Si la prediabetes está evolucionando a una diabetes, existen síntomas tales como tener mucha sed, deseo frecuente de orinar, boca seca.
Comer más de lo normal, pero a pesar de ello, bajar de peso, sed excesiva, necesidad de orinar en todo momento y fatiga… son algunos de los síntomas que nos pueden estar alertando de que nuestros niveles de azúcar en la sangre se encuentran más altos de lo normal, aunque no lo suficiente para considerar que tenemos diabetes. A esto se le llama: prediabetes.
Tal y como explican desde la Fundación Española del Corazón, cuando en al menos dos analíticas la hemoglobina glicosilada está por encima del 6,5%, la glucosa en ayunas supera los 126 mg/dl o a las dos horas de una sobrecarga oral de glucosa está por encima de 200 mg/dl, el médico determinará una diabetes mellitus.
Sin embargo, la diabetes mellitus tipo 2 no se desarrolla de un día para otro. Antes pasamos por la prediabetes que es cuando los niveles de glucosa en sangre se encuentran ligeramente por encima de lo normal (entre 100 y 125 mg/dL), pero sin alcanzar las cifras que terminan un diagnóstico de diabetes tipo 2 (más de 126 mg/dL).
Esta condición es una señal de advertencia y si la persona no realiza cambios importantes en su estilo de vida, como comer alimentos saludables, hacer actividad física como parte de su rutina diaria y mantener un peso saludable para ayudar a que el nivel de glucosa sanguínea vuelva a la normalidad, la afección puede progresar a diabetes, subrayan desde Mayo Clinic.
La Asociación Diabetes Madrid explica que en la mayoría de los casos, no presenta sintomatología, por tanto, hay que tener muy en cuenta los factores predisponentes: sobrepeso u obesidad, sedentarismo, patrones dietéticos, mala alimentación, antecedentes personales, diabetes gestacional o ser mayor de 45 años.
Por el contrario, si la prediabetes está evolucionando a una diabetes, sí que existen síntomas tales como tener mucha sed, deseo frecuente de orinar, boca seca, falta de energía y cansancio extremo, entumecimiento y hormigueo en manos y pies, recurrentes infecciones de hongos en la piel, curación lenta en heridas o visión borrosa.
El diagnóstico de la prediabetes puede realizarse con un sencillo análisis de sangre, previa consulta médica.
No obstante, para combatirla, lo primero que necesitas es efectuar cambios en tu estilo de vida con una alimentación saludable y ejercicio, acompañado también de las indicaciones de tu médico si tu riesgo de adquirir diabetes es muy alto.