En la mayoría de las personas, la gastritis no es grave y suele mejorar con el tratamiento
La gastritis es la inflamación de la pared del estómago. Suele estar provocada por la ingesta de sustancias irritantes, pero también influyen el estrés, ciertas comidas, trastornos inmunológicos y algunas infecciones como el helicobacter pylori.
Según Clínica Mayo, la gastritis puede ocurrir de forma repentina (gastritis aguada) o lentamente (gastritis crónica). En la mayoría de las personas, la gastritis no es grave y suele mejorar con el tratamiento; sin embargo, en otras puede provocar úlceras y suponer un mayor riesgo de cáncer de estómago.
Los síntomas que indican un problema de gastritis son: dolor en la parte superior del abdomen, náuseas, vómitos, inapetencia, sensación de saciedad y pérdida de peso. No obstante, la gastritis no siempre presenta síntomas.
DIAGNÓSTICO
Para diagnosticar la gastritis, la endoscopia suele ser la prueba principal. Tal y como destaca el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, se trata de un procedimiento mediante el cual se permite ver el revestimiento de la parte superior del aparato digestivo.
Durante la endoscopia se puede obtener una biopsia del tejido del revestimiento del estómago para examinarla y comprobar la existencia de gastritis.
Por otro lado, también pueden ser necesarias otras pruebas complementarias como: análisis de sangre, análisis de heces o un análisis de aliento para verificar posibles causas de la gastritis.
TRATAMIENTO
En cuanto al tratamiento, desde Clínica Mayo explican que este dependerá en función de la causa de la gastritis: antibióticos para eliminar el helicobacter pylori, medicamentos que bloquean la producción de ácido, medicamentos para reducir la producción de ácido y antiácidos que neutralizan el ácido estomacal.
Además de los medicamentos pautados, también es importante seguir una dieta saludable y evitar situaciones estresantes.