. Además hay que detectar las emociones que producen malestar, buscar apoyo cuando sea necesario y disfrutar del ocio y del tiempo libre. También ayuda la práctica de técnicas de relajación y respiración, como la meditación.
  • Actividad e integración social: está estrechamente ligado al punto anterior, ya que las relaciones interpersonales son sostén de la salud emocional. Los vínculos afectivos seguros nos ayudan a mantener el contacto con los demás, a sentirnos acompañados, a desconectar y externalizar nuestras emociones. Cuidar las relaciones con los familiares, amigos y seres queridos es vital para mantener la mente en equilibrio.

¿Qué son los hipopresivos? Descubre sus beneficios

Los ejercicios hipopresivos trabajan la musculatura de la cavidad abdominal a través de contracciones musculares y técnicas de respiración específicas

En la búsqueda constante de métodos innovadores para mejorar la salud y la condición física, los ejercicios hipopresivos han ganado popularidad como una alternativa única y efectiva. Estos ejercicios, también conocidos como ‘gimnasia abdominal hipopresiva’, no sólo ofrecen beneficios físicos notables, sino que también han captado la atención de expertos en salud y fitness en todo el mundo porque alivian el estrés. En este artículo descubriremos todos esos beneficios que nos aportan.

¿QUÉ SON LOS HIPOPRESIVOS?

Los hipopresivos constituyen una modalidad de entrenamiento enfocada en la activación de la musculatura profunda del abdomen y el suelo pélvico, sin generar la presión intraabdominal que caracteriza a muchos otros ejercicios. Desarrollados por el fisioterapeuta belga Marcel Caufriez en la década de 1980, los hipopresivos buscan mejorar la higiene postural y abordar problemas relacionados con el suelo pélvico de manera no invasiva y muy eficaz a través de la combinación de las contracciones de la musculatura pélvica y técnicas de respiración específicas.

Estos ejercicios se centran principalmente en la zona del core, que incluye los músculos abdominales, lumbares, pelvis y suelo pélvico. A diferencia de los ejercicios tradicionales que pueden generar presión en la cavidad abdominal, los hipopresivos buscan fortalecer esta área sin ejercer fuerzas o presión hacia afuera. Este hecho no solo favorece el tono muscular, sino que también puede tener impactos positivos en la postura y en la prevención de problemas como la incontinencia urinaria.

TIPOS DE HIPOPRESIVOS

Para practicar hipopresivos, es importante ponerse en manos de un profesional certificado que nos guíe durante las clases y nos enseñe a realizar las contracciones de la manera correcta. Estas contracciones pueden realizarse con posturas básicas o con secuencias dinámicas para amenizar el ejercicio:

  • Posturas básicas: dentro de este grupo podemos encontrar la postura en cuadrupedia hipopresiva, en la que el practicante se arrodilla y apoya las manos en el suelo, manteniendo la columna en posición neutra y realizando contracciones abdominales y respiratorias. También está la postura en decúbito supino hipopresivo, con el individuo tumbado boca arriba, que se enfoca en la elevación de la pelvis y la activación de los músculos abdominales y del suelo pélvico.
  • Secuencias dinámicas: se trata de ejercicios que incorporan elementos como cuerdas o bandas elásticas para añadir resistencia y desafío al control postural, fortaleciendo aún más los músculos implicados.

BENEFICIOS DE PRACTICAR HIPOPRESIVOS

  • Fortalecimiento del core: al trabajar los músculos profundos del abdomen y la zona lumbar, los hipopresivos promueven un core (músculos del abdomen, la zona lumbar, la pelvis y el suelo pélvico) fuerte y estable, esencial para mantener una buena postura y prevenir lesiones.
  • Mejora de la postura: la activación de la musculatura profunda contribuye a una mejor alineación de la columna, reduciendo la presión sobre las vértebras y mejorando la higiene postural.
  • Reducción del abdomen: aunque no son un ejercicio para perder peso, los hipopresivos pueden contribuir a una apariencia más estilizada del abdomen al tonificar los músculos y mejorar la elasticidad de la piel en la zona abdominal.
  • Prevención de problemas pélvicos: estos ejercicios son reconocidos por su eficacia en la prevención y tratamiento de problemas como la incontinencia urinaria y otros trastornos del suelo pélvico, especialmente en mujeres después del parto o adentradas en la menopausia.
  • Estimulación circulatoria y respiratoria: la combinación de contracciones musculares y técnicas respiratorias específicas que se realizan durante las clases de hipopresivos puede mejorar la circulación sanguínea y la capacidad respiratoria.
  • Inducción a la relajación y al alivio del estrés: la práctica regular de hipopresivos que implica esa combinación de contracciones musculares y técnicas respiratorias, además de fortalecer el cuerpo físicamente y estimular los sistemas circulatorio y respiratorio, también promueve la relajación y reduce el estrés. Al centrarse en la conexión entre la respiración y el control muscular, los hipopresivos pueden actuar como una forma de mindfulness, ayudando a calmar la mente y mejorar el bienestar emocional.

Consejos para afrontar mejor el cambio de hora

En la madrugada del último domingo del mes de octubre, se produce el cambio de hora y retrasamos el reloj

Acabamos de aterrizar en el otoño y, como cada año, debemos prepararnos para el cambio de hora. Aunque en los meses de octubre siempre hacemos el famoso retraso de una hora en el reloj que nos permite dormir un poco más, lo cierto es que nuestro cuerpo tiene su propio reloj biológico y es normal que durante los primeros días de adaptación, tengamos más hambre y sueño a deshoras.

Con el cambio de horario veremos cómo día a día van disminuyendo las horas de sol, viviremos noches más largas y no nos quedará otra que acostumbrarnos al frío. Adaptarnos a este proceso puede mermar nuestra productividad y nuestra capacidad de descanso, afectando a nuestra rutina y haciéndonos empezar los días con el pie torcido. Si sigues estos consejos, podrás hacer el cambio mucho más llevadero:

  • Desayuna fuerte. Puesto que nos vamos a despertar una hora más tarde, debemos alimentar al organismo de manera contundente para que afronte el día con energía desde el primer minuto. Eso sí, siempre escogiendo alimentos saludables y descartando los procesados, los azúcares y las grasas. Mejor opta por alguna pieza de fruta, un lácteo desnatado, proteína y algún alimento carbonatado de asimilación lenta.
  • Haz un almuerzo y merienda contundentes. Así, frenarás las ganas de picar entre horas y te sentirás más saciado para que, cuando lleguen las respectivas horas de comer y cenar, hagas comidas más ligeras. Recuerda que el cambio de horario no es excusa para sucumbir a los atracones.
  • No tomes bebidas estimulantes. Nos referimos al café, a cualquier tipo de té que incorpore teína o a las bebidas energéticas, cuyos ingredientes activan el organismo y nos quitan el sueño. Incluso aunque ya consideres que estás acostumbrado a ingerirlas, lo mejor es evitarlas, al menos, a partir de la hora de la comida, dado que el cuerpo tarda en eliminarlas.
  • Evita las siestas. El objetivo de este periodo de adaptación es volver a regular el horario de sueño, por lo que echarse una siesta no va a ser lo más recomendable. Si pretendes dormirte después de comer, lo que vas a hacer es trasladar el pico de sueño profundo a esta franja y, por lo tanto, cuando llegue la noche, tu organismo va a entrar en una fase de sueño ligero, impidiendo un descanso reparador.
  • Realiza actividad física. Sobre todo por la tarde, puedes practicar deporte para cumplir con tu vida saludable y permitir que el cuerpo consuma la mayor parte de su energía. El esfuerzo físico se traducirá en cansancio, que, sin duda, te ayudará a dormir más rápido y mucho mejor.
  • Una ducha reparadora. Para relajarte por completo, es conveniente que te des una ducha por la noche. El sonido y el vapor del agua, la reparación de la piel y la sensación de limpieza actúan transmitiendo calma y placidez al cerebro y a nuestra musculatura.
  • Toma infusiones tranquilizantes. La manzanilla, la tila, el poleo menta y la valeriana son los tipos de infusiones más conocidas para ayudar al cuerpo a encontrar la relajación que propicie el sueño. Tomarlas antes de irse a la cama son una opción ideal, ya que también favorecen la digestión.
  • Ajusta la hora de ir a dormir. Es probable que los primeros días llegue la hora de conciliar el sueño, y que, sin embargo, te sientas aún bien despierto. Para intentar retomar un buen horario, puedes retrasar media hora el momento de ir a dormir, pero ve recortando minutos conforme van pasando los días para acomodar la nueva hora. Eso sí, asegúrate de dormir unas 8 horas de media diarias para sobrevivir a la rutina.

Claves para ponerse en forma tras las vacaciones

El ejercicio físico, la alimentación sana equilibrada y el descanso oportuno son unas de las tres variables a controlar

Septiembre es un mes que se caracteriza por ser el inicio de múltiples propósitos. Con el fin de las vacaciones de verano, uno de los más frecuentes es la adopción de un estilo de vida saludable, en el que el ejercicio físico, la alimentación sana equilibrada y el descanso oportuno se conviertan en los protagonistas de nuestra rutina.

Controlar estas tres variables será indispensable para que logres ponerte en forma y, lo que resulta más importante, que lo mantengas en el tiempo. De nada servirá un cambio de hábitos radical si, en apenas dos semanas, regresas al punto de partida.

Si quieres que este giro vital no derive en un nuevo intento frustrado, ten en cuenta las siguientes claves:

  • Actividad física y ejercicio físico no son lo mismo. Muchas personas utilizan estos conceptos como sinónimos, pero no es así. Lo cierto es que la actividad física es toda aquella que realizamos en nuestro día a día (caminar, subir escaleras, llevar las bolsas de la compra…), mientras que el ejercicio físico es una actividad voluntaria y planificada (natación, ciclismo, mejorar la fuerza en el gimnasio…). Ambas buscan mantener nuestra salud y son fundamentales si deseas ponerte en forma.
  • Mantente activo. Moverte debe ser tu seña de identidad. Camina un mínimo de 8.000 a 10.000 pasos al día, apuesta por ir andando a tu trabajo (en su defecto, baja unas cuantas paradas antes o aparca el coche algo más lejos) y prioriza las escaleras en lugar del ascensor. La actividad física debe ser el primer eslabón en tu cambio de hábitos.
  • Entrena la fuerza. Los ejercicios de fuerza mejoran la densidad ósea, disminuyendo así el posible riesgo de osteoporosis o fracturas y protegiendo, a la vez, nuestras articulaciones. Gracias a su mejora, se pueden desarrollar otras como la resistencia o la velocidad. Puedes ayudarte de elementos externos como las mancuernas y las barras o, por el contrario, trabajar con tu propio peso corporal.
  • Paciencia y constancia. Cuando la motivación se termina, la disciplina comienza. No pretendas hacer una rutina deportiva que no seas capaz de mantener en el tiempo. Todo suma. ¿Solo tienes 30 minutos al día para entrenar? No hay problema. Si eres capaz de generar una adherencia a tu rutina, tu cuerpo experimentará grandes cambios a corto, medio y largo plazo. Mejor hecho, que perfecto.
  • La nutrición y el descanso, tus mayores aliados. Tu rutina diaria debe complementarse con una correcta alimentación, aportando a tu organismo todos los macro y micronutrientes. Prioriza los alimentos reales: carnes, pescados, mariscos, huevos, frutas, verduras, tubérculos…y elimina el alcohol de todas las ingestas.

En paralelo, busca una buena higiene del sueño, con horarios regulares y aportando un descanso de entre 7 y 9 horas diarias.

Beneficios del surf, un deporte para no perder la rutina física en verano

El surf es un deporte muy completo que trabaja cuerpo y mente

Con la llegada del verano, no hay excusas para no mantener nuestra rutina física, ni siquiera en las escapadas de vacaciones. Si este año te has decidido por un plan de sol y playa, entonces es un buen momento para probar el surf, una forma de hacer deporte de manera divertida y refrescante, pero también un tanto exigente.

Más allá de la diversión y la adrenalina que ofrece, el surf aporta una amplia variedad de beneficios para la salud física y mental. Es un deporte muy completo que involucra a todos los grupos musculares y que, sin duda, mejora nuestra calidad de vida. Estos son todos sus beneficios:

  • El surf es un deporte que requiere de un alto esfuerzo físico: remar para llegar a las olas, mantener el equilibrio en la tabla y realizar maniobras involucra a las capacidades físicas de fuerza, resistencia y flexibilidad. Y es que durante una sesión de surf, se trabaja todo el cuerpo, especialmente los músculos de los brazos, hombros, espalda, abdomen y piernas. Consecuentemente, es un deporte que tonifica el cuerpo y que favorece su movilidad, evitando la atrofia muscular y favoreciendo la elasticidad de nuestra estructura.
  • Este deporte acuático desafía constantemente nuestro equilibrio y coordinación. Mantenerse de pie sobre la tabla mientras las olas nos impulsan requiere de un control preciso de nuestros músculos y de una buena conexión mente-cuerpo. A medida que practicamos surf, desarrollamos una mayor estabilidad y coordinación, lo que se traduce en una mejora de nuestras habilidades motoras.
  • El constante movimiento en el agua y el esfuerzo físico favorecen la quema de grasas y la activación de nuestro metabolismo. Consecuentemente, contribuye al bienestar de nuestro sistema cardiovascular, previniendo enfermedades cardiacas y respiratorias, como son el colesterol LDL, la diabetes tipo 2 o la obesidad.
  • Cuando practicamos surf, se activa todo nuestro cuerpo, incluido el sistema circulatorio. Así que los anticuerpos y leucocitos presentes en el torrente sanguíneo circulan con mayor velocidad, fortaleciendo así nuestro sistema inmunológico. En definitiva, tendremos menos riesgo de contraer enfermedades.
  • La mente es otra de las grandes beneficiadas a la hora de practicar surf. Como con cualquier otro deporte, nuestro organismo libera endorfinas, conocidas como las ‘hormonas de la felicidad’. Además, sumergirse en el océano y conectar con la naturaleza tiene un efecto calmante y relajante. La combinación entre deporte y entorno natural crea un ambiente propicio para descargar la tensión y reducir el estrés y la ansiedad.
  • El contacto con el agua salada es un gran exfoliante para la piel, que depura las células muertas y elimina la suciedad de todos los poros. También es un excelente tratamiento para los callos o pieles agrietadas. Además, la sal tiene propiedades antisépticas, es decir, hace que heridas, erupciones o abrasiones curen más rápido.

Entrenamiento de fuerza para principiantes: así debes empezar

Muchas organizaciones nacionales de la salud lo recomiendan

Todos conocemos la importancia de practicar deporte para nuestra salud. Sin embargo, no siempre lo practicamos tanto como deberíamos. Cabe recordar que el ejercicio no es bueno solo físicamente, también es bueno para la mente.

Es más, según informan desde Sanitas, las personas que introducen alguna actividad física regular en su rutina están de mejor humor, duermen mejor, tienen niveles más bajos de estrés y ansiedad y perciben cambios en su propio concepto.

Hay cientos de deportes que puedes practicar, pero el ejercicio de fuerza es uno de los más completos, porque no supone solo el crecimiento de la masa muscular. Trabajar esta capacidad también tiene beneficios para fortalecer la musculatura y evitar lesiones. Además, aporta una activación del metabolismo y tiene una potente función de activación hormonal.

Incluso, esta forma de ejercicio es recomendando por organizaciones nacionales de la salud como el Colegio Americano de Medicina del Deporte y la Asociación Estadounidense del Corazón para la mayoría de las poblaciones, incluidos adolescentes, adultos sanos y ancianos.

Asimismo, los profesionales de QuironSalud también recuerdan que es más práctico y fácil que otro, porque se puede realizar en cualquier espacio, aunque no tengamos material para realizarlo, y es que hay objetos en nuestro día a día que puede servirnos para llevar a cabo la práctica: una botella de agua, sillas, paquetes de arroz o si tienes una mascota, su saco de pienso te servirá. Si nunca lo has practicado o quieres hacerlo pero no sabes cómo, a continuación te damos unos consejos para comenzar con él:

  • Empieza con el peso corporal. Al principio es importante realizar una buena técnica. Por eso, lo ideal es empezar a hacer ejercicios en los que solamente nos centremos en mantener una buena postura corporal. A la vez, podemos ir ganando fuerza entrenando únicamente con nuestro peso corporal.
  • Planifica los descansos. Con la motivación, quizás tengamos ganas de entrenar todos los días, pero es importante pensar en nuestras posibilidades reales y recordar lo importante que son los días de descanso para nuestros músculos. Lo ideal es dejar un día de descanso después del entrenamiento, por lo que se puede empezar a entrenar dos o tres días a la semana. Poco a poco tu cuerpo te permitirá aumentar los días.
  • Calienta antes de empezar. Si no estamos acostumbrados a entrenar, es posible que no seamos conscientes de la importancia de hacer un buen calentamiento. Este error se traduce en un mayor riesgo de sufrir lesiones. Intenta hacer movilidad articular y realizar estiramientos 10 minutos antes de comenzar el entreno.
  • Trabaja todo el cuerpo. No te centres solo en una zona corporal, por lo que es importante planificar una rutina para entrenar todo nuestro cuerpo de manera que trabajemos todos los grupos musculares.

Si tienes ganas de probar este deporte, no dejes que nada te frene. Aun así, si deseas comenzar a practicarlo, debes consultarlo antes con un entrenador personal para que te guíe en todo este proceso a la vez que te ayude a mejorar tus capacidades deportivas y de rendimiento.

Consejos para afrontar la vuelta a la rutina deportiva

Después de las festividades navideñas, volver a la rutina deportiva puede ser arduo

Las vacaciones de Navidad han sido el momento perfecto para relajarnos. Por ello, es normal que dejemos de lado los entrenamientos o que no realicemos ejercicio de forma tan intensa ni regular.

La Organización Mundial de la Salud recuerda que la actividad física es buena para el corazón, el cuerpo y la mente. Concretamente, realizar una actividad física con regularidad puede prevenir y ayudar a gestionar cardiopatías, la diabetes tipo 2 y el cáncer. Asimismo, puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad.

El problema comienza cuando llega el momento de volver a la rutina. Tras días sin entrenar, cometer ciertos errores puede hacer que comiences la temporada cargado de lesiones. Por eso, te vamos a dar unos consejos para volver a entrenar como lo hacías antes de estas vacaciones de forma progresiva.

En primero lugar, establece un objetivo para este año, ya que te hará estar más motivado. Eso sí, no seas demasiado exigente contigo mismo. Con esto, es importante tener en cuenta que no es necesario entrenar todos los días. Descansa al menos dos días a la semana.

En segundo lugar, evita las sesiones de impacto. Según Mayo Clinic, puedes ir introduciendo ejercicios de cardio y de ejercicio moderado, como ir en bicicleta estática o elíptica; hacer caminatas a paso ligero, e ir introduciendo un ejercicio de carrera a medida que pasan los días.

A esto hay que sumar tener una buena organización de los ejercicios a realizar. Es decir, trabaja actividades específicas y no abarques diferentes tipos de deportes. Si no lo practicas ya, replantéate introducir algunas sesiones de yoga o estiramientos, ya que te servirá para relajarte después de cada actividad.

Por último, ten paciencia. Es fundamentar volver a la rutina de forma pausada para evitar lesiones. Aunque sientas que te está costando retomar la forma, no te agobies, en pocos días notarás como vuelves a tu condición física anterior.

¿Y si no he practicado deporte nunca?

El comienzo de año trae consigo nuevos propósitos, y empezar a hacer deporte es uno de los más vistos. El exceso de la comida de esta festividad es una buena excusa para comenzar a practicar ejercicio de forma moderada y mejorar tu salud.

Tal y como aseguran desde Quirónsalud, la actividad física en general mejoran la imagen corporal, la autoestima, el funcionamiento cardiaco, incluso el humor, la sociabilidad, genera nuevas habilidades, reduce la demencia y la osteoporosis.

Si nunca has practicado ningún tipo de actividad física, lo primero que debes hacer es organizarte los días destinando una hora al día para practicarlo. Comienza dando paseos junto a personas que conozcas: familiares, amigos…

Además, establece metas cortas que puedas conseguir. Cada reto que vayas consiguiendo será una celebración para animarte a seguir adelante. Y, por supuesto, no olvides divertirte. No te tomes el ejercicio como una obligación, porque es importante que disfrutes de lo que estás haciendo.

Tanto si ya practicabas deporte como si vas a empezar a hacerlo, sería interesante que busques un entrenador que pueda asesorarte y te guíe desde el principio. Te darán consejos sobre alimentación y te marcarán el ritmo según tus propias posibilidades.