Desde la PsicoNeuroInmunoEndocrinología destacan la importancia de la luz del sol para diferentes procesos del cuerpo y para la salud inmunitaria e intestinal
La exposición solar ha sido esencial para la vida en la tierra desde sus orígenes. Desde la PNIe, entendemos que la luz del sol no es solo una fuente de energía externa, sino una señal biológica fundamental que regula los ciclos circadianos, la producción hormonal, la actividad inmunitaria y la salud intestinal.
La luz solar y los ritmos circadianos
El sistema circadiano está dirigido por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que sincroniza funciones biológicas con los ciclos de luz-oscuridad. La luz solar, especialmente la luz azul de la mañana, inhibe la melatonina y activa el cortisol, promoviendo el estado de alerta, la atención y el metabolismo.
La exposición a luz natural por la mañana está asociada con mejor calidad del sueño nocturno, mayor variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC) y menor riesgo de depresión estacional, según estudios en cronobiología. El desajuste circadiano, frecuente en estilos de vida modernos, se ha vinculado con obesidad, insomnio, enfermedades autoinmunes y disbiosis intestinal.
Espectro de la luz solar y efectos biológicos
Según el espectro de luz solar que recibamos este tendrá un efecto sobre la salud diferentes:
- UVB (280-315 nm): estimula la producción de vitamina D3 en la piel (colecalciferol), esencial para inmunidad innata, salud ósea, regulación de la insulina y mantenimiento de la microbiota.
- Luz roja (620-750 nm): penetra profundamente en los tejidos y promueve la función mitocondrial, lo cual mejora la regeneración celular, reduce la inflamación y acelera la cicatrización.
- Luz azul (450-495 nm): necesaria para sincronizar el reloj biológico, pero en exceso (especialmente en la noche) altera la secreción de melatonina y afecta negativamente el eje HHA.
Vitamina D: más que un micronutriente
La deficiencia de vitamina D se asocia a enfermedades autoinmunes, infecciones respiratorias, alteraciones del estado de ánimo, disbiosis y menor diversidad bacteriana intestinal. La vitamina D regula la expresión de péptidos antimicrobianos como la catelicidina, y modula el equilibrio entre células Th1 y Th2 del sistema inmunitario.
La exposición solar de 15-20 minutos diarios en cara y brazos, sin bloqueador solar y fuera de las horas críticas (ideal antes de las 10:00 a. m. o después de las 4:00 p. m.), es suficiente para la síntesis endógena, especialmente en latitudes tropicales.
Efectos del sol sobre la microbiota y el estado emocional
Estudios recientes indican que la luz ultravioleta puede modular la composición del microbioma cutáneo e intestinal. Además, la exposición al sol estimula la liberación de endorfinas, serotonina y dopamina, lo cual mejora el estado de ánimo y reduce la ansiedad. Esta interacción entre luz, neuroquímicos y microbiota fortalece el eje microbiota-intestino-cerebro.
Consejos para una exposición saludable
Por último estos son los consejos que debes seguir para tener una exposición a la luz del sol saludable:
- Evitar bloqueadores en los primeros 15 minutos de sol directo.
- No exponerse en horarios de alta radiación UV sin protección.
- Alternar exposición solar con sombra para evitar daño celular oxidativo.
- Usar ropa ligera, sombreros y gafas de sol como barrera física en horas de alta radiación.
No en vano, el sol, en dosis adecuadas, es una medicina natural. Reprograma nuestros ritmos internos, fortalece nuestro sistema inmune, mejora la función mitocondrial y potencia la relación entre cerebro y microbiota intestinal. Aprender a tomar el sol de forma consciente es reconectar con un código biológico ancestral que la PNIe ayuda a descifrar y aplicar terapéuticamente.
Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).