Estas son las mejores formas de hidratarse este verano

Beber agua gradualmente a lo largo del día es la medida más eficaz para combatir la deshidratación

Con la llegada del verano y las altas temperaturas, nuestro organismo necesita mucha más agua para garantizar una actividad normal de las funciones vitales. Si tenemos en cuenta que el cuerpo está conformado en un más del 60% por agua, es evidente que durante los meses de más calor debemos permanecer hidratados para evitar una rápida oxidación celular que termine perjudicando a nuestros tejidos y órganos.

Si no nos cuidamos lo suficiente, en algunos casos las consecuencias pueden ser muy graves y, en los peores de ellos, incluso letales. Así que si queremos rendir tanto física como mentalmente y asegurar nuestro  bienestar y el de los que nos rodean, es necesario cuidar la ingesta de agua diaria, la alimentación, las horas de exposición al sol, el tipo de ejercicio físico y el estado de cada persona.

Recomendaciones para mantenerse hidratado

Para evitar los efectos de las altas temperaturas en la salud, hoy te traemos las recomendaciones a seguir durante todo el verano:

  • Beber agua debe ser el ritual por excelencia para cualquier persona durante el verano. Los hombres deberán beber 3,7l al día y las mujeres 2,7l, aproximadamente, y deberá hacerse de forma gradual para que el cuerpo pueda ir regenerando líquidos a lo largo del día.
  • Además del agua, se pueden tomar bebidas isotónicas sin azúcar, que aporten sales minerales y vitaminas al cuerpo, altamente indicadas para reponer las sustancias que depuramos a través del sudor.
  • Antes, durante y después de realizar cualquier deporte, es de especial importancia beber agua para no deshidratarnos, ya que se elimina un gran volumen de líquido de nuestro cuerpo.
  • Para practicar deporte, es mejor optar por actividades a cubierto o en espacios aclimatados, reduciendo la intensidad de los ejercicios si notamos que cuesta más de lo normal.
  • La alimentación en esta época sigue siendo otra pieza fundamental para garantizar la hidratación, pues en estos meses hay que darle prioridad a las frutas y las verduras, que además son fuente de numerosas vitaminas y minerales. La fruta de temporada como la sandía, el melón, las cerezas y resto de frutas de “hueso”, la piña, también el mango, las peras, las manzanasy tomates; y las verduras y vegetales como la lechuga, el apio o el pepino deben convertirse en protagonistas de nuestra dieta. Su alta composición de agua y sus propiedades antioxidantes son importantes para la reparación celular. En cambio, como en todas las estaciones, hay que suprimir los alimentos procesados y los azúcares y reducir los hidratos de carbono refinados.
  • Para refugiarnos del calor, hay que resguardarse en ambientes frescos, que tengan aire acondicionado o ventilador. Las duchas o la aplicación de toallas húmedas también ayudan a rebajar la temperatura corporal y a mantener el frescor cuando no hay otras opciones.
  • Ir a la piscina, a la playa o a ríos a pasar el día es uno de los planes favoritos para muchos en esta época del año, pero siempre hay que llevar sombrillas para resguardarse a la sombra mientras no es momento de baño.
  • Hay que evitar salir a la calle en las horas en las que hace más calor, es decir, entre las 12:30 y las 17:30h. Durante este período es cuando los rayos del sol inciden más directamente, así que nos pueden causar más problemas de deshidratación y también daños en la vista o en la piel.
  • Usar ropa holgada, nos permitirá reducir el calor corporal y regular la temperatura, utilizando preferiblemente colores claros y tejidos como el algodón o seda, que son los más ligeros.

Estos consejos son aplicables para todos, especialmente para la población de riesgo como son la gente mayor, los niños, las embarazadas o las personas inmunodeprimidas, ya que son las que corren peligro de desarrollar peores consecuencias.

Consejos y tips para cuidarte ante las altas temperaturas

Bebe agua y líquidos  sin alcohol a menudo y no abuses de las bebidas con cafeína, ni de los refrescos azucarados

Llega el verano y con él el calor y las altas temperaturas y no siempre es fácil realizar las actividades de nuestra vida cotidiana cuando se disparan los termómetros.

Piensa que los efectos del calor no afectan a todo el mundo por igual. Según el Ministerio de Sanidad, la canícula puede ser especialmente peligrosa para los colectivos más vulnerables, como las personas mayores, los niños menores de cuatro años, las mujeres embarazadas y las personas que trabajan al aire libre.

Por ello, es importante no bajar la guardia, ser precavido y seguir algunos de estos sencillos consejos para evitar que el calor extremo pase factura a tu salud.

¿Cómo actuar antes las altas temperaturas?
  • Bebe agua y líquidos sin alcohol a menudo y no abuses de las bebidas con cafeína, ni de los refrescos azucarados.
  • Aliméntate bien. Evita las grandes comilonas y elige platos ligeros que también contribuyan a mantenerte hidratado como las ensaladas, fruta, sopas frías como el gazpacho, etc.
  • Usa protector  solar y repite la aplicación varias veces al día. Con los niños extrema las precauciones con un factor de protección elevado, evitando que estén al sol desprotegidos durante mucho tiempo. En la playa, la piscina o el parque, no pienses que estás a salvo bajo la sombrilla: ésta deja pasar parte de la radiación ultravioleta.
  • Evita realizar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
Síntomas que puedan haber sido provocados por las altas temperaturas:
  • Sequedad de piel y mucosas (oral)
  • Piel enrojecida
  • Pulso débil y/o acelerado
  • Dolor de cabeza
  • Malestar general
  • Confusión

Si presentas al menos uno de ellos, no dudes en solicitar asistencia médica.

Cómo saber si estás bien hidratado

La Fundación Española del Corazón señala que, recientemente, se ha observado que una mala hidratación causa una contracción del tejido cerebral que se asocia a un aumento del volumen ventricular, llegando a afectar negativamente en la respuesta de nuestro cerebro a una actividad intelectual.

Así, procesos mentales como la memoria, el aprendizaje o la capacidad de atención pueden disminuir por falta de líquidos, sobre todo cuando el cuerpo sufre pérdidas de más del 2%.

Por otro lado, otros síntomas que alertan de una mala hidratación son los propios de la pérdida de volumen circulatorio y consisten en:

  • Frialdad de la piel
  • Relleno capilar lento
  • Taquicardia
  • Pulso débil, hipotensión arterial
  • Signo del pliegue, ojos hundidos, mucosas secas y oliguria (disminución de la producción de orina)

Para evitar una hidratación inadecuada, las necesidades de agua dependen de factores externos (extrínsecos) de la persona como son la actividad física, la temperatura del ambiente y factores internos (intrínsecos) como la secreción de sudor o el balance electrolítico (relación entre la ingesta de líquidos  y la cantidad que sale del organismo).

En la recomendación de ingesta de agua, se incluyen: el agua contenida en alimentos, bebidas y agua propiamente.

¿CÚAL ES LA CANTIDAD DE AGUA A INGERIR?

En la población adulta, se recomienda una ingesta entre 3.7 L/día en hombres y 2.7 L/día en mujeres. En el caso de las mujeres, la ingesta debe aumentar en la gestación y, especialmente, durante la lactancia a 3.8 L/día.

Los lactantes y ancianos tienen alterada la sensación de sed y pueden no sentir la necesidad por beber agua, por lo que son considerados como población de riesgo para la deshidratación.

En situaciones de hidratación inadecuada, las bebidas con sales minerales, en concreto sodio, y con azúcares de absorción rápida, pueden facilitar una mejor rehidratación.

A su vez, es conveniente hidratarse antes, durante y después de realizar ejercicio. 

De igual modo, hay que seguir una dieta variada y equilibrada, rica en frutas y verduras frescas, ya que estos alimentos son muy ricos en agua y nos pueden ayudar a mantener un buen nivel de hidratación.

MÉTODOS PARA CONOCER EL ESTADO DE LA HIDRATACIÓN

Existen dos métodos muy fáciles para controlar el estado de hidratación y saber si es el correcto o, por el contrario, necesitamos beber más agua.

  • Test del color de la orina: el color de la orina es un indicador del estado de hidratación. En concreto, este test consiste en comprobar de qué color es la orina y, seguidamente, compararlo con la escala de colores, del 1 al 8. Los amarillos más claros, del 1 al 3, corresponden a una correcta hidratación; mientras que los más oscuros, del 4 al 8, significan que es necesario beber más agua para volver a tener unos buenos niveles de hidratación.
  • Test de sudoración: se trata de un método matemático que calcula la deshidratación en función del peso perdido durante el ejercicio.

Si presentas signos de deshidratación previamente comentados, debes aumentar la ingesta de agua y al mismo tiempo acudir a tu médico para una valoración más precisa. 

Signos de alarma mientras practicas deporte

La práctica de ejercicio físico de forma regular es un pilar básico para gozar de un buen estado de salud

La práctica de ejercicio físico de forma regular es un pilar básico para gozar de un buen estado de salud. Lo ideal es realizarlo entre 3 y 5 veces a la semana, siempre teniendo en cuenta la edad, la condición física y el estado de salud de cada persona.

Por ejemplo, las personas con enfermedades crónicas, factores de riesgo cardiovasculares o lesiones deberán consultar al médico antes de iniciar cualquier práctica deportiva para comprobar que todo está en perfectas condiciones y pueden realizar el ejercicio sin ningún tipo de problema.

En este sentido, durante la práctica deportiva es importante tener en cuenta algunos signos o síntomas de alarma que pueden indicar que algo no va bien. Si se experimenta alguno de ellos, la Sociedad Española de Medicina del Deporte destaca que se debe interrumpir la práctica y consultar con un médico de forma inmediata.

Pero, ¿cuáles son estos síntomas? La Fundación Española del Corazón destaca que las palpitaciones podrían estar advirtiéndonos de alguna arritmia. Aunque lo normal es que las arritmias sean benignas, no está de más consultar a un especialista.

Por otro lado, la deshidratación es otro signo de alarma importante. Esta se produce cuando existe una pérdida de agua corporal excesiva y no se repone. También, cuando la reposición no compensa la cantidad perdida, explica el Consejo General de la Educación Física y Deportiva. ¿Cómo se manifiesta la deshidratación? Mediante cansancio, calambres musculares, náuseas o vómitos, debilidad y hormigueo en las piernas.

También, la disnea o dificultad respiratoria es un signo a tener en cuenta. La Fundación Española el Corazón señala que, en deportistas bien entrenados, estos síntomas pueden ser difíciles de reconocer y son confundibles con sensaciones propias del esfuerzo intenso. Sin embargo, si no se encuentra una explicación lógica a la aparición de este síntoma, lo más recomendable es consultar al médico.

El dolor torácico, a su vez, debe ser también un motivo de consulta. Este suele darse en el centro del pecho y puede irradiarse al brazo izquierdo. Los síncopes y los mareos, por su parte, aunque suele tener causas benignas en la mayoría de las ocasiones, a veces puede ser motivo de un problema cardiovascular.

¿Por qué debes extremar la hidratación en los meses más calurosos?

La deshidratación puede ocurrir, especialmente, a la hora de hacer ejercicio, por lo que los expertos recomiendan beber antes, durante y después de la práctica deportiva

Entre un 50 y un 70% del peso de nuestro cuerpo es agua, lo que la convierte en una parte fundamental de nuestra dieta. Sin embargo, un 36% de los españoles afirma consumir menos líquido de la cantidad diaria recomendada (1,5-2,5 litros de agua, aunque esta cifra puede variar en función de la edad o condición física).

En verano, su consumo cobra todavía mayor importancia, ya que en esta época se produce una mayor pérdida de líquidos, sobre todo a través del sudor y la orina, y se podría producir una deshidratación. Según la Fundación Española del Corazón, los síntomas característicos de esta son: mareos, taquicardia, baja presión arterial, sensación de cansancio y calambres.

La deshidratación puede ocurrir, especialmente, a la hora de hacer ejercicio, por lo que los expertos recomiendan beber antes, durante y después de la práctica deportiva para mantener los niveles de hidratación en condiciones óptimas.

En este sentido, desde la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética destacan que, para la sed, lo mejor es el agua, puesto que es la fuente más natural de hidratación.

Así, subrayan que de la cantidad necesaria que necesita el cuerpo, un 80% (al menos) debe aportarse con agua y el 20% restante mediante alimentos y otras bebidas.

PAUTAS PARA HIDRATARSE CORRECTAMENTE

La Organización de Consumidores y Usuarios aconseja, para tener una hidratación adecuada, beber antes de tener sed; consumir líquidos en cada comida (y entre horas); y mantener las bebidas a una temperatura moderada.

Asimismo, se recomienda beber otros líquidos, además de agua; beber entre 1,5-2,5 litros diarios; aumentar la ingesta cuando las temperaturas sean más altas; beber durante la práctica deportiva; y consumir más frutas y verduras, ya que son alimentos con bastante líquido.

La Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética sugiere que, para reponer la cantidad de líquido necesario en cualquier momento y lugar, se recomienda llevar siempre una botella de agua.

Alimentación infantil en verano: ¿Qué deben comer los más pequeños?

Es muy importante que los padres enseñen a sus hijos la importancia de seguir una dieta saludable

Las vacaciones de verano son un periodo del año muy deseado por los más pequeños, ya que pueden hacer más actividades al aire libre, ir a la playa o a la piscina, quedar con amigos… El problema viene cuando, al romper con la rutina de horarios del resto del año, se empieza a descuidar también la alimentación.

Para que esto no suceda, es muy importante que los padres enseñen a sus hijos la importancia de seguir una dieta saludable (también en verano) para evitar posibles problemas de salud.

En este sentido, un aspecto fundamental que no hay que descuidar en verano es la hidratación, sobre todo para evitar posibles golpes de calor, deshidratación… Para ello, los niños deben tomar las cantidades recomendadas de agua, aunque también pueden hidratarse mediante la leche materna, leche habitual, aguas de limón, zumos caseros o cremas frías, según la Organización de Consumidores y Usuarios.

Asimismo, el consumo de frutas y verduras debe seguir siendo primordial, ya que estos alimentos proporcionan los nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Sandía, melón, albaricoques, melocotones… La oferta de fruta durante el verano es enorme, así que no hay excusas para que los más pequeños no la tomen.

Por otro lado, al igual que el resto del año, en verano también es importante evitar los fritos y los excesos de grasas y azúcares, por lo que hay que tener cuidado con los helados, tan frecuentes en esta época y tan demandados por los niños. No hay que abusar de su consumo.

Se recomienda, también, consumir alimentos cocinados al vapor, a la plancha o al horno, ya que son más saludables.

En el caso de las barbacoas, que son muy frecuentes en todo el año, no solo en verano, la Organización de Consumidores y Usuarios aconsejan incluir otros alimentos como pescados azules, marisco o verduras, para que haya más variedad además de la típica carne que se consume.

La hidratación y su importancia para el organismo

Un 36% de españoles reconoce consumir menos líquido del recomendado, siendo esta cifra más alta en los hombres (43%)

Muchas veces se habla de la importancia de llevar una alimentación saludable para gozar de buena salud… Pero, ¿tenemos en cuenta la hidratación? A veces no.

De hecho, gran parte de la población española no consume la cantidad diaria recomendada de agua, a pesar de ser un factor clave en el buen funcionamiento del organismo. En concreto, un 36% de españoles reconoce consumir menos líquido del recomendado, siendo esta cifra más alta en los hombres (43%).

En este sentido, los nutricionistas recomiendan beber entre 1,5-2,5 litros diarios de agua, pero esta cantidad puede variar en función de la edad o la actividad física. Por ejemplo, una persona que realiza ejercicio físico, deberá incrementar la ingesta de líquido antes, durante y después de la práctica deportiva.

Y es que, según la Sociedad Española de Cardiología, en condiciones normales, una persona puede perder por la respiración y la piel más de medio litro de agua, pero con el ejercicio físico se eleva hasta litro y medio, pudiendo provocan deshidratación, por lo que es importante compensar la pérdida de líquidos.

Así, la Real Federación Española de Ciclismo aconseja beber medio litro en los 30-60 minutos previos al ejercicio; un litro por cada hora de ejercicio durante la práctica; y medio litro por cada kilo de peso perdido al finalizar.

BENEFICIOS DE UNA CORRECTA HIDRATACIÓN

Beber suficientes líquidos favorece la eliminación de toxinas y productos de desecho, favoreciendo el equilibrio corporal. También regula la temperatura, y facilita el transporte de nutrientes.

Asimismo, mejora la digestión, regula la acidez estomacal y previene el estreñimiento. No hay que olvidar tampoco que aumenta la energía del cuerpo.

Por otro lado, a nivel mental, favorece el aprendizaje, la capacidad de atención y la memoria. Y no solo eso, sino que también ayuda a tener un buen estado de ánimo y una actitud positiva.

¿CÓMO TENER UNA BUENA HIDRATACIÓN?

La Organización de Consumidores y Usuarios recomienda no esperar a tener sed para beber, aumentar el consumo de frutas y verduras, ya que contiene bastante líquido, beber agua principalmente, beber más líquido en épocas de calor y cuando se realiza ejercicio físico, así como mantener las bebidas a una temperatura moderada.

Consejos y precauciones para hacer deporte en verano tras el desconfinamiento

Para disfrutar plenamente del deporte en verano y tras el desconfinamiento, lo primero que debemos hacer es retomar la práctica deportiva de forma gradual

Hacer deporte en casa se ha puesto de moda durante las semanas que hemos estado en cuarentena.

Sin embargo, ahora, con la desescalada, ya podemos disfrutar de la práctica deportiva al aire libre. No obstante, debemos hacerlo con cuidado, ya que estamos en una época del año en la que el calor puede acarrear algunos riesgos si no tomamos precauciones.

Así, para disfrutar plenamente del deporte en verano y tras el desconfinamiento, lo primero que debemos hacer es retomar la práctica deportiva de forma gradual, es decir, no querer hacerlo todo desde el primer día.

También, debido a las altas temperaturas del verano, es necesario prevenir la deshidratación con una ingesta adecuada de líquidos. Para ello, es esencial beber de manera frecuente y sin esperar a tener sed.

Asimismo, otro aspecto importante a tener en cuenta es evitar las horas de más calor. Lo mejor y más sano es hacer deporte a primera hora de la mañana o a última hora del día.

Vestir con ropa adecuada y transpirable también juega un papel fundamental. Se recomienda usar prensas holgadas, de algodón y que no sean de color negro, ya que absorberían los rayos solares con más facilidad.

Para hacer deporte en verano no podemos olvidarnos de algo imprescindible: la protección solar. Se recomienda que sea resistente al sudor. Si queremos protegernos todavía más, podemos llevar gorra y gafas protectoras.

Al igual que hidratarse correctamente es clave, llevar una alimentación adecuada lo es de la misma manera. Debemos evitar, en la medida de lo posible, las comidas copiosas y optar mejor por alimentos ligeros, como la fruta y la verdura.

Por último, es primordial establecer unos días de descanso a la semana, para que el cuerpo puede recuperarse de la práctica deportiva.

Agua del grifo o embotellada, ¿cuál es mejor?

Tanto la corriente como la envasada son sanas.  Pero, ¿conoces las diferencias entre ambas?

El agua es indispensable para la vida. Las recomendaciones señalan que el consumo tiene que ser de 2 litros al día en mujeres, y  de 2,5 l en hombres. Pero estas cifras pueden variar, según la temperatura ambiental o si se realiza ejercicio físico.

Se ha comprobado que beber agua de forma moderada acelera el metabolismo, estimula la oxidación de las grasas y reduce la retención de líquidos.

Diferencias entre el agua embotellada y la del grifo

El 99,5% del agua del grifo en España es potable. El 0,5% restante son incumplimientos puntuales de algunos servicios. Así lo recoge la web del Ministerio de Sanidad.

Saludables: ambas aguas son exactamente igual de beneficiosas para una persona sana. La embotellada tiene el mismo efecto sobre el peso y la grasa que la del grifo.

Minerales: las empresas interesadas defienden que el agua envasada aporta cantidades importantes de minerales (calcio, bicarbonatos, magnesio, sílice…), cubriendo las necesidades diarias del organismo.

No obstante, según los nutricionistas estos oligoelementos pueden obtenerse mediante una alimentación equilibrada.

Precio: el coste de la envasada es más elevado que la de casa. Un litro puede ir de 7 céntimos el litro hasta superar los 28 céntimos. Mientras que un litro de agua del grifo cuesta menos de 0,002€.

Sabores distintos: a más mineralización, más sabor. Si abunda el calcio, se tiene la sensación de agua un  poco dura. Cuando los bicarbonatos son elevados, el sabor es más intenso. El olor a cloro (aunque es inocuo) puede resultar desagradable al paladar.

Huella medioambiental: el 90% del precio del agua embotellada corresponde a la botella, a lo que hay que sumar una huella ecológica enorme por la producción y transporte. Sin olvidar que los residuos plásticos tardan en degradarse entre 100 y 700 años, y su destrucción produce gran cantidad de gases tóxicos.

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos animan a pedir jarras de agua gratis en los restaurantes y bares en lugar de botellas, con el objetivo de lograr una ley estatal.  Y es que el agua es un bien básico, de primera necesidad y esencial para nuestra salud.

Plan para unas vacaciones sanas

Te recordamos unas indicaciones para vivir un verano plena y saludablemente

Como sabes, hábitos para llevar un estilo de vida saludable hay unos cuantos. Añadir a nuestra rutina algunos gestos beneficiosos puede favorecer enormemente el bienestar del organismo.

Ahora que los días son más largos, que el sol nos anima y que las temperaturas acompañan, quizás puedas disfrutar de vacaciones en la playa o la piscina.  Sin embargo, si no quieres que este tiempo de relax pase factura a tu salud, puedes seguir unas sencillas pautas para pasar un mes de agosto sano, sereno e inolvidable.

7 Pautas para un agosto saludable

1. Vigila tus oídos y ojos

Con las constantes visitas a la piscina, infecciones como la conjuntivitis y la otitis pueden estar a la orden del día. Para evitarlas, sécate bien cuando salgas del agua y, cuando todavía estés dentro, lleva gafas de natación o de bucear, para evitar que te afecten las bacterias.

2. Hidrátate

Cuando el termómetro sube es necesario beber más agua para mantener la hidratación adecuada, ayudar a circular los nutrientes en el organismo y prevenir posibles golpes de calor. Además, el agua mejora nuestro estado de ánimo, alivia los dolores de cabeza y nos hace tener mejor aspecto.

3. Aliméntate bien

Siempre es un buen momento para empezar a comer sano. Recuerda mantener los horarios habituales y no saltarte las comidas. Aumenta la ingestión de verduras y frutas, y evita los fritos y las comidas con exceso de grasas.

4. Cuida tu piel

Aplica a tu piel protectores solares que la defiendan de las radiaciones ultravioletas. Si tienes hijos, busca la máxima protección para ellos, no solo con cremas y lociones, sino con ropa ligera y transpirable, gorra y gafas que los cubran. Sobre todo, evita exponerte al sol las horas centrales del día, es decir, de 12h-16h.

5. Aprovecha para descansar

Aunque, probablemente, tengas planes increíbles estas fechas y fiestas que pueden alargarse hasta tarde, intenta descansar lo suficiente. Duerme, al lo menos, ocho horas cada noche. No solo estarás de mejor humor, sino que prevendrás enfermedades cardiovasculares, mantendrás el peso y reforzarás tu memoria.

6. Haz ejercicio fuera

Una de las grandes ventajas de las vacaciones es que aumentan las posibilidades de hacer ejercicio al aire libre y en plena naturaleza, incluso si no eres un adicto al deporte.

Si no te apetece ir al gimnasio ni practicar actividades náuticas o de montaña, en Internet tienes numerosos entrenamientos para hacer en casa.

7. Relájate

Es un momento idóneo para practicar técnicas de relajación y gestión del estrés. Presta atención a tu respiración, inhalando y exhalando lenta y profundamente. Deja que todos los pensamientos pasen de largo y céntrate en cómo entra y sale el aire de tus pulmones. Puedes buscar también una actividad grupal, como la meditación, el yoga, el taichí, el dibujo o la escritura.

Como ves, los hábitos que te proponemos aquí son fáciles de seguir y altamente beneficiosos para tu bienestar. Sobre todo, tomate el verano con calma e intenta gozar plenamente de esta época.

Qué hacer ante un golpe de calor

No dejes que las altas temperaturas dañen tu bienestar ni arruinen tu verano

El verano puede afectar nuestra salud. De hecho, los días de calor intenso obligan al cuerpo humano a un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal normal, sudando más y dilatando las venas. En olas de calor ese esfuerzo es aún mayor, debido a la humedad del ambiente y la escasez de viento.

De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, se considera un golpe de calor cuando el cuerpo es incapaz de controlar la temperatura, que se incrementa rápidamente y que puede llegar a alcanzar los 40ºC.  Sequedad, náuseas, piel roja, pulso rápido, dolor fuerte de cabeza e, incluso, pérdida de conciencia pueden ser algunos de sus síntomas.

Cómo actuar frente a un golpe de calor

1. Llamar a urgencias: ponte en contacto con el servicio de emergencias (tel. 112). Sin ayuda médica urgente, un golpe de calor puede ser fatal.

2. Enfriar: mientras esperamos a la asistencia sanitaria, es recomendable colocar a la persona en una habitación oscura, con los pies ligeramente levantados y ponerle paños de agua fría o ducharla con agua fresca.

3. Vigila la temperatura: controla su temperatura del cuerpo, si es posible. Utiliza un abanico o un ventilador para darle aire.

4. Hidratación: los servicios de emergencia restituirán los líquidos perdidos, por medio de sueros y controlarán su ritmo cardíaco y la respiración. Cuando el paciente baje de 39ºC, se podrá detener el enfriamiento.

Para evitar golpes de calor, las instituciones recuerdan no practicar deporte durante las horas de más calor, utilizar ropa ligera y transpirable, y beber abundante agua durante todo el día.

Piensa que el calor no nos afecta a todos por igual. Las personas mayores, los enfermos o medicados, los niños menores de 4 años y las personas con sobrepeso tienen más riesgo de sufrir con las altas temperaturas.

Los problemas que produce el calor se pueden evitar. ¡Sé precavido!

Ensaladas fáciles para el verano

Adapta tus menús a la nueva estación y aporta a tu cuerpo los nutrientes necesarios

El verano es quizás la estación de las ensaladas. Fáciles de digerir, hidratantes y sin aumentar la temperatura corporal, son la opción más idónea para hacer frente al calor. Además, tomar las verduras crudas es la mejor manera de aprovechar las vitaminas y minerales.

No obstante, debemos combinar bien los ingredientes que las componen para que el resultado sea saludable, ligero y nutritivo. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición recuerda que para no incrementar el aporte calórico, la forma de elaboración de los platos debe ser sencilla.

¿Cómo tiene que ser una ensalada?

  1. Tener una base de verduras de hoja verde (lechuga, escarola, canónigos, berros, espinacas…).
  2. Contener hortalizas en crudo, como zanahorias, tomates, espárragos, rábanos, cebolla, así como cualquier otro producto de la huerta (cereales, legumbres o frutos secos). Recuerda que cuanto más color tiene una ensalada, más vitaminas comprende.
  3. Si se quiere como plato único, se puede añadir alguna proteína (taquitos de pavo,  pollo, atún o queso). Si se trata de una guarnición o de un entrante, mejor no agregar alimentos de origen animal, puesto que si no consumirás dos veces.
  4. El mejor aliño siempre es el más natural y menos procesado. Opta por aceite de oliva virgen extra, vinagre o limón y sal.

Ideas para preparar ensaladas

Ensalada de lentejas

Lava y corta media cebolla tierna, un tomate, un poco de hinojo y medio pimiento rojo a daditos Mezcla los ingredientes con 500 gr de  lentejas cocidas, y añade aceite de oliva y   sal. Si pones 2 cucharadas de arroz integral, será   un plato muy completo.

Ensalada de mango

Lava y escurre hojas de diferentes lechugas, de espinacas frescas y de rúcula. Luego pela el mango y córtalo  en dados. Esparce semillas de lino por encima. Corta algunos palmitos de acai en rodajas y repártelos por toda la ensalada. Aliña con una mezcla de miel, unas gotas de vinagre y aceite de oliva.

Ensalada de quinoa

Cuece una taza de quinoa y reserva. A continuación, mezcla en un bol pepino, zanahoria cocida, 2 tomates  en dados y 1 cebolla cortada. Luego mezcla la quinoa con el aguacate, un zumo de limón, sal y aceite de oliva. Es un plato ligero, con mucha vitamina C y sanísimo.

Pon en funcionamiento la imaginación y prepara cada día una ensalada diferente. Pasarás el verano la mar de fresquito y cuidando tu salud.