Síntomas y tratamiento de la fibrosis pulmonar

Los síntomas son muy variables y pueden ser similares a los de otras enfermedades pulmonares

La fibrosis pulmonar es una enfermedad en la que el tejido pulmonar se daña y forma cicatrices, lo que provoca que se deteriore su funcionamiento con el paso del tiempo.

Los síntomas son muy variables y pueden ser similares a los de otras enfermedades pulmonares. Entre ellos destacan: falta de aliento, tos seca y persistente, respiración rápida y superficial, cansancio, pérdida gradual de peso involuntaria, dolor de articulaciones y músculos, así como ensanchamiento y redondeo de las puntas de los dedos de manos y pies (dedos en palitos de tambor u acropaquías).

Según la Asociación Americana del Pulmón el tipo más común de fibrosis pulmonar es la fibrosis pulmonar idiopática, cuya causa es desconocida. Es más común en los hombres y los síntomas comienzan a notarse entre los 50 y 70 años.

Tal y como explica Clínica Mayo, los factores de riesgo de la fibrosis pulmonar son: edad, exposición al humo del tabaco, sexo, exposición a ciertos contaminantes, factores genéticos y tratamientos oncológicos.

También, la enfermedad por reflujo gastroesofágico y ciertas enfermedades autoinmunes (como la artritis, la esclerodermia o el síndrome de Sjögren), pueden suponer un factor de riesgo para la fibrosis pulmonar.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Desde Clínica Mayo explican que el diagnóstico de la fibrosis pulmonar se realiza mediante el historial clínico del paciente y a través de la realización de diversas pruebas: radiografía torácica, exploración por tomografía computarizada, ecocardiograma, prueba de tención pulmonar y de esfuerzo, oximetría de pulso, análisis de sangre, biopsia quirúrgica y broncoscopia.

En cuanto al tratamiento, todavía no existe una cura definitiva para la fibrosis pulmonar, aunque la enfermedad puede controlarse mediante medicamentos, el ejercicio físico y terapia de oxígeno.

El trasplante de pulmón también puede ser un método eficaz para mejorar la calidad de vida, aunque conlleva ciertos riesgos como puede ser el rechazo o una infección tras el trasplante.