¿Las redes sociales influyen en nuestra salud?

Las redes sociales pueden actuar como un arma de doble filo: pueden nutrir el círculo social y acercarnos a personas lejanas, pero también pueden hacernos sentir más aislados.

Las redes sociales son una herramienta poderosa que te conecta con amigos, familiares y otros conocidos. Más de 4.200 millones de personas usan Internet en todo el mundo y más de 3.000 millones son usuarios activos de las redes sociales. Comparten fotos, dan a “me gusta” varias veces, tuitean y actualizan plataformas como Facebook, Instagram, Twitter, etc. (entre las más utilizadas).

Las plataformas de redes sociales se han convertido ya en parte del tejido de la vida diaria de muchas personas. Brindan grandes oportunidades para la innovación, el aprendizaje y la creatividad, pero también preocupan las posibles implicaciones para la salud, sobre todo entre los más jóvenes.

En la Unión Europea, una encuesta publicada por EU Kids Online comprobó que el 38 % de los niños entre 9 y 12 años reconoce tener un perfil en una red social. Y, de ellos, el 15 % asegura tener más de 100 contactos.

Efectos negativos en la salud

Las repercusiones de las redes sociales en la salud de las personas es un tema objeto de debate, debido al gran impacto que suponen este tipo de plataformas en el día a día de las personas. Estas son algunos de los efectos menos positivos y más evidentes:

  • Ansiedad y depresión: las expectativas poco realistas de las redes sociales pueden dejar a los más jóvenes con sentimientos de autoconciencia, baja autoestima y una búsqueda de perfeccionismo que puede manifestarse como ansiedad. Según un informe de la Royal Society for Public Health, las tasas de ansiedad y depresión en este grupo de población han aumentado en un 70 % en los últimos 25 años, coincidiendo con el auge de este tipo de plataformas. El uso de más de una cuenta de red social de forma simultánea también se ha relacionado con síntomas de ansiedad social y soledad.
  • Insomnio: el sueño y la salud mental están relacionados. Una mala salud mental puede conducir a un sueño deficiente y pobre. Algunos estudios han demostrado que un mayor uso de las redes sociales tiene una asociación significativa con la mala calidad del sueño. Se cree que el uso de luces LED antes de dormir puede interferir y bloquear los procesos naturales en el cerebro que desencadenan somnolencia.
  • Adicción: se caracteriza por la pérdida de control sobre el uso de Internet. Se generan situaciones de aislamiento social, abandono de las actividades académicas, recreativas e, incluso, de higiene personal. Algunos síntomas suelen ser irritabilidad cuando no pueden conectarse, ansiedad, nerviosismo o aburrimiento, priorizar el móvil o la tablet a otras actividades, estar pendiente constantemente de los mensajes, etc.
  • Baja autoestima: las redes sociales constituyen una importante fuente de comparación. Algunas personas aspiran y les gustaría ser de una determinada manera, reflejándose en las otras personas (en sus perfiles e historias que hacen públicas). Hacer esto solo provoca que aparezcan emociones negativas.

Recuerda que las redes sociales, bien utilizadas, pueden tener ventajas: nos facilitan el contacto con personas que están lejos; crean espacios de intercambio y permiten ampliar la red de contactos a nivel profesional; ayudan en la difusión de grandes acontecimientos y pueden generar movimientos de solidaridad de forma masiva.

Viajar seguros en coche con niños

La movilidad y flexibilidad que permite el coche lo hacen un candidato ideal para los viajes de verano.

Verano: época de vacaciones. Disponemos de más tiempo para viajar, ya sea para estar con la familia o para conocer aquellos rincones que hacía tiempo que ocupaban nuestra agenda. Ya sea por tierra, mar o aire, durante estos meses estivales, aumenta el número de desplazamientos.

Por regla general, los europeos eligen principalmente el turismo para realizar sus viajes. Permite una mayor movilidad y flexibilidad. Dos ventajas que valoran sobremanera las familias que viajan con niños. Y es que elegir el coche da la posibilidad de improvisar y explorar destinos que no estaban inicialmente previstos. Además, no es necesario adecuar el número de enseres del equipaje al tamaño o peso de la maleta, sino del maletero. Y, por último, proporciona una mayor intimidad y libertad de horarios.

Consejos para desplazamientos seguros en coche

Por regla general, viajar con niños complica un poco la organización del viaje. Con todo, además de disponer todo lo necesario para los más pequeños, buscamos que el desplazamiento en cuestión sea seguro. Y, aunque las carreteras y los vehículos cada vez lo son más, conviene que tomemos una serie de precauciones:

  • Utiliza sistemas de retención infantiles homologadas. En función de la edad de tu hijo, debes disponer de portabebés, cucos o capazos homologados para bebés con necesidades especiales, sillas para bebés y niños, alzadores y cinturones de seguridad.
  • Usa correctamente los sistemas de retención infantiles. Aprende a instalar estos sistemas y familiarízate con ellos. Pueden prevenir entre el 50% y el 70% de las lesiones graves y mortales.
  • Cuidado con los airbags. Nunca instales una silla para bebés o niños frente a un airbag frontal, excepto si lo has desactivado.
  • Viajar en sentido contrario a la marcha. Hasta que el bebé no cumpla 15 meses y pese más de 10 kg, no puede viajar mirando hacia delante. Incluso es aconsejable que continúe haciéndolo, al menos, hasta los 4 años.
  • Asiento elevador con respaldo (a partir de los 4 años) hasta los 36 kg. Asegúrate de que el cinturón de seguridad está adecuadamente colocado a través de las zonas del cuerpo más resistentes: caderas, parte central del esternón y clavícula. Debe ofrecer una buena protección lateral para la cabeza y el tronco.
  • Cinturón de seguridad bien ajustado. Aunque el niño pese más de 36 kg, debe estar ajustado correctamente: pasa por encima de la pelvis, la parte media del esternón y la parte media de la clavícula. Si queda por encima del estómago o muy cerca del cuello, no se ajusta bien.
  • Renueva el dispositivo. En caso de accidente o colisión importante, es aconsejable cambiar el sistema de retención. Podría estar deteriorado. También conviene cambiarlo si tiene seis años de antigüedad.

Durante cualquier trayecto debemos estar descansados y es muy recomendable parar con frecuencia para cambiar de posición. Pero, ante todo, siempre debemos proteger a los hijos, nietos, sobrinos, amigos… que llevemos con nosotros en el coche. Y no importa si el trayecto es corto. Las precauciones deben ser las mismas.

Beneficios de la lactancia

Hasta los 2 años, la salud y el desarrollo de los niños dependen de su forma de alimentación.

UNICEF, la Organización Mundial de la Salud (ONU) y la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA) celebran estos días la Semana de la Lactancia en más de 170 países. Porque la alimentación de los más pequeños de la familia es una cuestión prioritaria. Especialmente durante el periodo de 1.000 días desde que comienza el embarazo y el niño cumple su segundo cumpleaños. En este corto espacio de tiempo, su salud y desarrollo dependen de ella.

La leche materna es, según los expertos, el mejor alimento. Les aporta todas las vitaminas, minerales, enzimas y anticuerpos que los niños necesitan para crecer. Promover una iniciación temprana en la leche materna es, para UNICEF, una estrategia clave para la supervivencia de miles de niños. El objetivo final: reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años, cuarto ODM (Objetivo de Desarrollo del Milenio).

Nutrientes de la leche materna

Según la OMS, la leche materna se compone principalmente de los siguientes nutrientes:

  • Grasas: 3,5 g por 100 ml de leche. Se concentran especialmente al final de cada toma y son importantes para el desarrollo neurológico del niño por su contenido en ácidos grasos poli-insaturados de cadena larga.
  • Carbohidratos: principalmente lactosa (7 g por 100 ml), una gran fuente de energía. También hay otros como los oligosacáridos que ayudan a proteger contra infecciones.
  • Proteínas: con un equilibrio de aminoácidos y en menor concentración que la leche animal que la hacen mucho más adecuada para el lactante.
  • Vitaminas y minerales: incluye la cantidad adecuada de vitaminas, siempre que la madre no sea deficiente. La excepción es la vitamina D. Para compensarlo, hay que exponer al bebé a la luz del sol o proporcionarle suplementos vitamínicos.
  • Factores anti-infecciosos: como las inmunoglobulinas, los glóbulos blancos, las proteínas del suero y los oligosacáridos. Todos ayudan al bebé a protegerse de infecciones.
  • Factores bioactivos: por ejemplo, la lipasa. Ayuda a digerir la grasa en el intestino delgado. También el factor epidérmico del crecimiento, que estimula la maduración de las células de la mucosa del intestino para mejorar la absorción y digestión de los nutrientes.

Ventajas de la lactancia

La ONU recomienda que durante los 6 primeros meses de vida los lactantes se alimenten exclusivamente con leche materna. Periodo que puede extenderse hasta los 2 años e incluso más tiempo, si la madre así lo desea. De esta forma, los bebés lograrán un crecimiento, desarrollo y salud óptimos.

Sin embargo, la realidad dibuja otro panorama. En todo el mundo, únicamente el 38% de los lactantes entre 0 y 6 meses se alimentan solo con leche materna. Pese a los datos, la leche materna es un valor seguro:

  • Siempre está a la temperatura adecuada.
  • No necesita preparación.
  • Siempre está disponible, también en aquellos lugares con malas condiciones de salubridad y agua potable.

Las ventajas de la leche materna hablan por sí solas de sus beneficios:

  • Garantiza el acceso de los bebés a una cantidad suficiente y segura de alimentos asequibles y nutritivos.
  • Permite al lactante una mejor absorción de nutrientes y propiedades contra infecciones.
  • Promueve el desarrollo saludable del cerebro y un rendimiento educativo más elevado.
  • Disminuye el riesgo de obesidad y otras enfermedades crónicas.

Es útil también para las madres. Les ayuda a:

  • Prevenir la hemorragia después del parto.
  • Reducir el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario.
  • Espaciar mejor los embarazos.

¿Qué hacer ante una bronquiolitis?

Aunque es de fácil contagio, en casa podemos tomar medidas para tratarla y evitarla

La bronquiolitis es una infección respiratoria producida por virus en la que se inflaman los bronquios y los bronquiolos, que son las vías más pequeñas que llevan el aire dentro del pulmón.

De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, esta enfermedad afecta a menores de 2 años, sobre todo, a los menores de 6 meses y, normalmente, es causada por el virus respiratorio sincitial (VRS), normalmente de noviembre a marzo.

La bronquiolitis se contagia como un resfriado, tal y como indica la Sociedad Española de Neumología Pediátrica: a través de contacto con saliva o moco, y por las manos. Los gérmenes se diseminan de la nariz y la boca en pequeñas gotitas de saliva que quedan suspendidas en el aire cuando alguien estornuda o tose, y pueden quedar sobre objetos que la persona toca.

Al principio, hay un incremento de la secreción nasal y tos perruna, posteriormente, se inflaman los bronquiolos dificultando el paso de aire, lo que puede ocasionar ‘silbidos’, atragantamientos o vómitos. Acostumbra a durar 7 – 12 días (la tos puede persistir más días).

Consejos para el tratamiento

Aunque se trata de una enfermedad vírica de fácil contagio, en casa podemos tomar medidas para evitarla.

  1. Lavado nasal: antes de comer y de dormir conviene despejar las fosas nasales del pequeño, haciendo un lavado nasal (poner suero fisiológico y aspirar la mucosidad). Esto es porque los bebés respiran sobre todo por la nariz y, si ésta está obstruida, pueden tener dificultad al respirar.
  2. Cambio de postura: elevar un poco la cabecera de la cama/cuna ayuda a respirar algo mejor. Además, humidificar el ambiente despeja la nariz y calma la tos. En los recién nacidos, puede ser necesario administrarles oxígeno a través de gafas o mascarilla siempre que sea indicado por el pediatra.
  3. Reducir la fiebre: si el niño o niña tiene fiebre se pueden administrar antitérmicos, como el paracetamol y el ibuprofeno (mayores de 6 meses), o también medidas físicas (destapar al niño, baños con agua templada).
  4. Tomas más frecuentes: los bebés con bronquiolitis pueden tener poco apetito y cansarse con facilidad. Se aconseja fraccionar las tomas, es decir, administrar menos cantidad de alimento pero más frecuentemente.
  5. No usar medicamentos sin receta: Los jarabes para la tos, los mucolíticos y los descongestionantes nasales pueden ser perjudiciales. Tampoco sirven los antibióticos. No uses medicamentos que no recete el médico.

Medidas para prevenirla

  1. Lavarse las manos a menudo: las personas con una infección respiratoria o un simple catarro deben lavarse las manos a menudo, especialmente antes y después de tocar al niño o alguno de los objetos que él utiliza.
  2. Evitar ambientes de alto riesgo de contagio: intentar huir de los lugares concurridos, donde haya muchos niños (como guarderías, parques infantiles, ambulatorios), sobre todo, si el bebé tiene menos de 3 meses o fue prematuro.
  3. Eludir la exposición al humo del cigarrillo: intentar no fumar ni estar en ambientes donde se fume o se ha fumado. Si tienes un bebé asegúrate de que no se fume en casa y pide a familiares, cuidadores o personas que estén en contacto con él que no fumen.
  4. Fomentar la lactancia materna hasta los 6 meses: la lactancia materna es un gran protector frente numerosas infecciones. Prolongarla más allá de los 4 meses es una buena medida para reforzar el sistema inmunitario del bebé y hacerle más fuerte ante la bronquiolitis.

Los adultos y niños mas grandes no enferman tanto como los pequeños, presentando únicamente síntomas de un catarro, pero que son muy contagiosos para los bebés.

Ante la sospecha de que el niño respira más rápido o más agitado de lo normal, es necesario consultar con el pediatra.

Hasta el momento no existe una vacuna para prevenir la enfermedad, aunque está en estudio y desarrollo.

Síndrome de Muerte Súbita del Lactante

Conoce las recomendaciones sanitarias para evitar este episodio letal en el bebé

El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) es el fallecimiento inesperado y repentino de un niño menor de un año de edad, aparentemente sano, al que no se encuentra explicación.

Aunque en la mayoría de casos se desconoce la causa, suele ser el resultado de una parada cardiorespiratoria. Podría ser que el bebé no fuera capaz de despertarse, por algún problema de estimulación del sueño congénito, o que no detectara el dióxido de carbono en sangre, y “se olvidara” de respirar.

Se sabe que el 90% de los casos se produce durante el sueño, que existe un pico de presentación a los 2-3 meses de vida, que es más frecuente en los meses fríos y que se da más en varones y niños de bajo peso. Con todo, el SMSL tiene una incidencia de 1- 3 por cada 1.000 recién nacidos.

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria advierte que dormir boca abajo, en colchones muy blandos, en ambiente con mucho calor o el consumo de alcohol y tabaco durante la gestación son algunos factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de muerte súbita de los bebés.

Recomendaciones sanitarias

  1. Decúbito supino: los recién nacidos deberían dormir boca arriba, al menos hasta los seis meses de edad.
  2. Sobre una superficie rígida: es preferible que los bebés duerman solos en su cuna, sobre un colchón firme o superficie no muy blanda y sin almohadas.
  3. Cuidar la temperatura: la habitación tiene que estar a una temperatura agradable (idealmente de 20 y 22 ºC). Además, hay que evitar que el pequeño tenga excesivo arropamiento y, si tiene fiebre, no cubrirle la cabeza.
  4. Puede usar chupete: los expertos no desaconsejan el uso del chupete durante el primer año de vida, especialmente, si ya lo utiliza y está establecida adecuadamente la lactancia materna.
  5. Dejar de fumar: se desaconseja el hábito tabáquico de la madre y del padre, antes, durante y después del embarazo.
  6. Consultar con el médico: habla con el pediatra para identificar si se trata de un bebé con riesgo serio, es decir, si sufre pausas de apnea espontánea y sin causa conocida, malformaciones de la vía aérea superior, arritmias, etc.

En grupos de riesgo se aconseja la monitorización durante el sueño, ya que es el único tratamiento disponible por el momento. Consiste en medir las constantes del niño con un monitor de apnea, que  dispara una alarma en cuanto éstas se alejan de la normalidad. La activación del aparato permite a los padres realizar maniobras de estimulación al niño.

La muerte súbita sigue siendo objeto de estudio por el desconocimiento que se tiene sobre ella.

Lavado nasal, por una respiración sana del bebé

La limpieza de las fosas nasales permite al pequeño eliminar los mocos y respirar mejor.

Los bebés no saben respirar por la boca, por lo que cuando tienen muchos mocos le cuesta enormemente coger aire del exterior. Un lavado de las fosas nasales con suero fisiológico puede ser un remedio eficaz y sencillo, que les aliviará las molestias, mejorará su respiración y hará que se sientan más cómodos.

De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, podemos realizar tantas limpiezas nasales como el bebé necesite. Y es que los pequeños no saben sonarse, ni siquiera reconocen ese esfuerzo y es, precisamente, el suero subministrado el que funciona como un pañuelo para ellos.

No obstante, no se recomienda emplear con la misma frecuencia los aspiradores de secreciones, ya que la presión de succión que producen puede ocasionar sensaciones desagradables en el oído y resecar la mucosa del interior de la nariz. Es preferible usarlos una o dos veces al día, solo si hay mucho moco para aspirar (eso se ve) y hacerlo de forma suave.

Asimismo, existen diferentes sistemas de limpieza con suero fisiológico que pueden adquirirse en farmacia. Son preferibles los envases pequeños, puesto que la utilización de un mismo frasco, catarro tras catarro, favorece la contaminación por gérmenes.

Cómo hacer correctamente una limpieza nasal

  1. Antes de la toma y de dormir

Aconsejan hacer el lavado nasal antes de que el bebé se duerma y anterior a la toma. La cantidad a inyectar tiene que rondar los 1,5-2 ml en cada fosa nasal en niños pequeños y hasta 5 ml en mayores. El suelo tiene que estar a temperatura ambiente, así le será menos desagradable.

  1. Ladearle la cabeza

Se puede tumbar al niño boca abajo o boca arriba, según como le sujetemos más fácilmente. Eso sí, hay que intentar girarle la cabeza a un lado y que no tire el cuerpo hacia atrás.

  1. Echar el suero con decisión

 Cuando tengamos al bebé bien sujeto, introducir el suero fisiológico por el orificio que quede arriba, con determinación y sin dudar. Si ves que la nariz está muy obstruida, puedes echar un poco de suero, masajear la zona para reblandecer y volver a echar más suero.

  1. Sentarlo

Después de haber introducido la solución salina en una fosa nasal, es mejor sentarlo para ayudarle a que expulse las secreciones con  menos esfuerzo.

  1. Hacer en el otro lado

Una vez limpio un orificio de la nariz, pasamos al lado contrario. De este modo, repetiremos la maniobra para echar el suero, girándole la cabeza hacia el otro costado.

  1. Taparle la boca

Si el niño no colabora (normalmente hasta los 2-3 años no lo hacen) algunos fisioterapeutas aconsejan cerrarle la boca para aprovechar el llanto (es frecuente que llore al realizarle la limpieza) y conseguir que inspire intensamente por la nariz. Esto hará arrastrar las secreciones y permitirá una correcta respiración.

No hay que preocuparse si no expulsa toda la mucosidad: con un simple lavado nasal veremos cómo nuestros hijos empiezan a respirar mejor. Además, eliminarán parte de los mocos y otra parte se los tragarán, que suele ser normal.

Los lavados nasales no suelen gustar a casi ningún niño, por lo que a veces tendrás que buscar verdaderas estrategias para poder sujetar a tu hijo.