Enfermedad por reflujo gastroesofágico: en qué consiste y cómo puede tratarse

El síntoma más frecuente del reflujo es la sensación de ardor o acidez, pero también pueden presentarse otros

La enfermedad por reflujo gastroesofágico se produce cuando el contenido del estómago vuelve hacia el esófago. Esto se da, según la Sociedad Estadounidense de Endoscopia Gastrointestinal, cuando la válvula situada entre el estómago y el esófago (el esfínter esofágico inferior), no se cierra de forma correcta.

El síntoma más frecuente del reflujo es la sensación de ardor o acidez, pero también pueden presentarse otros: dolor de garganta, tos, falta de aire, dificultad para tragar y dolor en el pecho. En España, se calcula que casi el 10% de la población manifiesta estos síntomas, al menos, una vez a la semana.

FACTORES DE RIESGO

La Asociación Española de Gastroenterología señala que la prevalencia de la enfermedad por reflujo gastroesofágico parece similar entre hombres y mujeres. Destaca, además, que el sexo masculino no aparenta ser un factor de riesgo de esta patología.

En este sentido, los factores de riesgo que incrementan la posibilidad de padecer esta patología son: la obesidad, los medicamentos, ciertas enfermedades, el aumento de la presión abdominal y la existencia de una hernia de hiato.

Por otro lado, según la Sociedad Española de Medicina Interna, ni el estrés ni comidas con alto contenido en grasas parecen ser las causantes de la enfermedad por reflujo gastroesofágico.

DIAGNÓSTICO, TRATAMIENTO Y POSIBLES COMPLICACIONES

Por lo general, esta patología se diagnostica a través de los síntomas que tiene el paciente, sin embargo, en algunas ocasiones puede ser necesaria la realización de otras pruebas como la gastroscopia, la pHmetría esofágica de 24 horas y la manometría esofágica.

En cuanto al tratamiento de la enfermedad, se recomienda seguir algunas medidas como la pérdida de peso, cenar temprano, dejar hábitos tóxicos como el tabaco, elevar la cabecera de la cama para una mejor postura al dormir y utilizar medicamentos para paliar los síntomas.

Sobre las complicaciones, la Fundación Española del Aparato Digestivo detalla que la gran mayoría de los pacientes no sufre complicación alguna, sin embargo, hay manifestaciones que pueden asociarse a esta enfermedad: esofagitis, estenosis y esófago de Barrett.

Enfermedad de Crohn: todo lo que necesitas saber sobre esta patología

Afecta, normalmente a adultos jóvenes de entre 15-35 años, pero puede aparecer en cualquier etapa de la vida

La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria intestinal que puede afectar a cualquier parte del aparato digestivo (desde la boca hasta el ano), aunque se presenta, con mayor frecuencia, en la parte final del intestino delgado y al inicio del intestino grueso.

Afecta, normalmente a adultos jóvenes de entre 15-35 años, pero puede aparecer en cualquier etapa de la vida. De hecho, cada vez se dan más casos en pacientes pediátricos.

Se desconoce qué lo causa, sin embargo, se cree que existen algunos factores que podrían estar involucrados en su origen: factores genéticos, del sistema inmunológico y ambientales.

SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO

Dependiendo de la zona de localización de la inflamación, los síntomas pueden ser muy variados, pero los que se dan con más asiduidad son: diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso, debilidad y falta de apetito.

También, según la Fundación Española del Aparato Digestivo, pueden aparecer: úlceras orales, alteraciones de le piel, inflamación ocular y problemas anales, como fístulas o abscesos.

Sobre el diagnóstico, suele ser tardío en algunas ocasiones, ya que los síntomas son inespecíficos y pueden confundirse con otras enfermedades. Además, tal y como señalan desde la Asociación Española de Gastroenterología, no existe ninguna prueba que, por sí sola, puede certificar la enfermedad.

Por ello, si el médico sospecha que el paciente puede padecer esta patología a través de los síntomas descritos, le solicitará un análisis de sangre, análisis de heces, pruebas de imagen (TAC o ecografía) o una endoscopia.

TRATAMIENTO

En la actualidad no existe ningún tratamiento que cure la enfermedad, pero sí hay medicamentos u otros métodos destinados a aliviar los síntomas que esta provoca. Los antibióticos, inmunosupresores, las terapias biológicas y la granulocitoaféresis son algunos de los más usados.

Asimismo, la Sociedad Española de Medicina Interna destaca que el tratamiento quirúrgico puede ser otra opción. Para ello, se extirpa la parte de intestino afectada y la persona queda libre de síntomas a corto plazo.