Estos son los deportes de interior que deberías animarte a practicar este invierno

La actividad física previene la aparición de muchas enfermedades y disminuye el riesgo de mortalidad

Aunque ya estemos encarando las últimas semanas del otoño para adentrarnos en el frío, la bajada de las temperaturas nunca debe ser una excusa para frenar nuestro estilo de vida saludable, en especial la realización de deporte en invierno. Y mucho menos con la Navidad a la vuelta de la esquina y los excesos nutricionales que tanto caracterizan al cierre de año.

La pereza por tener que salir de casa o el miedo a coger frío después de haber sudado son solo excusas que no pueden condicionar nuestra mentalidad deportiva. Para que no dejes de hacer deporte en invierno, te dejamos unas cuantas actividades a cubierto que deberías probar para mantenerte en forma y cuidar de tu bienestar general:

  • Ciclo indoor. Para los amantes del ciclismo a los que las lluvias, el frío o el viento les complique su práctica, te proponemos pasarte a las clases de ciclo indoor, también conocido como spinning. Para realizar este ejercicio necesitarás utilizar una bicicleta estática con la que puedas seguir un entrenamiento aeróbico, intercalando llanos con periodos de máxima intensidad, todo ello siguiendo el ritmo de la música. Este deporte te ayudará a trabajar la fuerza del tren inferior, al mismo tiempo que consume calorías.
  • Walking indoor. Si la actividad deportiva que más disfrutas es salir a caminar o a correr, no tienes por qué dejar de hacerlo a pesar del mal tiempo. El walking indoor emplea una  máquina elíptica para imitar los movimientos corporales de la marcha o el running. Su trabajo consiste en mantener los pies apoyados sobre una plataforma, realizando movimientos suaves y elípticos que reducen el alto impacto en las articulaciones. Del mismo modo que el ciclo, podrás trabajar la fuerza de tu tren inferior, así como tu resistencia y la quema de calorías, ya que también sigue distintos picos de intensidad.
  • Yoga. Por si todavía no has probado esta disciplina, te contamos en qué se basa. Consiste en entrenar cuerpo, mente y alma para lograr un equilibrio completo de estos tres ejes, que se consigue a través del control de la respiración y de la ejecución de diferentes posturas. Aunque no lo creas, el yoga es una forma más de tonificar el cuerpo, ya que implica un esfuerzo físico. Pero, sin duda, lo que más notarás con su práctica es el trabajo de la flexibilidad corporal y la relajación mental. Además, realizar yoga de forma continuada favorece un mejor equilibrio, mejora la postura corporal y corrige muchos dolores de espalda.
  • Cross hit. Si lo que estás buscando es un ejercicio más completo con el que entrenes todas tus capacidades, te recomendamos probar esta actividad. Se trata de una clase de ejercicio funcional trabajado por intervalos, en los que se hacen ejercicios diferentes por un periodo de tiempo determinado. Por ejemplo, levantamiento de pesas, flexiones, abdominales, sentadillas o ejercicios de cardio durante un minuto, pero entregándonos en nuestra máxima potencia. Esto es lo que lo convierte en un deporte de alta intensidad, que ofrece grandes resultados y que es apto para practicarse en espacios cerrados o a cubierto.
  • Pádel. Para los amantes del tenis o de este deporte al exterior, puedes probar el pádel en pistas cubiertas. Consiste en un juego de palas por parejas que favorece la quema de calorías, pero que también tonifica los músculos y mejora los reflejos. Además, está considerado un deporte de bajo impacto, así que teniendo en cuenta todos estos factores, es ideal para personas de mediana edad o superior que se sientan en forma y puedan entregarse al deporte en movimiento.
  • Natación. El agua no es solo exclusiva del verano para refrescarnos. En otoño e invierno podemos confiar en las piscinas climatizadas para practicar natación sin la necesidad de soportar aguas y temperaturas gélidas. Y, como sabrás, la natación es uno de los deportes más completos y positivos para el organismo. No sólo es de bajo impacto, sino que permite entrenar velocidad, fuerza, resistencia y flexibilidad al mismo tiempo. Sus beneficios son múltiples sea cual sea el nivel de natación de cada individuo. Te animamos a probarlo para aprovecharte de todos ellos.

Por último, quisiéramos dejarte un consejo para esquivar la pereza de practicar deporte en invierno: busca un gimnasio cerca de casa o del trabajo para que te sea fácil desplazarte y no trastoque mucho tu rutina. Busca que las instalaciones te ofrezcan estas u otras actividades que te llamen la atención para tener motivación y evitar el sedentarism. No olvides que, como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la actividad física regular ayuda a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles” y “mejora el riesgo de mortalidad por cualquier causa”.

Cuidados de las manos en otoño: así debes proteger su piel del frío

La piel de las manos es una de las más sensibles del cuerpo, ya que es una zona que utilizamos constantemente

Usamos nuestras manos para realizar casi cualquier actividad en nuestro día a día. Ese trabajo constante, unido a las temperaturas extremas que van a caracterizar esta época del año, hacen que la piel de la zona requiera de unos cuidados extras. De lo contrario, lo más normal es que aparezca la sequedad por el frío, grietas por la pérdida de hidratación, irritación y rojeces por el daño a la barrera cutánea e incluso inflamación con sabañones.

Para evitar a toda costa estos problemas, es fundamental cuidar la barrera cutánea de la piel, incluida la de las manos. La epidermis es la capa más externa de nuestro tejido cutáneo y, por lo tanto, la que más nos protege frente al exterior. Para que goce de un estado saludable y pueda protegernos, la barrera cutánea debe lograr un correcto equilibrio hidrolipídico, es decir, una correcta proporción entre el agua y los lípidos retenidos en las células de la piel. Un exceso o escasez en ese equilibrio es lo que debilitaría la barrera cutánea y, consecuentemente, desencadenaría los problemas dermatológicos.

Para asegurar el bienestar de nuestras manos en las épocas más frías del año sigue estos cuidados:

  • Beber agua, al menos 2L/día. Nuestro cuerpo está formado en más de un 60% por agua, ya que trabaja prácticamente en todas las funciones vitales: en el transporte de  nutrientes a las células, en la elasticidad y crecimiento de los órganos y tejidos, en la lubricación de las articulaciones, en el mantenimiento de la temperatura corporal, en la digestión y en la depuración corporal, entre otras. Todas las células del organismo, incluidas las de la piel, necesitan una cantidad óptima de agua para evitar la oxidación celular y regenerarse. Ante ello, beber agua es la forma ideal de hidratar los tejidos cutáneos desde el interior.
  • Lavado de manos. La higiene es un paso al que no podemos renunciar en nuestro día a día para evitar que los microorganismos patógenos entren en nuestro cuerpo. Sin embargo, debemos utilizar jabones y productos que respeten el pH de la piel para evitar reacciones alérgicas, erupciones o enrojecimiento. Por ejemplo, no conviene abusar del gel hidroalcohólico, ya que algunos de ellos no son neutros y resultan agresivos para la piel. Tampoco es recomendable emplear agua muy fría o muy caliente, puesto que el contacto directo con el agua en temperaturas extremas altera la barrera cutánea.
  • Secado de manos. La forma en la que secamos nuestras manos es tan importante como el modo en el que nos las lavamos, ya que este paso también puede resultar agresivo. Los secadores de manos resecan la piel, deshidratándola, mientras que deslizar la toalla por su superficie puede resultar irritante por las fibras del tejido. Por todo ello, lo mejor es simplemente envolver las manos en la toalla y ejercer ligera presión para no romper con los niveles de agua y líquidos presentes en nuestra barrera cutánea.
  • En la calle, usa guantes. Durante los meses de otoño e invierno acostumbramos a vivir una bajada de las temperaturas, pero además del frío, los factores ambientales como la humedad y el viento contribuyen a la alteración en la hidratación de la piel de nuestras manos. Para protegerlas lo máximo posible de estos factores externos, no dudes en utilizar guantes cuando salgas a la calle.
  • Hidratación con cremas. Para facilitarle a nuestro cuerpo el proceso de regeneración de las células del tejido cutáneo y garantizarle una humedad óptima, tendríamos que aplicar una crema hidratante y nutritiva. Esta debe ser formulada específicamente para manos, con efecto reparador contra los factores ambientales y la sequedad. Puedes utilizarla varias veces al día, sobre todo al regresar de la calle y antes de ir a dormir. Además, al aplicarla con un masaje favorecerás la circulación sanguínea de la zona y así activarás la oxigenación celular.
  • Si es necesario, exfolia. El proceso de exfoliación elimina las células muertas de la piel, dejando paso a la renovación de los tejidos cutáneos. Con este paso, podemos eliminar la descamación que suele aparecer con la sequedad de la piel. Después de realizártela, no olvides aplicar una mascarilla o crema hidratante que repare en profundidad y nutra la zona.

Mantén una piel sana y protegida en invierno

Con las bajas temperaturas es más importante que nunca cuidar nuestra piel

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y el más versátil de todos. Es el único órgano que está directa y constatemente abierto al exterior. La piel protege de agentes externos, del calor y el frío, del aire y los elementos y de las bacterias. Incluso elimina algunos residuos del cuerpo.  Por eso, es más importante que nunca cuidarla frente a las bajas temperaturas.

Según la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), las mejillas, los labios, el cuello, el escote y las manos son las más sensibles al frío. Por todo ello, es importante más que nunca cuidar esas partes del cuerpo para evitar que la piel se seque o sea más sensible. A continuación, te damos unos consejos para cuidar tu piel durante estos meses:

  1. Hidrátala a diario varias veces al día. Esto es importante especialmente en aquellas personas que padecen algún tipo de dermatosis.
  2. No utilizar productos agresivos para el lavado de cara y cuerpo. Elige productos suaves y testados dermatológicamente.
  3. No descuides la protección solar. Con el frío extremo hay que cuidar especialmente las partes más expuestas del cuerpo, como las manos y la cara, tal y como aseguran desde la Fundación Piel Sana. Sobre todo, utiliza la crema solar cuando en zonas donde haya nieve, ya que se refleja el 80% de la radiación solar.
  4. Hidrata los labios y protégelos de la luz ultravioleta. Al ser una de las zonas que más sufre en invierno, es importante que tenga una hidratación extra.
  5. Evita los cambios bruscos de temperatura. Esto puede aumentar la posibilidad de aparición de arañas vasculares en la cara.
  6. Cuida la alimentación. Consume alimentos con Vitamina C y antioxidantes. También evita el alcohol, ya que empeora la dilatación capilar facial.

Cabe destacar que, la piel de las personas mayores es más frágil, seca y elástica, por lo que tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones e infecciones. Para Sanitas, en estos casos, durante los meses de frío es necesario llevar un cuidado especial para protegerla de los efectos de las bajas temperaturas, el aire frío y la humedad.

Mantener una piel sana es efectivo, si se va siguiendo las directrices del dermatólogo. En estas circunstancias cuando el consejo del especialista resulta especialmente beneficioso. Por eso, no olvides consultar con tu dermatólogo que tipo de recomendaciones son adecuadas seguir según cada temporada estival.