¿Tienes faringitis? Aprende a tratarla (y prevenirla)

El frío, la polución, el ambiente seco o el estrés son factores que puede predisponer su aparición

La faringitis es una de las enfermedades más comunes de la garganta. Se trata de una inflamación de la faringe causada por una infección, aunque también puede deberse a causas alérgicas, químicas o traumáticas.

Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, el frío, la polución, el ambiente seco o el estrés son factores que puede predisponer su aparición.

Por lo general, la faringitis de inicia de forma brusca y entre los síntomas más frecuentes se incluyen: dolor de garganta, dolor al tragar, amígdalas rojas e inflamadas, dolor de cabeza y fiebre.

Para diagnosticarla, desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria detallan que el médico prestará especial atención a los síntomas y a la exploración de la garganta. Como la evolución y el tratamiento son diferentes dependiendo de si se trata de una faringitis vírica o una faringitis bacteriana, puede ser necesario un análisis microbiológico. 

En cuanto al tratamiento, la Sociedad Española de Medicina Interna detalla que, en la mayoría de los casos, la faringitis aguda viral no responde bien a los medicamentos, por lo que los pacientes deben esperar a que la enfermedad se resuelva por sí sola, tomando analgésicos o antiinflamatorios para tratar el dolor. También, los líquidos, las pastillas anestésicas y los caramelos duros pueden ayudar a calmar el dolor.

LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN

La prevención es la mejor forma de reducir el riesgo de sufrir faringitis u otras enfermedades de la garganta. Para ello, desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello aconsejan: seguir una dieta saludable, no fumar, llevar una correcta hidratación, evitar el alcohol, descansar bien, evitar el estrés y no automedicarse.

Por su parte, en Clínica Mayo recomiendan tener unas medidas de higiene adecuadas: lavado de manos frecuente, taparse la boca al toser o estornudas y no compartir elementos personales como vasos o cubiertos.

¿Faringitis o amigdalitis? Aprende a diferenciarlas

La faringitis es una inflamación aguda de la mucosa de la orofaringe causada, por lo general, por alguna bacteria, hongos, virus o una reacción alérgica a los alimentos

La faringitis y amigdalitis son dos afecciones muy frecuentes que surgen con la llegada del invierno. Aunque a priori puedan parecer lo mismo, presentan ciertas diferencias.

La faringitis es una inflamación aguda de la mucosa de la orofaringe causada, por lo general, por hongos, virus, bacterias o una reacción alérgica alimentaria. También, la exposición a determinados tóxicos inhalados puede favorecer su aparición, según la Sociedad Española de Medicina Interna.

Los síntomas más frecuentes incluyen: dolor al tragar, fiebre e inflamación de las amígdalas, a veces con pus. Otros síntomas, aunque no se manifiestan siempre, son: congestión nasal, tos y cansancio.

La Sociedad Española de Medicina Interna destaca que, la mayoría de veces, la faringitis no responde bien a los medicamentos, por lo que recomienda beber mucha agua para mantener una correcta hidratación y aliviar la sequedad ocasionada en la garganta. También, los caramelos duros, tomar bebidas calientes y hacer gárgaras de agua salada son una excelente opción para calmar el dolor de garganta.

Por su parte, la amigdalitis es un proceso infeccioso localizado en las amígdalas. Se transmite por vía aérea, por lo que hay que evitar el contacto con las personas que la padezcan. Los síntomas van desde malestar general, hasta escalofríos, dolor de garganta, fiebre, rigidez en el cuello, dolor de cabeza y presencia de amígdalas rojas o inflamadas.

Desde Clínica Mayo explican que, para establecer un tratamiento adecuado para la amigdalitis, es necesario saber la causa de esta, por lo que es de vital importancia obtener un diagnóstico rápido. En algunos casos y cuando la amigdalitis bacteriana se produce con frecuencia o no responde a los tratamientos, se lleva a cabo la cirugía para extirpar las amígdalas.

Los factores de riesgo que propician la aparición de la amigdalitis son: la edad temprana, ya que, en la mayoría de los casos, la amigdalitis se produce en los niños; y la exposición frecuente a gérmenes, sobre todo los niños en edad escolar, que están en contacto directo con sus compañeros y se exponen con frecuencia a virus o bacterias.

En ambos casos, tanto en la faringitis como la amigdalitis, el pronóstico es bueno y no conlleva complicaciones.