Postres navideños para pecar sin remordimientos

Esta Navidad puedes disfrutar de versiones saludables de turrones, polvorones o galletas, poniendo especial cuidado en la selección de ingredientes.

Los dulces y los postres en Navidad siempre son una tentación a la que es imposible renunciar. Y lo hacemos con cierto remordimiento. Pero es que tenemos una tendencia innata a elegir alimentos ricos en grasa, sal y azúcar, tal y como constató un estudio de la Universidad de Birmingham. De ello ha dependido nuestra supervivencia a lo largo de los tiempos, si bien la publicidad y el marketing que llevan a cabo las empresas también condiciona bastante esta inclinación al pecado.

Sin embargo, este año es posible reconducir esa tentación creando postres saludables que, a la vez, que deleiten nuestro paladar. Estas son algunas ideas:

1. TURRÓN DE CHOCOLATE Y ALMENDRAS

  • Tuesta ligeramente 125 g de almendras (peladas o con piel) en una sartén sin aceite, removiendo constantemente. Puedes usar el horno a 180 ºC unos pocos minutos. Déjalas enfriar.
  • Pica 200 g de chocolate negro (mínimo 85 %) y caliéntalo al baño María en un recipiente. Derrite primero la mitad y luego añade el resto. Mantenlo en el fuego hasta que se funda y esté homogéneo y suave.
  • Agrega 30 ml de aceite de oliva removiendo suavemente con una varilla. Una pizca de sal le dará un toque extra de sabor.
  • Reparte las almendras en un molde (previamente untado con un poco de aceite) y vierte el chocolate por encima. Distribúyelo de forma homogénea. Saca las posibles burbujas de aire con unos golpes ligeros.
  • Deja enfriar el molde a temperatura ambiente en un lugar fresco hasta que se solidifique por completo. Un mínimo de 4 horas.

2. GALLETAS DE JENGIBRE

  • Mezcla 200 g de harina de trigo sarraceno, 75 g de harina de almendras, una pizca de sal, especias (una cucharadita de canela molida, otra de jengibre molido, una pizca de cardamomo molido y una pizca de anís verde molido), un cuarto de cucharadita de ralladura de limón y una cucharadita de bicarbonato.
  • Aparte, mezcla 50 ml de jarabe de agave, 35 ml de aceite de aceite de coco, 30 ml de leche vegetal, una cucharada de mantequilla de almendras y la mezcla de semillas de lino con agua (5 cucharadas de agua mezcladas con una cucharada de lino molido).
  • Añade la mezcla de los ingredientes secos a los húmedos. Amásalos hasta que crees una bola. Métela durante una hora en el frigorífico y, después, crea las formas navideñas con diversos moldes.
  • Coloca las galletas en una bandeja de horno sobre papel de hornear. Hornea durante 14 o 20 minutos.
  • Deja enfriar y decóralas con chocolate negro fundido.

3. POLVORONES

  • 12 horas antes de cocinar los polvorones, pon 100 g de almendras a remojo para que se ablanden. Después, tritúralas en trocitos pequeños.
  • Echa un chorrito de aceite en un bol y añade 2 cucharadas de miel y 25 g de mantequilla derretida. Al conjunto, añade también las almendras remojadas y 100 g de coco rallado. Ve agregando aceite de oliva hasta que la masa sea pegajosa.
  • Con tus manos da forma a la masa y crea polvorones. Rebózalos en coco rallado.
  • Mételos en la nevera.

Escoge alimentos apropiados para el otoño

Los productos de temporada tienen sabores más intensos y mantienen mejor las propiedades.

Para celebrar el Día Mundial de la Alimentación, el miércoles 16 de octubre, la FAO ha diseñado una receta para que llevar una vida saludable se convierta en una forma de vida. Entre sus propuestas está la de “diversificar la dieta”, es decir, añadir alimentos tradicionales, locales y de temporada.

Consumir productos de temporada implica respetar los ciclos de la naturaleza. Porque para ella es extraño un ramillete de brócoli en agosto o un racimo de cerezas en febrero. Si escoges los alimentos que conformarán tu dieta en su momento óptimo del año, lograrás productos con más sabor, aromas y texturas, más propiedades, mejor precio y, además, dejarán una menor huella ecológica durante su producción y distribución.

4 alimentos de otoño con receta

El otoño es una estación de transición hacia el invierno. Refrescan las temperaturas y los colores ocres, amarillos, rojos y marrones se avivan. La naturaleza nos ofrece alimentos que ayudan a nuestro organismo a hacer frente a los cambios que se avecinan: frío, lluvia y, a veces, cierta melancolía.

Estos son 4 alimentos otoñales que enriquecerán tu dieta durante los próximos meses:

CALABAZA DE INVIERNO:

  • Propiedades: aporta pocas calorías. Su principal componente es el agua y es fuente de fibra, por lo que sacia y mejora el tránsito intestinal. También es rica en beta-carotenos o provitamina A y vitamina C.
  • Receta: “Garbanzos con cubos de calabaza”. Cuece en una olla 150 g de garbanzos con 1 patata troceada y 1 hoja de laurel. Mientras, pica 1 zanahoria y 1 puerro y rehoga ambas verduras con aceite de oliva. Cuando estén blanditas, échale 1 cucharadita de pimentón y cocina unos segundos. Después, incorpora un poco de salsa de tomate natural y 450 g de calabaza troceada. Una vez que los garbanzos y las patatas estén cocidas, añade el sofrito de verduras con calabaza. Ponle el punto de sal.

ESPINACAS:

  • Propiedades: están compuestas principalmente por agua. Además de su contenido en fibra, destacan por ser ricas en vitaminas (especialmente provitamina A y vitamina C, E y B) y minerales (calcio, hierro, magnesio, potasio, sodio, fósforo y yodo).
  • Receta: “Revuelto de espinacas con champiñones”. Pica 1 ajo en láminas. Filetea 375 g de champiñones. Cuece y pica 400 g de espinacas. En una sartén rehoga todo y añade 2 huevos semi-batidos sin dejar de remover (el huevo no debe estar del todo cuajado).

SETAS:

  • Propiedades: se caracterizan por su bajo contenido calórico y por contener ergosterol, que puede transformarse en vitamina D. También contienen elevadas cantidades de vitaminas del grupo B.
  • Receta: “Setas empanadas”. Espolvorea una pizca de sal sobre 12 setas enteras. Después, sumérgelas en 2 huevos batidos y 100 g de pan rallado (en este orden). En una sartén con aceite de oliva fríe las setas. Al sacarlas, las colócalas sobre papel absorbente para eliminar los restos de grasa.

CASTAÑAS

  • Propiedades: son ricas en hidratos de carbono complejos. En comparación con el resto de frutos secos, tiene mucha menos cantidad de grasa. El agua es casi la mitad de su peso y destaca su contenido en potasio y folatos.
  • Receta: “Chips de castaña”. Pela en crudo y en láminas 2 o 3 castañas. En una sartén con aceite las fríes y las colocas sobre papel absorbente para eliminar la grasa. Espolvorea con una mezcla de sal, nuez moscada y vainilla.

NARANJAS

  • Propiedades: son una fuente importante de vitamina C, flavonoides y beta-caroteno. También son ricas en fibra, tiamina y ácido fólico (las dos últimas vitaminas del grupo B).
  • Receta: “Galletas de naranja”. Precalienta el horno 10 minutos a 180º. Mientras, echa 200 g harina integral en un bol (previamente tamizada) y agrega 16 g de levadura para postre y una pizca de sal. Mezcla y reserva. En otro bol, vierte 75 ml de miel, 75 g de aceite y 1 huevo mientras remueves. Después, ralla 1 naranja sobre la harina y, aparte, exprímela. Únelo todo en el bol de la harina: primero la miel, el aceite y el huevo y, luego, el zumo. Amasa. En una bandeja de horno, coloca porciones de masa en la forma que quieras. Hornea 14 minutos a 180º.

GRANADAS

  • Propiedades: tienen un aporte muy bajo de calorías por su escaso contenido de hidratos de carbono. Su componente principal es el agua y destaca únicamente por su aporte mineral de potasio.
  • Receta: “Ensalada de quinoa con granada y calabaza”. Precalienta el horno a 220º. Corta 300 g de calabaza en dados y 1 cebolla morada en láminas. Ásalas durante 20 min. con una pizca de sal y una cucharada de aceite de oliva. Lava y cuece 200 g de quinoa durante 10 o 15 minutos. Escurre y añádele la verdura y granos de granada. Sazona con el aliño que más te guste.

Pon un poquito de imaginación en la cocina y diseñarás un delicioso y saludable menú para toda la familia. Los productos de esta temporada le darán un agradable toque otoñal.

“El otoño es la estación más dulce y las flores que perdemos las ganamos en frutos”, Samuel Butler.

Ideas para preparar granola

La granola casera es perfecta para un desayuno o merienda saludable siempre que cuides la selección de ingredientes.

La granola es una combinación horneada y crujiente de frutos secos o deshidratados, avena y otros cereales, semillas, granos y, en ocasiones, frutas secas. Se toma principalmente en los desayunos, en las meriendas o en los almuerzos a mitad de mañana combinada con leche u otras bebidas vegetales, yogur, queso o trozos de fruta fresca.

Su origen se remonta a 1836. Un médico de Nueva York, James Caleb Jackson, creó una alternativa saludable para los desayunos de sus pacientes. El resultado fue lo que llamó “granula”, unos trocitos de salvado algo espesos y sin endulzar que se empapaban en leche.

La receta de la granola actual puede tener un elevado contenido en fibra, proteínas y grasas saludables. Sin embargo, es habitual añadirle azúcar, miel o sirope, lo que empeora su perfil nutricional. En el mercado, también pueden encontrarse una amplia gama de cereales y barras de granola. Aunque se comercializan como una opción de compra saludable, en su mayoría están repletas de azúcares añadidos, grasas y sal.

Granola casera: trucos

Aun así, no tienes por qué renunciar a una granola saludable y de calidad. Te contamos algunos trucos para preparar este delicioso alimento, que puede alegrar nuestras mañanas y tardes. A la hora de seleccionar tus ingredientes, ten en cuenta lo siguiente:

  • No utilices azúcar, miel o edulcorantes. Para darle el toque dulce, puedes añadirle fruta fresca o hacer puré de dátiles con canela. Si lo que te preocupa es la textura crujiente de la granola, calentar azúcar no es la única forma de conseguirla. Utiliza claras de huevo batidas.
  • Mejor usa aceite de oliva virgen extra en su elaboración.

La receta de la granola es muy sencilla:

  1. Precalienta el horno a 110 ºC.
  2. Mezcla todos los ingredientes secos, los que tú elijas. Por ejemplo, avena seca, nueces, anacardos, almendras, semillas de girasol y de ajonjolí. Añádeles una pizca de sal y canela.
  3. Bate 3 claras de huevo en un recipiente (5 minutos) y viértela sobre la mezcla de ingredientes secos. Revuelve suavemente.
  4. Coloca la mezcla en papel antiadherente y hornea el conjunto a baja temperatura durante 1 hora. Controla cada cierto tiempo y revuelve para que no se queme.
  5. Cuando esté listo, sácalo del horno y deja que se enfríe.

Puedes elaborar una cantidad importante de granola y almacenarlo en un tarro hermético de cristal. Se conservará de forma apropiada durante 1 o 2 semanas y estará lista para consumir en el momento que desees.

La granola es un alimento sabroso con el que se puede innovar. Admite muy bien distintos tipos de ingredientes. Estos pueden ser algunos:

  • Arándanos secos.
  • Copos de coco.
  • Almendras en rodajas.
  • Semillas de chía.
  • Semillas de lino.
  • Cerezas secas.
  • Chips de chocolate (añádelas después de que se haya enfriado).
  • Semillas de calabaza.

Las combinaciones son múltiples.

Recuerda que la granola será un alimento saludable si eliges adecuadamente los ingredientes que la componen. Existen muchas alternativas al azúcar. Además, la granola debe formar parte de una alimentación equilibrada. Cuida la ración de granola que consumes cada día para no desplazar otros alimentos saludables de tu dieta. Y, ante todo, ¡disfruta una forma de cocinar sana!

¿Por qué limitar los snacks?

A cualquier hora del día lo que importa es elegir alimentos de calidad.

Picoteo, tentempié o snack suele identificarse con la ingesta de productos muy calóricos, ultraprocesados, con grasas saturadas y mucha sal. No parece, por tanto, una opción saludable. De ahí que la frase “picar entre horas” sea casi un pecado pensarla y, más todavía, proponerla.

Pero lo que de verdad importa es que nuestra alimentación sea de calidad. Cada vez que comamos, también cuando lo hagamos entre horas, nos conviene realizar una adecuada combinación de alimentos. Y estas son algunas máximas:

  • Comer muchos vegetales (frutas, verduras, hortalizas y legumbres) y cereales (pan, pasta, arroz).
  • Consumir más aves y pescado que carne roja.
  • Cocinar con aceite de oliva y poca sal (mejor si es yodada).
  • Usar técnicas culinarias como plancha, horno, cocido o vapor y menos fritos, empanados y rebozados.
  • Evitar comida precocinada y los alimentos con grasas saturadas, trans o hidrogenadas y aceites de coco y palma.
  • Acompañarlo con agua, la bebida más sana y la única necesaria.

6 snacks saludables

Te proponemos 6 ideas saludables para tus snacks del verano. No tendrás que renunciar a un momento de placer gastronómico, sea la hora que sea:

  1. Chips de plátano: pela la fruta y córtala en láminas, lo más finas posibles. Introdúcelas sobre una placa antiadherente en el horno ya precalentado (a una temperatura suave). Unta los trocitos con una cucharadita de aceite de oliva. Cuando el plátano tenga un color acaramelado (puede tardar entre 1,5 y 4 horas en función del grosor), puedes sacarlas y estarán listas para comer.
  1. Palitos de zanahoria con salsa de yogur: corta una zanahoria en tiras finas y colócala en un recipiente. Aparte, mezcla dos yogures, un diente de ajo picado, un poco de azúcar, sal, pimienta blanca, medio zumo de limón y aceite de oliva. Añádele un poco de cebollino picado. 
  1. Polo de mango, plátano y frambuesa: tritura un mango y un plátano. Cuela las semillas que hayan podido quedar. Tritura las frambuesas con el zumo y coloca pequeñas porciones en el fondo de cada molde y luego añade la mezcla de mango y plátano. Mete los moldes en el congelador y espera por lo menos 2 horas. 
  1. Crema de cacahuete: hornea los cacahuetes crudos y pelados en el horno a 180º hasta que empiecen a dorar (10 minutos aproximadamente). Cuando estén fríos, los trituramos hasta que se forme una crema. Guárdala en un recipiente hermético. Puede tomarla en sándwich o tostadas y combinarlo con fruta. 
  1. Palomitas de maíz caseras: unta con unas gotas de aceite la sartén y, cuando esté bien caliente, coloca los granos de maíz. Cuando empiecen a explotar, se baja la temperatura y la sartén se mueve continuamente para que los granos no se quemen. Con una pizca de sal, estarán más sabrosas.
  1. Mix de frutos secos al natural: escoge los frutos secos que más te gusten en su modalidad natural y sin procesar (que no estén fritos ni salados). Por ejemplo, puedes mezclar almendras, avellanas y nueces.

Como ves, la calidad es lo que importa. Tan solo hace falta ser un poco más originales y escoger para nuestro picoteo alimentos que nutran de una forma adecuada nuestro organismo. ¡Pica y disfruta!

Real Food, beneficios de la comida auténtica

Conoce las bases de esta nueva corriente, que recupera la cocina sana de siempre.

El RealFooding o Real Food es un movimiento alimenticio, que promueve la comida real, auténtica y de toda la vida, mediante menús sanos y tradicionales y huyendo de los productos más manufacturados.

Su fundador y creador, Carlos Ríos, nutricionista y dietista, argumenta que se trata de un estilo de vida que “defiende el derecho a una alimentación saludable y que lucha (con conocimiento y conciencia) contra el lado oscuro de la industria alimentaria”.

Ideas del Real Food

Los realfooders intentan eliminar de sus menús diarios la mayor cantidad posible de productos procesados y ultraprocesados, y recuperar los patrones alimentarios de antaño que, según ha demostrado la ciencia, propician un mejor estado de salud. Algunas de sus premisas son:

– Recuperar hábitos de consumo tradicionales

– Preparar recetas en casa y dedicar más tiempo a la cocina

–  Realizar técnicas culinarias de siempre

– Comprar productos de temporada

– Consumir mayor número de alimentos frescos

Alimentos naturales versus ultraprocesados

La “comida real” es aquella que se elabora mayoritariamente con alimentos 100% naturales o que han sido mínimamente procesados. Como por ejemplo:

verduras, hortalizas, frutas y tubérculos

frutos secos

legumbres y cereales integrales

pescado y marisco

huevos y carnes sin procesar

hierbas, especias y semillas

café e infusiones

En el lado opuesto a los alimentos naturales real encontramos los productos ultraprocesados. Son preparaciones industriales, elaboradas a partir de derivados de otros alimentos a los que les han agregado azúcares, harina, aceites refinados, aditivos o sal.

Estos productos son altamente calóricos, debido a su gran proporción de azúcares y grasas, y poseen una escasa cantidad de nutrientes, de ahí que se relacionen con un mayor riesgo de desarrollo de enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes tipo 2.

Refrescos y bebidas energéticas

Zumos envasados

Bollería industrial

Pan blanco

Carnes procesadas (hamburguesas, salchichas, bacon, etc.)

Pizzas preparadas

Cereales azucarados y barritas

Sopas instantáneas y otros precocinados

Según el Realfooding, los alimentos reales o auténticos deberían suponer la mayor parte de nuestra dieta. Así, nos anima a priorizar los vegetales (mínimo 5 raciones al día), cocinar con ingredientes frescos y sin añadidos, y disfrutar de la comida como lo hacían nuestro abuelos.

Bufé libre, consejos para no comer en exceso

La variedad de platos puede hacernos ingerir más. Te damos las claves para no pasarte.

Los bufés libres ofrecen un amplio abanico de alimentos y preparaciones culinarias que invitan a comer sin límites. Pero los excesos en la mesa se pueden traducir en kilos de más, empachos y digestiones difíciles.

Es posible elegir con cabeza y disfrutar del ágape, sin que la salud se resienta.

El orden en que se presentan los alimentos puede ser determinante para ingerir menos calorías. Los nutricionistas aconsejan darse una vuelta por todos los mostradores y echar un vistazo a lo que ofrecen para no coger lo primero que veamos.

Claves para un menú saludable

1. Primero, agua: bebe un vaso agua para saciarte y calmar el hambre antes de empezar a comer. Mejor si es fría, porque se vacía más tarde del estómago.

2. Alimentos saciantes: comienza con aquellos que más llenan y que aportan menos calorías, como encurtidos, verduras y ensaladas.

3. Monta el plato: confecciona tu primer plato con verduras, en diferentes formatos (ensaladas, gazpachos, cremas, salteados). La fruta no debe consumirse solo de postre.

4. Incluye proteínas: de segundo plato elige carne, pescado o huevos. Evita los fritos, rebozados y empanados, no abuses de las salsas y mastica despacio.

5. Postres ligeros: elige fruta, yogur e infusiones de postre y huye de la bollería y pastelería, que tienen un alto aporte calórico.

Consejos para no empacharse

Varios platos: no coger toda la comida de una vez porque es mejor servir un plato, comerlo y, si aún tenemos hambre, levantarnos a por otro.

Ración pequeña: usa un plato pequeño para coger los alimentos que deben tomarse ocasionalmente (hamburguesa, queso, patatas fritas…) y siempre tras las verduras.

– No saciarse: hay que quedarse con la sensación de que aún podemos comer más, esto significa que hemos calmado el hambre sin una ingesta excesiva.

Parte del menú:  hay que elegir un plato, no servirse todo el menú. Después de ingerir el primero, tal vez no nos apetece comer más.

Recuerda que entre los alimentos más saludables que pueden consumirse a diario (menos de 100 kcal/100g) están los encurtidos, los mejillones, berberechos, las gambas y el pulpo.

Como ves, podemos gozar de un amplio bufé, repleto de opciones equilibradas y nutritivas, sin renunciar a la variedad de sabores.

Batch cooking, organiza tus comidas de forma saludable

Descubre el nuevo método culinario para organizar tus menús sin descuidar la salud.

Batch cooking es el método culinario que planifica y prepara con antelación las comidas de varios días. Se trata de preparar grandes cantidades de platos básicos que puedan refrigerarse o congelarse para administrar mejor los menús durante la semana.

La idea es dedicar solo unas horas a cocinar para tener platos listos, sanos y a mano el resto de días. Este sistema versátil y eficaz es, especialmente, práctico para aquellos a quienes no les gusta cocinar, no disponen de mucho tiempo o deben llevarse el táper cada día al trabajo.

Las idas básicas del Batch cooking

1. Cesta de la compra: escribe la lista de la compra, en función del número de menús que vayas a preparar. Una semana laboral tiene 10 comidas, aunque puede haber ingredientes (como hortalizas cocidas) que pueden servirnos en más de un plato.

2. Recetas congelables: si cocinas platos de cuchara, prepara el triple y congela, siempre en las raciones en las que vayas a consumir (para uno o dos), sin tener que descongelar todo. Los platos que no puedas congelar (lechuga, rúcula, mayonesa, etc.), guárdalos en la nevera, en un recipiente cerrado y cómelos lo antes posible.

3. Organiza el congelador: programa las recetas que aguanten peor el paso del tiempo para el principio de semana. El pescado o pechugas crudos, por ejemplo, deberían consumirse el lunes o martes. Etiquétalo todo con rotulador y cinta adhesiva de papel.

4. Fórmulas simples: elige aquellos platos, ligeros y sabrosos, que te permitan hacer grandes cantidades y congelar después. Potajes, ensaladas, sopas o cremas son buenas opciones. Las lasañas y tartas saladas se conservan bien y son fáciles de cortar.

3 Recetas Batch Cooking:

Aquí tienes algunas ideas que pueden servirte para elaborar platos fáciles y nutritivos:

Sopa de guisantes: mezcla en una cazuela 1/2 kg de guisantes, 12 tazas de agua, 1 ajo, 4 zanahorias, 1 cebolla, 3 tallos de apio, 2 chirivías, 1 nabo, laurel y pimienta. Deja que hierva todo hasta que los guisantes estén tiernos. Con una batidora, mezcla los alimentos hasta conseguir una textura cremosa.

Garbanzos con espinacas: corta 150 gr de espinacas frescas en juliana. Calienta un poco de aceite en una cazuela baja, añade 1 lata de anchoas de 50 gr (picadas con tijeras) y rehógalas hasta que se deshagan. Suma 1 lata de atún de unos 100 gr, bien escurrido y rehógalo 2 minutos. Incorpora 350 gr de garbanzos ya cocidos. Retira del fuego y añade las espinacas.

Cuscús de mango: prepara el cuscús siguiendo las instrucciones del envase. Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en una sartén.  Agrega 1 diente de ajo picado y 1 mango pelado cortado a dados. Saltea hasta que el mango empiece a dorarse un poco. Añade el cuscús, 1/2 taza de pasas, 1 tomate maduro, el zumo de 1 limón, ramitas de cilantro y un poco de perejil.

Como ves, el concepto Batch Cooking trata de optimizar el tiempo, ahorrar dinero e idear menús más equilibrados

Aprovecha los fines de semana para preparar las comidas del resto de la semana.

El plato ideal, según los nutricionistas

¿Sabes en que se basa un menú sano, nutritivo y saciante? ¡Lee qué dicen los expertos!

La Escuela de Salud Pública de Harvard ha elaborado el Healthy Eating Plate (‘El plato para comer saludable’) una guía para ayudar a las personas a tomar mejores decisiones alimenticias y a preparar menús sanos y equilibrados de forma simple y rápida.

Healthy Eating Plate

Cómo es el plato perfecto

1. Más del 50%, vegetales y frutas: las verduras y frutas deberían representar más de la mitad del plato, ya que aportan agua, escasas calorías y son ricas en vitaminas, antioxidantes, minerales y fibra. Toma hortalizas variadas e incluye como mínimo tres piezas de fruta al día, que ayudan al tránsito intestinal.

2. El 25% de cereales integrales: un mayor consumo de trigo, avena, maíz, quinua o arroz se asocia a un mejor control del peso. Decántate por la versión integral de los granos, puesto que tiene un efecto más moderado en la glucosa y en la insulina. Las patatas, cocidas o al horno, pueden ser una opción.

3. El valor de la proteína (25%):pescado, pollo, legumbres y frutos secos son fuentes de proteínas saludables y versátiles y, además, combinan bien con vegetales. Come legumbres dos o tres veces a la semana, al menos cuatro raciones de pescado y unos cinco huevos. Rebaja también el consumo de embutidos, carnes rojas y carnes procesadas (bacon y salchichas), que contienen gran cantidad de grasas saturadas.

4. Aceites de origen vegetal: elige aceites que provengan de plantas como el olivo, la colza, la soja, el maíz o el girasol, y huye de los parcialmente hidrogenados que elevan el colesterol “malo” (LDFL). Úsalos con moderación, reduce los fritos y sazona las comidas con menos sal y más hierbas, especias y cítricos.

5. El agua es vida: bebe al día entre 6 a 8 vasos de agua o líquidos hipocalóricos (infusiones y caldos vegetales). Omite las bebidas azucaradas, ya que incrementan el riesgo de obesidad. Toma una o dos porciones al día de productos lácteos o leche, e ingiere zumos naturales, como máximo, una vez al día.

6. Mantente activo: Harvard destaca también la necesidad del descanso y la actividad física diaria. Caminar al menos 30 minutos al día y dormir las horas suficientes nos ayuda a prevenir el sobrepeso, relajar la mente y  sentirnos más vitales.

Como ves, aunque cada día surgen nuevas dietas de moda, los conceptos básicos de una buena alimentación realmente no cambian.

Los investigadores del estudio aconsejan colgar un recordatorio del ‘plato saludable’ en la nevera para ver a diario cómo preparar la comida de forma sencilla e inteligente.

 “La comida no es solo combustible. Debe ser algo que disfrutes y que te nutra”, Karyn Forsyth Duggan.

Picoteos sanos para cada día

¿Necesitas ideas para comer a media mañana? ¡Este post puede interesarte!

Es difícil llegar a la hora de comer sin hambre. Pero, si desayunamos correctamente (por ejemplo, con una tostada de pan con tomate y aguacate, y un café con leche) y tomamos una pieza de fruta a media mañana, puede ser que tengamos energía hasta sentarnos en la mesa.

Los nutricionistas recomiendan hacer una comida cada 2-3 horas para evitar la ansiedad antes de las comidas principales y no sucumbir a un picoteo insano. Lo ideal es ingerir entre horas alimentos ricos en proteína y fibra, que nos mantendrán saciados más tiempo.

‘Snacks’ sencillos y saludables     

Opta por ir preparado desde casa. Descarta comprar un zumo de frutas o una barrita de cereales (que tienen alta cantidad de azúcares), y trae un táper con alimentos frescos, naturales y con proteína que te harán aguantar. Aquí van una lista de ideas y trucos:

1. Pulguita o sándwich de embutido: elige un buen pan integral y asegúrate que el embutido sea de calidad, con poca grasa y bajo en sal (pavo o jamón ibérico).

2. Tostas: escogiendo un buen pan integral e ingredientes que aporten proteínas, nos podemos hacer unas tostas riquísimas y saciantes. Puedes probar con una rebanada de tomate, aguacate y queso de Burgos o una tosta de salmón y huevo duro.

3. Frutos secos: son muy sanos, siempre y cuando no estén fritos o con sal, miel o azúcar añadido. Intenta comer una ración moderada, con un puñado de nueces o pistachos basta.

4. Tortitas de arroz integral, quinua o espelta: son ricas en proteína vegetal y sacian más que las de maíz prensado. Aconsejan consumirlas con una porción de proteína baja en grasa.

5. Hummus: el paté de garbanzos es una buena idea para completar unos crudités de verdura (palitos de zanahoria, pepino, etc.). Le podemos añadir remolacha, zanahoria, brócoli y hasta pimientos de piquillo.

6. Yogur con frutas (y frutos): podemos tomar un yogur a media mañana, pero natural y sin azúcar añadido. Es fácil de preparar en una yogurtera; basta un litro de leche y un yogur, calentarlo y dejar reposar entre 8 y 12 horas.

7. Queso fresco: es un excelente producto, ya que aporta una buena proporción de proteínas. Se puede encontrar desnatado y en diferentes formatos.

8. Gelatinas con frutas: la mayoría de gelatinas que hay en el supermercado contienen gran cantidad de azúcares. Lo mejor es que la preparemos nosotros mismos, usando gelatina neutra y añadiendo unos gajos de fruta.

9. Rollitos de fruta y embutido: si envolvemos trocitos de fruta con embutidos (cecina o pavo) tomaremos la proteína y nos llenará más. Hay muchas posibilidades: manzana o pera con pavo, brochetas de pera con queso fresco.

10. Fruta troceada: hazte un táper con frutas a daditos y añade queso fresco para aportarle proteína también. Recuerda que comerse una manzana a media mañana siempre es más saludable que unos palitos.

Además de estos consejos, trata de comer con más conciencia y masticar bien cada bocado. Si ayudas al cuerpo a hacer mejor la digestión, el estómago tendrá que trabajar menos y te sentirás más satisfecho.

Poke y Buddha, tazones sabrosos, sencillos y sanos

¿Conoces estos platos combinados supernutritivos? Te hacemos un breve resumen.

Poke y Buddha Bowl son la última tendencia en comida healthy. Una versión renovada del plato combinado, pero presentado en bol y muy nutritivo, sabroso y fácil de preparar.

Estas sanas recetas, que siguen los principios de una dieta equilibrada, se elaboran con alimentos frescos (vegetales y pescados), brindándonos un gran aporte de vitaminas y minerales, y un escaso número de calorías.

Mientras que el Poke proviene de los antiguos nativos hawaianos (solían comer pescado crudo sazonado en sal para su preservación), el Buddha tiene su origen en el budismo (religión mayoritariamente vegetariana), de  ahí que su ingrediente principal sean las verduras.

Preparación de un Buddha

Los Buddha Bowls contienen varios grupos de alimentos para crear un plato único y completo:

Base (hojas verde): canónigos, escarola, lechuga, rúcula, espinacas, col, cogollos, etc.

Primer piso (carbohidratos): avena, arroz integral o basmati, quinua, trigo sarraceno, patata, zanahoria, boniato, fideos de arroz, pasta, cuscús, etc.

Segundo piso (proteína): lentejas, garbanzos, alubias, tofu, tortilla, tiras de pollo, gambas, huevo duro, etc.

Tercer piso (hortalizas): calabacín, brócoli, berenjena, pepino, pimiento rojo o verde, cebolla, etc.

Cuarto piso (grasas): aceite de oliva virgen extra, aguacate, nueces, almendras, anacardos, cacahuetes, etc.

Quinto piso (aliño): alioli, hummus, vinagreta, paté vegetal, zumo de limón, etc.

Estructura de Poke

La clave del ‘Poke’ (significa ‘cortado a trocitos’) es la calidad de los alimentos que se le añaden. Las mezcla de texturas y la combinación de colores dependerá, en gran medida, del gusto y la imaginación de cada uno:

Base: arroz blanco

Primer piso: pescado crudo troceado, marinado en salsa de soja (atún o salmón)

Segundo piso: mezcla de algas, aguacate, pepino, huevas de pescado, sésamo, cebolleta, guindilla, verduras encurtidas o frescas.

Como ves, no es necesario añadir ingredientes muy exóticos, que a veces son difíciles de encontrar como el kale, el açaí o la chía para preparar un bol de Poke o Buddha. Tan solo tenemos que  agregar alimentos frescos y de temporada (mejor de kilómetro cero) por orden y, en pocos minutos, disfrutaremos de un plato rápido, saludable y asequible.

Platos de invierno sanos y asequibles

Te presentamos unas recetas nutritivas para entrar en calor, sin que tu bolsillo se resienta

Una alimentación saludable en invierno se basa en productos de temporada (frescos y asequibles) y preparaciones sencillas en forma de sopas, guisos y estofados.

Asimismo, los platos de cuchara tradicionales (con más verduras y menos carnes) son una opción idónea, ya que son pobres en calorías, pero nos brindan valiosas dosis de fibra, minerales y vitaminas, que nos ayudarán a prevenir resfriados y gripes

1. Potaje de habas y verduras

– Pon 300gr de habas secas ya peladas en remojo durante 24 horas. Al día siguiente hiérvelas a fuego lento durante una hora.

– Mientras, limpia y corta 2 patatas medianas, 1 cebolla, 1 tomate maduro, 2 hojas de col y 150gr de espinacas.

 – Cuando las habas empiecen a estar tiernas, agrega las verduras troceadas a la olla.

– Deja cocer unos 15 minutos y luego añade sal y un chorrito de aceite de oliva.

1. Potaje de habas y verduras

2. Berza con patata

– Limpia y trocea una berza de 500 gr. Pela y corta 1/2 kg de patatas. Cuécelo todo 20 minutos en una cazuela con agua y sal.

– Escurre la berza y las patatas, y resérvalas en una fuente.

– Pela y pica 3-4 ajos en láminas y dóralos en una sartén con unas 4 cucharadas de aceite. Por último, riega la berza y las patatas con el refrito y sírvelo.

2. Berza con patata

3. Sopa de garbanzos

– Pon 250 gr garbanzos en remojo la noche anterior. Al día siguiente cuécelos hora y media a fuego lento. También puedes usar garbanzos de bote y no haría falta este paso.

– En una sartén sofríe 1 cebolla picada, 2 tomates pelados y cortados en dados y 2 ajos. Luego incorpora el sofrito a la olla.

– Lava y corta 250gr de judías verdes, 1 zanahoria, 1 nabo, 250 gr de acelgas, 2 patatas medianas, 300 gr de calabaza. Añade estas verduras a la cazuela.

– Cuece todo durante 1,5h. A continuación incorpora un chorro de aceite de oliva, sal, azafrán y 4 puñados de arroz (mejor, integral). Deja cocer 20 minutos y sírvelo.

3. Sopa de garbanzos

4. Pollo con ajos tiernos

– Salpimenta los trozos de 1 pollo de corral cortado. Dóralos en una cazuela con aceite de oliva a fuego medio unos 5-10 minutos por cada lado. Sácalos y reserva.

– Baja el fuego y, si hace falta, retira dos cucharadas de grasa que ha soltado el pollo. Rehoga cinco minutos 1/2 cucharadita de semillas de hinojo, 2 hojas de laurel y 12 ajos tiernos picados, moviendo de vez en cuando.

– Moja con 150 ml de moscatel o vino dulce y deja que evapore el alcohol. Añade 150ml de vinagre de Jerez, 100 ml de agua y el pollo (los trozos de pechuga arriba). Tapa y cuece a fuego suave unos 30 minutos.

– Saca los trozos de pechuga, vuelve a tapar y deja que las patas y las alas se hagan 30 minutos más, añadiendo algo de vino y agua si se queda seco.

– Reincorpora la pechuga 2 minutos más y remueve para que el pollo se empape de la salsa.

4. Pollo con ajos tiernos

Los alimentos de temporada suelen ser más económicos que aquellos que son importados de otros países. Cuando comemos frutos de la estación obtenemos un aporte de minerales y vitaminas superior que si optamos por aquellos que han pasado por cámaras frigoríficas y han tenido una maduración artificial.

Platos equilibrados para Navidad

Se puede disfrutar de las Fiestas sin dejar de lado una alimentación sana. Te contamos cómo

La Navidad es sinónimo de reuniones familiares y con amigos alrededor de una mesa repleta de platos. Cenas y comidas deliciosas y contundentes que se alargan durante horas y que, en ocasiones, pueden dificultarnos la digestión y causarnos empachos.

Hoy nos gustaría mostrar otras maneras de preparar un menú exquisito, pero más sano y ligero que no afecte nuestro bienestar. Porque una alimentación saludable también es posible en estas fechas.

¿Cómo equilibrar los menús?

  1. Planifica con tiempo: piensa en los menús de toda la semana, no sólo los días de fiesta, para no tener que improvisar y recurrir a la comida fácil y calórica.
  2. Congela el sobrante: no comas las sobras los días siguientes a la fiestas. Intenta congelar el sobrante para no seguir el mismo ritmo de exceso de calorías.
  3. Incluye más frutas y verduras: añade más verduras y hortalizas (al vapor o a la plancha) en las guarniciones, elije fruta de postre (macedonia, peras al vino, manzanas al horno) y prepara salsas más suaves (a base de cítricos o yogur).
  4. Opta por carnes magras o pescados: evita los patés y embutidos en los aperitivos e inclínate por ensaladas, brochetas de verduras o mariscos. Introduce carnes magras (pavo o pollo) con menos grasa o pescado al horno de plato principal.
  5. Dulces caseros: siempre será más sano un dulce hecho por ti que uno comprado fuera. Puedes preparar una tarta de manzana o un bizcocho de plátano con nueces. Guarda en el armario los turrones, polvorones, mazapanes y bombones para no verlos continuamente, y sácalos únicamente tras las comidas.
  6. Come despacio: mastica bien, relajado y saboreando cada bocado. La sensación de saciedad te llegará antes de haber ingerido una cantidad excesiva de alimentos.

Si sigues estos sencillos consejos podrás construir menús más sanos y ricos para todos los días de fiesta, que harán las delicias de tus comensales y os harán sentiros satisfechos y ligeros.

Recuerda moverte más: camina al menos media hora, sal a correr un rato, monta en bici o patina en buena compañía. Así, acelerarás el metabolismo y mantendrás un peso saludable.