Consejos para vivir mejor con enfermedad de Parkinson

Esta enfermedad afecta a todos los aspectos de la rutina diaria de la persona que la sufre

El 11 de abril se celebra el Día Mundial Parkinson, un trastorno progresivo que afecta al sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios. Los síntomas aparecen lentamente. El primero puede ser un temblor en la mano que apenas se percibe. Más tarde, se pueden notar otros signos como los movimientos lentos, la rigidez muscular, el deterioro de la postura y el equilibrio y cambios en el habla y en la escritura.

Hasta ahora se desconoce la causa de la enfermedad, pero desde Mayo Clinic establecen varios factores de riesgo que influye en el párkinson. Entre ellos destaca la edad, ya que, por lo general, comienza en la segunda mitad de la vida o en edad avanzada, y el riesgo aumenta a medida que envejecemos. Además, la exposición continua a herbicidas y pesticidas puede aumentar ligeramente el riesgo de esta enfermedad, así como tener un familiar cercano con párkinson.

Asimismo, ser paciente de esta enfermedad no es nada fácil. Afecta a todos los aspectos de la rutina diaria: desde las actividades que podemos realizar nada más al despertamos hasta las que se hacen en sociedad, incluyendo a aquellas que repercuten a familiares o amigos. Por eso mismo, la Fundación Degen ha recopilado consejos para estos pacientes y sus cuidadores.

  • Consejos en la movilidad

Este trastorno está asociado a una pérdida de movilidad, a su vez, disminuye su autonomía. Por eso, se recomienda realizar una tabla de ejercicios diarios que ponga en marcha la musculatura y las articulaciones.

También es recomendable utilizar un calzado cerrado que facilite la movilización, vivir en un entorno adecuado con la intención de evitar alfombras e instalar barandillas y realizar pasos largos levantando bien los pies del suelo.

  • Consejos en la alimentación

Los numerosos síntomas que tiene esta enfermedad obligan a vigilar diferentes aspectos. El no seguir una alimentación variada y saludable puede afectar el estado físico del afectado por la enfermedad de Parkinson. Lo correcto es mantener una hidratación continua y realizar entre 4 o 5 comidas diarias.

Para evitar los síntomas no motores gastrointestinales, como el babeo o la disfagia, es importante evitar los alimentos de doble textura. Además, los alimentos fríos antes de iniciar las comidas estimulan la musculatura de la deglución.

  • Consejos en el sueño

El insomnio o la dificultad para sentirse cómodo, ya sea por el dolor o porque le es difícil girar sobre la cama, son más comunes de los que se creen en estos pacientes. Para mantener un buen sueño lo ideal es realizar técnicas de relajación y de control de la respiración para adquirir un estado de tranquilidad.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud destaca que aunque no haya cura para esta enfermedad, la medicación, el tratamiento quirúrgico y otras terapias pueden tratar los síntomas del párkinson.

Si tienes esta enfermedad es importante acudir siempre al neurólogo ante cualquier duda o señal diferente a la habitual. Además, no olvides recurrir a terapia psicológica si esta enfermedad afecta a tu salud mental.

Cefalea, migraña o jaqueca: ¿cómo se distinguen estos dolores de cabeza?

El dolor de cabeza o cefalea constituye el primer motivo de consulta en los servicios de neurología

El dolor de cabeza o cefalea es un síntoma neurológico que afecta a más de la mitad de la población. Según la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE), se trata de uno de los problemas más habituales del sistema nervioso y provoca dolores que pueden llegar a ser incapacitantes.

De hecho, el Manual de Práctica Clínica de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN) señala que el dolor de cabeza o cefalea constituye el primer motivo de consulta en los servicios de neurología.

En líneas generales, tal y como explican desde la SEN, los dolores de cabeza suelen dividirse en dos grupos. Una clasificación que, a falta de un marcador que determine claramente el tipo de dolor, se fundamenta en los síntomas que cuentan los pacientes.

CEFALEAS PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

Por un lado, están las cefaleas primarias, entre las que se encuentran sobre todo las migrañas o jaquecas y las cefaleas tensionales, y un segundo grupo que incluye las cefaleas secundarias, en las que sí existe una causa que las genera y que puede ser el síntoma de otra enfermedad, como alteraciones oculares y fiebre o el uso inadecuado de medicamentos.

En la mayoría de los casos, la sensación de dolor se localiza en la frente, en los dos lados de la cabeza y, en ocasiones, en la nuca y el cuello.

En cambio, la migraña o jaqueca va más allá de un simple dolor de cabeza. La AEMICE la define como un desorden neurológico que además de manifestarse en un dolor de cabeza intenso puede acompañarse de otros síntomas como vómitos, intolerancia a la luz y al sonido, entre otros, y es también extremadamente incapacitante.

Es tal la discapacidad que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la migraña es la octava enfermedad más discapacitante de la humanidad en días de capacidad por años vividos.

Asimismo, existe una serie de síntomas que avisan de la aparición de la migraña y que se conocen como aura: 

  • Visión de manchas negras o luces que parpadean
  • Alteraciones visuales o de pérdida de visión en un ojo
  • Debilidad muscular de alguna extremidad, etc.

En cuanto al tratamiento, hay numerosas opciones que el especialista valorará de manera personalizada en función de cada caso. Por ello, es importante acudir al médico para que pueda hacer una valoración y un abordaje precoz.

Esclerosis Múltiple (EM): síntomas, diagnóstico y tratamiento

La esclerosis múltiple se caracteriza por atacar a la mielina de las células nerviosas (neuronas) por error

La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica autoinmune, inflamatoria y degenerativa del sistema nervioso central.

Las causas en la actualidad se desconocen, “aunque la mayor parte de los estudios realizados apoyan la existencia de factores ambientales que, actuando sobre individuos genéticamente predispuestos, desencadenan el fenómeno autoinmune a través del cual se desarrollan los procesos inflamatorios degenerativos en el sistema nervioso central”, señalan desde la Sociedad Española de Neurología.

Recientemente un estudio publicado en la revista ‘Science’ apuntaba a una posible asociación entre el virus de Epstein-Barr y la esclerosis múltiple. No obstante, desde la SEN explican que no está claro por qué la esclerosis múltiple se manifiesta en algunas personas con dicho virus y en otras no.

Más allá de esta cuestión, la EM se caracteriza por atacar a la mielina de las células nerviosas (neuronas) por error. Por ello, según explican desde Esclerosis Múltiple España, los nervios se extienden a lo largo de todo el cuerpo, así que la EM puede manifestarse en muchas partes del organismo y hacerlo de maneras muy diferentes, de ahí que se la conozca como la “enfermedad de las mil caras”.

Afecta más a las mujeres que a los hombres y suele iniciarse entre los 20 y los 40 años. En la actualidad, no se dispone de tratamientos curativos para esta enfermedad, aunque sí medicamentos que permiten controlar o ralentizar su progresión.

SÍNTOMAS

Según la Asociación Esclerosis Múltiple España, la mayoría de las personas con EM experimentará un conjunto diferente de síntomas, y aunque hay algunos comunes, éstos pueden variar en severidad y duración, incluso en la misma persona.

De esta forma, en  primer lugar los signos de la EM pueden ser:

  • Fatiga crónica.
  • Problemas de visión.
  • Dolor y espasmos.
  • Cosquilleo y entumecimiento.
  • Problemas de equilibrio, movilidad.
  • Problemas urinarios.
  • Mareos, etc. 

Posteriormente la mayoría de los pacientes sufren fatiga crónica que les dificulta realizar actividades tan simples como moverse de un lado a otro de la casa. También temblor postural, falta de coordinación de los movimientos, trastornos del habla, problemas de movilidad y trastornos cognitivos como problemas de memoria a corto plazo, trastorno de la concentración, discernimiento y/o razonamiento, entre otros.

DIAGNÓSTICO

Esta enfermedad se diagnostica en base a los síntomas: brotes, sistema neurológico, irregularidades de la visión o el equilibrio, etcétera. Además se realizan pruebas para conocer la situación del cerebro y de la médula espinal y así poder detectar las lesiones causadas por la desmielinización.

TRATAMIENTO

Una vez diagnosticada, se inicia un tratamiento combinado de fármacos y rehabilitación para mejorar la calidad de vida de las personas afectados por la EM. Un abordaje multidisciplinar y el compromiso de los pacientes en la gestión de su enfermedad con la apuesta por hábitos de vida saludable y la adherencia a los tratamientos son de gran importancia para su control.

Síndrome de las piernas inquietas: todo lo que debes saber

Puede aparecer a cualquier edad, aunque suele ser más frecuente a partir de la cuarta década de la vida, y afecta tanto a hombres como mujeres

El síndrome de las piernas inquietas es un trastorno caracterizado por sensaciones desagradables en las piernas (como dolor o malestar) y una necesidad imperiosa de moverlas. Puede aparecer a cualquier edad, aunque suele ser más frecuente a partir de la cuarta década de la vida, y afecta tanto a hombres como mujeres.

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos, los síntomas suelen aparecer al final de la tarde y son más intensos por la noche, cuando la persona está descansando. Mover las piernas o caminar suele aliviar la incomodidad, pero los síntomas vuelven a repetirse.

No se conoce la causa exacta del síndrome de las piernas inquietas, sin embargo, se sabe que existe un componente hereditario, sobre todo si el trastorno comienza antes de los 40 años. Asimismo, algunas afecciones (insuficiencia renal, neuropatía periférica, esclerosis múltiples o deficiencia de hierro) también suponen un factor de riesgo para el síndrome de las piernas inquietas.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

La dificultad del diagnóstico puede dar lugar tanto a falsos positivos como a falsos negativos. Por ello, desde la Sociedad Española de Neurología y la Sociedad Española de Sueño destacan que, en ocasiones, puede ser necesaria la realización de algunas pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico. En este sentido, los estudios de laboratorio de sueño (polisomnografía, test de inmovilización sugerida y actimetría) y los test farmacológicos suelen ser los exámenes de diagnóstico más utilizados.

En cuanto al tratamiento, la Sociedad Española de Medicina Interna manifiesta que, en caso de que se identifiquen posibles causas del cuadro, lo primero que hay que hacer es corregirlas. Posteriormente, es fundamental mantener un sueño regular, hacer ejercicio físico y reducir el consumo de sustancias estimulantes como el café, el tabaco y el alcohol.

Por último, en lo que se refiere al pronóstico, se trata de un trastorno de curso crónico y progresivo, por lo que, tal y como detalla el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos, algunas personas pueden experimentar remisiones y no tener síntomas (o muy pocos) durante un periodo de tiempo, aunque pueden volver a aparecer.