Espirometría: ¿Cómo realizar correctamente esta prueba?

La espirometría permite diagnosticar de manera temprana algunas enfermedades respiratorias. Sin embargo, para muchos pacientes es una prueba compleja. Te damos las claves para su realización de forma exitosa

Uno de los procesos más importantes a la hora de abordar una patología es sin duda el momento del diagnóstico. Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en la vida de una persona. Es por ello que algunas pruebas como la espirometría son sumamente importantes para muchas enfermedades. No obstante, ¿sabemos cómo se realiza correctamente esta prueba?

En primer lugar debemos tener en cuenta qué tipo de enfermedades respiratorias podemos detectar con la espirometría. Algunas de ellas serían el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la bronquitis crónica, el enfisema o la fibrosis pulmonar.

Con esta prueba, además, podemos no sólo diagnosticar la patología, sino también hacer un seguimiento, controlar el tratamiento o evaluar si está mejorando o agravándose. Esta técnica de exploración de la función respiratoria mide los flujos y los volúmenes respiratorios.

TIPOS DE ESPIROMETRÍA

Una de las primeras cosas a tener en cuenta a la hora de enfrentarnos a una espirometría es que existen dos tipos de prueba: espirometría simple  y espirometría forzada. Según explica la Comunidad de Madrid en una de sus guías para personas con enfermedades crónicas, el primer tipo de prueba “consiste en que la persona, tras una inspiración máxima, expulse todo el aire de sus pulmones durante el tiempo que necesite para ello”. Así, comentan, se mide el volumen de aire que entra y sale de los pulmones, y el máximo que podría entrar y salir.

En el segundo de los casos, “la persona hace una inspiración máxima y después lo suelta bruscamente en el menor tiempo posible hasta que no pueda expulsar más”. Este caso es el más útil para el estudio de broncopatías. De esta manera se mide el flujo, es decir, la cantidad de aire por segundo que puede expulsar una persona.

Según los expertos, para realizar bien esta prueba la clave es soplar todo lo fuerte que podamos y durante el mayor tiempo posible. También es muy importante colaborar con el personal sanitario que nos está realizando la prueba y atender a todas sus indicaciones. Y es que, el resultado de la prueba depende en gran medida de la propia colaboración del paciente.

‘SÍ Y NO’ ANTES DE LA PRUEBA

Antes de someternos a una prueba de espirometría hay varias cosas que tenemos que tener en cuenta de cara a realizar exitosamente la prueba. Estas serían las más importantes:

  • Tabaco. Lo más recomendable es no fumar ni vapear, al menos, una hora antes de la prueba, pues los resultados pueden alterarse e incluso podemos sufrir una broncoconstricción aguda.
  • Comida. Pese a que no es necesario acudir a la prueba sin haber comido nada, sí que es mejor evitar las comidas muy copiosas dos horas antes de la prueba.
  • Alcohol o estimulantes. Tampoco está recomendado el consumo de alcohol, tóxicos o bebidas estimulantes durante las seis horas anteriores a la prueba.
  • Ejercicio físico. Se debe evitar el ejercicio físico intenso de forma previa a la realización de la prueba, al menos 30 minutos antes. También es aconsejable acudir un poco antes de la hora de la cita y esperar en reposo al menos durante 15 minutos.

VO2 Max, volumen máximo de oxígeno

El VO2 Max nos ayuda a conocer nuestro rendimiento físico al practicar deporte

El VO2 Max es el volumen máximo de oxígeno que puede procesar el organismo durante el entrenamiento físico. Se trata de la cantidad de oxígeno que podemos aprovechar cuando practicamos deporte.

Cuanta mayor cantidad de oxígeno logremos transportar a los músculos por minuto, mejor rendimiento tendremos. Por todo ello, el VO2 Max o Consumo Máximo de Oxígeno es un gran pronosticador del éxito de pruebas de resistencia.

Valores normales

VO2 Max se expresa en milímetros de oxígeno utilizados en un minuto por kg de peso corporal (ml/kg/min). Los valores estándar de VO2 Max están alrededor de 40-50 ml/kg/min, pero los atletas profesionales suelen rondar los 70-80 ml/kg/min.

Aunque es un parámetro que viene condicionado mucho por la genética, también puede mejorarse (hasta un 15%) con entrenamiento.

Cómo calcular el vo2

Se obtiene midiendo el volumen de oxígeno contenido entre una inhalación y una exhalación para determinar cuánto oxígeno es consumido en un minuto.

La manera más fidedigna para conocer el VO2 Max es mediante una espirometría durante una prueba de esfuerzo. No obstante, también existen otros estudios que pueden ayudar a estimarlo, como el Test de Course Navette, el Test Cooper y el Rockpot.

A pesar de que se estima que el VO2max decrece un 1% anualmente, la Federación Española del Corazón indica que altos niveles de capacidad aeróbica durante la adolescencia se asocian con una mayor salud cardiovascular durante la edad adulta.

Asimismo, un estudio de la European Society of Cardiology relaciona un mayor consumo máximo de oxígeno o VO2 Max con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Estos resultados vuelven a poner de manifiesto la importancia de la práctica de ejercicio físico regular durante toda la vida como medicina preventiva eficaz.

Diagnóstico para terapias respiratorias

Te decimos qué pruebas médicas son necesarias para identificar trastornos pulmonares.

Para diagnosticar de forma adecuada cualquier enfermedad, los médicos llevan a cabo una serie de pruebas que identifican, descartan y arrojan luz sobre el estado de salud del paciente y sobre el tratamiento a seguir.

Los síntomas respiratorios como la disnea no aclarada o la tos crónica  y las enfermedades respiratorias más frecuentes,  como el asma o la EPOC pueden diagnosticarse gracias a las pruebas de función respiratoria (PFR), que miden desde espiraciones sencillas hasta exámenes más sofisticados para evaluar la mecánica ventilatoria. Estos exámenes ofrecen datos objetivos, precisos y fiables a los médicos para la posterior toma de decisiones, la interpretación clínica, el diagnóstico detallado y la evaluación.

Para la realización de estos estudios se necesitan distintos equipos técnicos y personal cualificado y experimentado, así como seguir las normas de control de higiene establecidas para obtener, así, resultados de calidad. Asimismo, es conveniente no fumar, ni beber alcohol, ni hacer ejercicio pocas horas antes de la prueba y un dato relevante es no llevar ropas ajustadas que pueda comprimir el abdomen.

Tipos de pruebas respiratorias

  1. Espirometría

El paciente tiene que respirar a través de la boquilla de un espirómetro, manteniendo cerrados los labios y con la nariz tapada con unas pinzas. Hay que inspirar de forma profunda, y a continuación, expulsar todo el volumen de aire que se es capaz de sacar.

La espirometría puede ser simple o forzada, según la espiración sea relajada o bien con esfuerzo. La espirometría forzada implica expulsar todo el aire de los pulmones en el menor tiempo posible y sirve, especialmente, para confirmar el diagnóstico de EPOC y para valorar la intensidad de la enfermedad. La espirometría es la prueba modelo para medir los volúmenes pulmonares. Sin duda, es el estudio que se emplea con mayor frecuencia en los laboratorios.

  1. Pletismografía corporal

Aporta datos que no da la espirometría, como son el volumen residual, es decir, el volumen que queda en el pulmón después de expulsar todo el aire, y la capacidad pulmonar total. Se trata de una prueba compleja que es esencial para el diagnóstico de enfermedades respiratorias.

El paciente está sentado dentro de una cabina, respira por la boca a través de una boquilla y con una pinza en la nariz, y hace un jadeo tranquilo. Luego el explorador cierra durante unos segundos la entrada de aire al sistema y la persona hace esfuerzos para vencer el obstáculo.

  1. Volúmenes Pulmonares

Esta prueba mide la capacidad pulmonar total (el aire que cabe en los pulmones) y el volumen residual (aire que queda en los pulmones después de una espiración completa). Esto permite conocer determinadas capacidades pulmonares, que pueden ser importantes para entender la fisiopatología de sus pulmones.

Normalmente se usa el método de dilución de helio, que se basa en respirar repetidamente una mezcla de gases de helio, oxígeno y nitrógeno. Ayuda a medir las concentraciones iniciales y finales de helio y a partir de aquí poder calcular todos los volúmenes pulmonares.

  1. Difusión Pulmonar de monóxido de carbono

Este estudio calcula la eficiencia con la que los pulmones llevan el oxígeno al torrente sanguíneo. Consiste en respirar un gas inofensivo durante un tiempo muy corto (a menudo solo una respiración) y medir la concentración del gas en el aire exhalado. La diferencia en la cantidad de gas inhalado y exhalado mide la eficacia del paso de los gases del alveolo a la sangre.

Para realizarla hay que respirar por una boquilla conectada a una máquina, vaciar los pulmones espirando tanto aire como se pueda. Después hacer una inspiración rápida de un gas de prueba y mantener el aire 10 segundos, para posteriormente espirar.

  1. Test de la marcha de 6 minutos

Es conocido también como 6MWT (por sus siglas en inglés 6 minutes walking test). Es una prueba funcional cardiorrespiratoria consistente en medir la distancia máxima que puede recorrer un sujeto durante 6 minutos.

Es una prueba fácil de realizar, bien tolerada, que refleja muy bien las actividades de la vida diaria, además de un importante marcador pronóstico en diversas enfermedades respiratorias como la EPOC, la hipertensión pulmonar y la fibrosis pulmonar idiopática.

Es muy sensible para detectar cambios posteriores a ciertas intervenciones farmacológicas y no farmacológicas como el entrenamiento físico, siendo muy útil para ver la cantidad de oxígeno que un paciente necesita para la deambulación, ya que para que este sea efectivo es necesario conseguir una SaO2 es ≥ 90% con el dispositivo portátil recomendado.

La finalidad de estos estudios funcionales respiratorios es, por una parte diagnosticar enfermedades pulmonares como el asma, bronquitis o enfisema, y por otra, evaluar la respuesta de los tratamientos.