Microbiota y Trastornos del Sueño: El Papel del Eje Intestino-Cerebro en el insomnio

Estudios recientes han demostrado que la microbiota intestinal desempeña un papel crucial en la calidad del sueño

El sueño es un proceso biológico fundamental para la salud integral, y su regulación involucra una compleja interacción entre los sistemas nervioso, inmunológico y metabólico. Estudios recientes han demostrado que la microbiota intestinal desempeña un papel crucial en la calidad del sueño mediante la modulación del eje intestino-cerebro, abriendo nuevas perspectivas terapéuticas para el tratamiento del insomnio y otros trastornos del sueño desde el enfoque de la PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIE).

Microbiota y regulación del sueño

La microbiota intestinal, compuesta por billones de microorganismos, participa en la producción de neurotransmisores clave como la serotonina y el GABA, ambos esenciales para la inducción y mantenimiento del sueño. Además, la microbiota regula la inflamación sistémica, un factor que puede alterar la arquitectura del sueño y favorecer el insomnio. La serotonina intestinal, aunque no atraviesa la barrera hematoencefálica, influye indirectamente en la producción cerebral de este neurotransmisor. A través del nervio vago y de la modulación de la inflamación, la microbiota puede influir en la calidad del sueño, el estado de ánimo y la respuesta al estrés.

Factores que afectan la microbiota y el sueño

  • Alimentación pobre en fibra y rica en azúcares: Reduce la diversidad microbiana y altera la producción de metabolitos neuroactivos.
  • Estrés crónico: Disminuye la cantidad de bacterias beneficiosas y aumenta la permeabilidad intestinal, favoreciendo la inflamación.
  • Alteraciones del ritmo circadiano: Como el trabajo nocturno o la exposición a luz azul antes de dormir, que afectan la producción de melatonina y modifican la composición de la microbiota.
  • Uso de antibióticos: Aunque necesarios en ciertos casos, pueden alterar drásticamente la microbiota intestinal, afectando indirectamente la calidad del sueño.
  • Deficiencias nutricionales: La falta de nutrientes esenciales como el magnesio, los ácidos grasos omega-3 y la vitamina D puede afectar la función de la microbiota y la regulación del sueño.

Estrategias para mejorar la microbiota y el sueño

1. Consumir alimentos ricos en prebióticos y probióticos: Alimentos como el ajo, la cebolla, el puerro, el plátano y la alcachofa son ricos en prebióticos, mientras que fermentados como kéfir, yogur natural, kombucha y chucrut aportan probióticos beneficiosos.

2. Reducir el consumo de cafeína y alcohol en horas nocturnas: Estas sustancias pueden alterar el ciclo de sueño y la composición de la microbiota.

3. Mantener un horario regular de sueño: La consistencia en los horarios de acostarse y levantarse ayuda a sincronizar los ritmos circadianos.

4. Realizar ejercicio físico regularmente: La actividad física diaria, como caminar, correr o andar en bicicleta, puede mejorar la salud general y la calidad del sueño.

5. Evitar el consumo excesivo de azúcares: Una alimentación rica en azúcares puede perjudicar la salud de la microbiota intestinal.

6. Incluir fuentes de magnesio, omega-3 y vitamina D: Alimentos como las semillas de calabaza, almendras, espinacas, sardinas, salmón y la exposición solar adecuada son fundamentales.

Conclusión

El abordaje de estos trastornos desde una perspectiva integrativa que considere la microbiota intestinal y el eje intestino-cerebro puede ofrecer soluciones más completas y efectivas. La implementación de estrategias nutricionales basadas en la PsicoNeuroInmunoEndocrinología no solo mejora la calidad del sueño, sino que también promueve la salud general.

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Piel sana, vida sana: Así debes cuidar el órgano más extenso del cuerpo

Protegerse del sol, evitar irritaciones o tener buenos hábitos de vida son algunas de las claves para una piel sana

El cuidado de la  piel puede ser una de las mejores maneras de mantener una buena salud. No hay que olvidar que la piel es el órgano más grande del cuerpo y es la encargada de hacer que muchos de los procesos diarios que el organismo lleva a cabo se completen. De ahí, piel sana, vida sana.

La piel protege de los gérmenes y agentes externos que pueden llegar a causar muchas enfermedades o infecciones. Igualmente, se encarga de mantener una temperatura corporal estable y de eliminar las toxinas o las sustancia que el cuerpo deshecha a través del sudor. Además, es también la encargada de producir la vitamina D, esencial para la salud.

Mantener una piel sana permite el buen funcionamiento del organismo y puede suponer una mejora en la calidad de vida y en la salud en el día a día. Y la buena noticia es que practicar un autocuidado puede ser sencillo si se sigue una serie de consejos.

EL SOL, MEJOR CON PROTECCIÓN

La exposición al sol puede dañar la piel si no se la protege de manera correcta, llegando incluso a aumentar el riesgo de sufrir cáncer. Para cuidarse de esta exposición, es esencial aplicar un protector solar de amplio espectro con un factor de protección alto.

Además, no se deben olvidar los labios. Al aplicar la protección también es importante protegerlos para evitar que se quemen. Y no lo olvides, no solo te protejas en verano, el sol es dañino durante todo el año.

EVITAR LAS IRRITACIONES

Los productos muy abrasivos o cuando frotarse la piel de manera muy agresiva puede provocar que esta se irrite. El mejor consejo para evitar que esto suceda sería el de hidratarse tras las duchas y secarse cuidadosamente para que las toallas no enrojezcan la piel.

Igualmente, en los casos en los que la piel es más sensible, sería también recomendable optar por productos específicos, como jabones con un PH neutro. También es aconsejable mantener una temperatura media del agua durante las duchas, ya que el agua demasiado caliente también puede irritar la piel. Finalmente, el uso de prendas naturales con tejidos suaves sería un plus.

LOS BUENOS HÁBITOS SON EL MEJOR CUIDADO

Los buenos hábitos son fundamentales para cuidar la piel.  Si hay un factor que perjudica a este órgano es el tabaco. El tabaco fomenta un envejecimiento prematuro de la piel y la hace verse más seca. Además, puede afectar negativamente a la capacidad de cicatrización y hacer más propensas a las infecciones cutáneas. Por ello, el abandono de este hábito mejorará tanto la salud como la piel.

El sueño, o más bien la falta de él, también afecta negativamente a la dermis. Las células de la piel y el colágeno, una proteína que mantiene la elasticidad y la firmeza, se genera durante el periodo de descanso. Todo ello puede hacer que aparezcan arrugas prematuras u otros problemas cutáneos, por lo que el sueño es esencial en el autocuidado.

Finalmente, y como consejo extra, el cuidado de la piel también pasaría por huir del estrés. En picos altos de estrés puede aparecer granitos, rojeces, sensibilidad, picazón, eccema… Y es que, al liberar ciertas hormonas como el cortisol, la salud de la piel puede verse comprometida. Apunta estas recomendaciones esenciales para mantener la piel lo más sana posible.

¿Sabías que la contaminación afecta a las enfermedades respiratorias? Estos son los riesgos para la salud

La contaminación puede impactar directamente en la salud, conocer los riesgos y como evitarlos es esencial

Casi la totalidad de la población respira aire contaminado. Así lo revelan los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que alertan del peligro que supone para la salud la exposición a la contaminación de las partículas finas del aire. Los riesgos de esta exposición son tan altos  que pueden llegar a provocar accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias agudas y crónicas.

Los contaminantes más peligrosos son en primer lugar las partículas en el aire, que pueden ser sólidas o líquidas, y que puede provenir, por ejemplo, de la quema de  combustibles usados para los coches o para las empresas. Son partículas muy finas, tanto es así que 60 de estas partículas tendrían el grosor de un cabello, según explica la OMS.

Otros contaminantes igualmente peligrosos para serían el dióxido de nitrógeno, que generan también el transporte o la industria; el dióxido de azufre, que proviene principalmente de la calefacción de los hogares y de la generación de electricidad; y el ozono, que se genera por reacciones químicas.

LOS RIESGOS PARA LA SALUD

Todos están expuestos de manera diaria a estos contaminantes que penetran en el interior de los pulmones, pueden afectar gravemente a la salud, y provocar o empeorar las enfermedades respiratorias.

La institución dependiente de la ONU alerta de que casi el 70% de las muertes prematuras relacionadas con la contaminación se debieron en 2019 a cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares, el 14% a enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, el 14% a infecciones agudas de las vías respiratorias bajas y el 4% de las muertes se debieron a cánceres de pulmón. En el caso de los niños, la contaminación es todavía más dañina: más del 27% de los fallecimientos en niños menores de cinco años se debe a factores ambientales.

¿CÓMO PROTEGERSE DE LA CONTAMINACIÓN?

Si bien los datos están claros, una de las preguntas a hacerse es precisamente cómo prevenir la exposición a todos estos contaminantes. Estas serían algunas de las recomendaciones:

  • Evitar la actividad física en zonas de una alta contaminación. Durante el ejercicio físico se aumenta la frecuencia respiratoria y se inhala una mayor cantidad de contaminantes. Es por ello que realizar deporte en zonas menos contaminadas sería recomendable.
  • Alejarse de los cascos urbanos. Salir fuera de la ciudad a zonas con árboles, vegetación o en lugares de montaña mejorará también la calidad del aire que respiramos.
  • Optar por rutas con menos tráfico. Gran parte de los provienen de la quema de combustibles, por lo que alejarse de las emisiones de los coches o evitar las “horas punta” sería importante.
  • No olvidarnos de la mascarilla. La mascarilla se convirtió en uno de los grandes acompañantes durante la pandemia, y su uso puede también proteger de todos estos agentes externos en lugares con mucha contaminación.

La Importancia de la Microbiota Intestinal en la Salud

La microbiota intestinal es una comunidad diversa de microorganismos que habita en nuestro cuerpo y juega un papel crucial en múltiples aspectos de la salud

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La microbiota intestinal es una comunidad diversa de microorganismos que habita en nuestro cuerpo y juega un papel crucial en múltiples aspectos de la salud, incluyendo la digestión de alimentos, la absorción de nutrientes, la síntesis de vitaminas esenciales, la regulación del sistema inmunológico, y la protección contra patógenos al competir con bacterias dañinas. Su impacto se extiende también a la salud mental a través del eje microbiota-intestino-cerebro, influenciando el estado de ánimo y las funciones cognitivas. Desde la infancia, la microbiota contribuye al desarrollo de los sistemas corporales, mostrando su importancia en cada etapa de la vida.

OTROS ASPECTOS CLAVES PARA LA SALUD INTESTINAL
  • Permeabilidad Intestinal
    La permeabilidad intestinal describe la capacidad de la pared intestinal para permitir el paso selectivo de sustancias pequeñas hacia el torrente sanguíneo, regulada por las uniones estrechas entre las células. Cuando estas uniones se ven comprometidas, puede desarrollarse hiperpermeabilidad intestinal o “leakygut”, permitiendo el paso de toxinas y microorganismos al cuerpo, lo cual puede afectar la salud.
¿CÓMO MANTENER UNA MICROBIOTA INTESTINAL SALUDABLE?

Para promover un equilibrio saludable en la microbiota intestinal, se deben considerar varios aspectos:

  1. Consumir fibra prebiótica y alimentos fermentados
    Los prebióticos son alimentos ricos en fibra que nutren a las bacterias beneficiosas de la microbiota, ayudando a su proliferación en lugar de a bacterias perjudiciales. Algunos alimentos ricos en prebióticos incluyen alcachofas, espárragos, cebolla, ajo, puerro, banana, lentejas, garbanzos, linaza, chía, hojas verdes, etc. Por otro lado, los alimentos fermentados contienen microorganismos vivos que, al ser consumidos en cantidades adecuadas, aportan beneficios adicionales. Entre estos destacan el yogurt, kombucha, kimchi, vinagre de manzana, kéfir, tempeh y verduras fermentadas, todos sin pasteurizar.
  2. Consultar a un especialista sobre suplementos y probióticos En el mercado existen diversos suplementos y probióticos que prometen mejorar la salud intestinal, pero su calidad puede variar significativamente. Consultar a un especialista es importante para asegurarse de que el suplemento contenga las cepas de microorganismos adecuadas para tus necesidades específicas.
  3. Evitar alimentos procesados y enemigos de la Microbiota. Los productos procesados, el azúcar añadido, las frituras, los aceites hidrogenados, y el alcohol pueden reducir la diversidad de la microbiota y tener un impacto negativo en la salud intestinal. Mantener una alimentación equilibrada y rica en alimentos naturales y frescos es clave para preservar una microbiota saludable.
  4. Investigar antes de empezar dietas extremas. Una dieta extremadamente baja en calorías puede alterar la composición de la microbiota, promoviendo el crecimiento de bacterias perjudiciales. Evitar planes alimenticios extremos ayuda a mantener el equilibrio de la microbiota.
  5. Cuidado con los antibióticos. Aunque los antibióticos son esenciales para combatir infecciones, también eliminan bacterias beneficiosas. Por ello, deben tomarse solo cuando sea necesario y bajo supervisión médica, evitando automedicarse. Y acompañarlo con el uso de un probiótico.
  6. Precaución con las limpiezas de colonLas limpiezas de colon carecen de evidencia científica que respalde sus supuestos beneficios. En realidad, pueden causar deshidratación, cólicos, y en casos graves, perforaciones intestinales. Es importante recordar que el propio sistema digestivo realiza funciones de limpieza y eliminación de desechos, conocido como el complejo motor migratorio.

Con el conocimiento adecuado y siguiendo las recomendaciones de un especialista, es posible mejorar y mantener una microbiota intestinal saludable, beneficiando así nuestra salud y bienestar a largo plazo.

¿Cómo prevenir las afecciones respiratorias en invierno? La vacunación, nuestra mejor aliada

Las infecciones como la gripe o la Covid-19 son muy comunes en invierno, y la vacunación la herramienta más eficaz para prevenirlas

Es común que durante el invierno contraigamos más afecciones respiratorias, como por ejemplo la gripe, que pueden incluso evolucionar hacia casos más graves y llegar a requerir hospitalización. Ante las complicaciones asociadas a esta infección, contamos con un arma esencial que nos permite prevenir la enfermedad grave: la vacunación.

Es en invierno cuando las temperaturas bajan y proliferan los patógenos causantes de diferentes infecciones como el SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, o el virus de la influenza, tras la gripe. Patologías que pueden derivar en graves complicaciones, hospitalización e incluso la muerte, especialmente en pacientes con enfermedades previas, como los pacientes con patologías respiratorias o cardiovasculares.

¿CON QUÉ VACUNAS CONTAMOS?

Para protegernos contra los virus y bacterias que provocan estos problemas respiratorios, contamos con la vacunación. En la campaña de invierno de este año, el Ministerio de Sanidad ha recomendado la inmunización frente a la gripe y la Covid-19, que son las dos enfermedades infecciosas respiratorias que más circulan durante el otoño y el invierno.

En el Calendario Nacional de Vacunación para toda la vida también se incluye la vacunación frente al neumococo para pequeños y mayores, y frente al virus respiratorio sincitial (VRS) en los menores de un año, causante de los casos de bronquiolitis en los más pequeños. La vacunación frente al VRS en los adultos se encuentra por el momento comercializada en España, no así incluida en la Cartera de Servicio del Sistema Nacional de Salud y, por ende, en el Calendario.

QUIÉNES DEBEN VACUNARSE

“La vacunación es la medida más eficaz para prevenir estas patologías y evitar sus complicaciones”, demuestran los expertos y es especialmente recomendable en algunos grupos de población. Si nos preguntamos quiénes están dentro de estos grupos, tenemos dos ramas distintas: aquellos que tienen mayor riesgo de complicaciones y los que mantienen los servicios esenciales a la comunidad y están en riesgo de contagiarse por su trabajo.

Dentro del primer grupo encontramos:

  • Personas de 60 o más años de edad
  • Niños de 5 o más años que se encuentren en centros o instituciones
  • Jóvenes a partir de 12 años que tengan condiciones de riesgo como diabetes, obesidad, hemofilia, cáncer u otras enfermedades crónicas o que conllevan disfunción cognitiva
  • Embarazadas en cualquier trimestre de gestación y mujeres durante el puerperio
  • Convivientes con personas que tienen alto grado de inmunosupresión

Por otro lado, tendríamos los casos de aquellas personas que, por su labor, son imprescindibles para los servicios públicos. En este caso tenemos:

  • Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado
  • Fuerzas Armadas
  • Bomberos
  • Servicios de protección civil

¿Qué es la Microbiota Intestinal y por qué es clave para nuestra salud?

La microbiota intestinal es una comunidad de microorganismos que coexisten con nosotros en distintas partes del cuerpo

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La microbiota intestinal es una comunidad de microorganismos que coexisten con nosotros en distintas partes del cuerpo, pero con una presencia predominante y significativa en el intestino.

Esta comunidad incluye virus, bacterias, hongos, arqueas, parásitos, protozoos y, recientemente, los obeliscos, microorganismos que, aunque aún están en fase de estudio, podrían aportar nuevas perspectivas sobre el origen de la vida y la patogénesis de ciertas enfermedades.

Esta inmensa red de vida microscópica abarca alrededor de 100 billones de microorganismos en cada persona, con más de 10,000 especies identificadas, las cuales aportan beneficios esenciales a la salud humana.

Funciones vitales de la Microbiota Intestinal

La microbiota intestinal, sobre todo la que se encuentra en el colon (95% del total), es clave para varios aspectos de la salud debido a sus funciones metabólicas y de interacción con otros sistemas del organismo. Aquí exploramos algunas de sus funciones principales:

  1. Entrenamiento del sistema inmune: La microbiota actúa como un “entrenador” para el sistema inmune, estimulándolo de forma constante para que responda adecuadamente ante agentes externos. Gracias a esta relación, nuestro cuerpo puede defenderse mejor de infecciones y controlar la inflamación en los órganos.
  2. Producción y absorción de vitaminas: Varios microorganismos intestinales participan en la síntesis de vitaminas esenciales, como la vitamina K y algunas del complejo B. Además, facilitan la absorción de nutrientes, promoviendo una digestión más eficiente y saludable.
  3. Producción de ácidos grasos y regulación metabólica: La microbiota genera ácidos grasos de cadena corta como el acetato, propionato y butirato, compuestos que ayudan a mantener el equilibrio energético y son beneficiosos para la salud del colon. Además, la microbiota influye en el control del peso, ya que algunas especies bacterianas están asociadas con un metabolismo más eficiente y con menores probabilidades de desarrollar obesidad.
  4. Generación de neurotransmisores y salud mental: La microbiota produce neurotransmisores como la serotonina, cuya mayoría (85-90%) se gestiona en el intestino. Este neurotransmisor es fundamental para regular el estado de ánimo, el sueño y el apetito. De este modo, el equilibrio en la microbiota puede mejorar la salud mental, mientras que un desequilibrio (disbiosis) se asocia con problemas como la ansiedad y la depresión.
Microbiota: Nuestra huella personal

La microbiota, además de ser funcional, es única en cada individuo, comparable a una huella digital. Compartimos microbiota con las personas cercanas, como nuestra pareja, hijos, amigos e incluso con nuestras mascotas. Además, la enorme cantidad de microorganismos que alberga el cuerpo humano supera el número de estrellas en la vía láctea y, si se dispusieran en línea, darían la vuelta a la tierra varias veces.

En resumen, la microbiota es una parte fundamental de nosotros mismos, participando en una gama de procesos críticos para la salud y, como tal, es esencial mantenerla en equilibrio a través de una alimentación adecuada, baja en azúcares y rica en fibra, evitando el estrés crónico y promoviendo un estilo de vida saludable. La ciencia sigue revelando cada día la influencia de estos microorganismos y su papel en nuestra longevidad y bienestar.

Microbiota Intestinal y su impacto en el sueño

Te contamos la importancia del eje microbiota-intestino-cerebro y cómo impacta en el sueño

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La microbiota es el conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos, arqueas, parásitos, protozoos y los recién descubiertos obeliscos) que habitan en diferentes partes del cuerpo. Están presentes en la boca, intestino, pulmones, piel, etc.

Son unos 100 billones de microorganismos funcionales y simbióticos, y más de 10 mil especies distintas se han descrito en el cuerpo humano. La mayor concentración (95%) se localiza en el colon, donde desempeñan un rol esencial en procesos metabólicos que impactan directamente en la salud.

Estos microorganismos no solo influyen en la digestión o el sistema inmune, sino que también afectan a nuestras emociones, el sueño, el comportamiento, etc. creando una conexión bidireccional entre el intestino y el cerebro.

CURIOSIDADES

  • Tenemos más microbios que estrellas en la vía láctea.
  • Hay más microorganismos que células humanas en nuestro cuerpo.
  • El peso de la microbiota puede llegar a los 200 g.
  • Si se alinearan todos los microbios, darían 2,5 veces la vuelta al planeta tierra.

FUNCIONES

  • Entrenamiento del sistema inmunológico.
  • Producción y absorción de vitaminas.
  • Producción de ácidos grasos como acetato, propionato y butirato.
  • Generación de hormonas y neurotransmisores como la serotonina y el GABA, esenciales para la salud mental y el sueño.
  • Participación en la digestión y control del peso corporal.

EJE MICROBIOTA-INTESTINO-CEREBRO

La microbiota se relaciona de manera bidireccional con todo el organismo, incluyendo el cerebro. Si la microbiota está en equilibrio (eubiosis), ayuda a mantener la salud en múltiples sistemas. Sin embargo, el desequilibrio (disbiosis) puede provocar síntomas o enfermedades.

La investigación ha demostrado que la disbiosis se asocia con trastornos como el insomnio, la depresión, la ansiedad, el autismo y enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson.

Conexión Microbiota y Sueño

El sueño es un estado fisiológico que está vinculado al sistema inmunológico y a la composición de la microbiota intestinal. Los estudios muestran que la alteración en la composición bacteriana intestinal (disbiosis) y el aumento de la permeabilidad intestinal están asociados con trastornos del sueño en niños y adultos. Estos problemas pueden estar ligados a un incremento en los niveles de bacterias que producen lipopolisacáridos y otros mediadores inflamatorios.

La microbiota sigue un ritmo circadiano similar al de nuestros relojes biológicos internos. Si no mantenemos un patrón de sueño saludable, esto afecta negativamente a los microorganismos en el intestino, y viceversa. Los microorganismos intestinales son responsables de producir el 90-95% de la serotonina en el cuerpo, un neurotransmisor que regula el bienestar y que es el precursor de la melatonina, la hormona que controla el ciclo de sueño-vigilia.

Además, la microbiota genera GABA, una sustancia relajante que reduce el estrés y facilita el sueño. Cuando los niveles de GABA son bajos, hay más estrés y más dificultades para conciliar el sueño.

Trastornos del Sueño y la Microbiota

Estudios han demostrado que personas con insomnio, depresión y otros trastornos del sueño, como la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas o alteraciones del ritmo circadiano, suelen presentar disbiosis.

Estos problemas pueden ser tratados con un enfoque multidisciplinario que incluye cambios en el estilo de vida y alimentación, mejorando la salud intestinal.

Estrategias para mejorar el sueño a través de la Microbiota

El tratamiento de los trastornos del sueño requiere un enfoque que incluya:

  • Alimentación personalizada enfocada en el equilibrio de la microbiota.
  • Inmunonutrición para reducir la inflamación.
  • Exposición a la luz solar.
  • Uso de probióticos (psicobióticos) para contrarrestar la disbiosis.

Mantener una microbiota saludable es clave no solo para una buena digestión, sino también para el equilibrio emocional y la calidad del sueño.

Trasplante de pulmón, la opción que salva doscientas vidas al año

España lidera todos los rankings en donación y trasplante de órganos, con 220 trasplantes de pulmón realizados solo en 2023

Los trasplantes de pulmón salvan vidas y, además, mejoran la calidad de vida de los pacientes. Después de la intervención, muchas personas experimentan una recuperación notable de su capacidad pulmonar. Esto les permite realizar actividades cotidianas que antes eran imposibles, como caminar, subir escaleras o incluso participar en deportes. Además, no solo prolonga la vida, sino que también reduce la dependencia de oxígeno o de tratamientos invasivos.

El trasplante de pulmón es una opción para pacientes con enfermedades pulmonares en estado avanzado que no responden a otros tratamientos. Patologías como la fibrosis pulmonar, el enfisema, la hipertensión pulmonar y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son algunas de las principales indicaciones para este tipo de intervención. En muchos casos, el trasplante es la única opción viable para prolongar y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

El 14 de octubre se celebra el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, una fecha clave para concienciar sobre la importancia de este acto. Uno de los procedimientos más complejos y transformadores dentro de la medicina moderna es, precisamente, el trasplante de pulmón, una opción que ha devuelto la esperanza a miles de personas en todo el mundo. En la expansión de esta técnica, precisamente, ha jugado un papel fundamental España, país líder en donaciones de órganos.

ESPAÑA, LÍDER EN DONACIÓN Y TRASPLANTES

Durante 29 años consecutivos, España ha mantenido la tasa más alta de donación a nivel global. De acuerdo con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en 2023 se realizaron 220 trasplantes de pulmón. Una cifra significativa que refleja la solidaridad de los donantes y el compromiso de los profesionales sanitarios. Se trata de un éxito que radica en la potente infraestructura hospitalaria y el coordinado sistema de donaciones y trasplantes. Todo ello permite que órganos vitales como los pulmones lleguen a quienes más los necesitan.

LA IMPORTANCIA DE LA DONACIÓN DE ÓRGANOS

El Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes es una gran oportunidad para visibilizar la importancia de la donación y su gran capacidad para salvar vidas. En lo relativo al trasplante de pulmón, la necesidad de donantes es elevada, pues no todos los órganos son viables para la donación, y el tiempo para encontrar un receptor compatible es muy limitado.

Ser donante de órganos es un acto de generosidad y solidaridad que puede transformar la vida de quienes esperan desesperadamente una segunda oportunidad.

En España, el sistema de donación ha permitido salvar la vida de miles de personas y, gracias a campañas de concienciación, cada vez más personas deciden convertirse en donantes. Pero aún hay mucho por hacer y es fundamental continuar sensibilizando a la sociedad sobre la importancia de este gesto. No solo salva vidas, sino que también mejora significativamente la calidad de vida de los pacientes trasplantados.

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD, CON RIESGOS

Pese a sus beneficios, el trasplante de pulmón también tiene sus riesgos, tanto a corto como a largo plazo. Tras la cirugía, uno de los principales riesgos es el rechazo del órgano trasplantado. Este puede ocurrir cuando el sistema inmunológico del receptor identifica al pulmón como un cuerpo extraño y lo ataca. Para mitigar este riesgo, los pacientes deben tomar inmunosupresores de por vida, lo que, aunque efectivo, puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la susceptibilidad a infecciones.

Paralelamente a esto, es importante tener en cuenta el rechazo crónico. Se trata de una complicación que puede desarrollarse meses o años después del trasplante y que puede deteriorar la función pulmonar de manera progresiva. A pesar de estos desafíos, los avances en la inmunología y la medicina traslacional están mejorando las tasas de éxito y supervivencia tras los trasplantes.

Los beneficios en términos de calidad de vida y supervivencia son innegables. La donación de órganos es, sin duda, uno de los actos más generosos y transformadores que se pueden realizar. Gracias a ella, miles de personas en España y en todo el mundo han recibido una segunda oportunidad para vivir, respirar y disfrutar de una vida plena.

Vacaciones sin pausas respiratorias: Planificación para pacientes con enfermedades respiratorias

Estos son los consejos para planificar el verano de los pacientes con enfermedades respiratorias

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Planificar unas vacaciones de verano puede ser emocionante, pero para los pacientes con enfermedades respiratorias, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma o la fibrosis pulmonar, puede presentar desafíos adicionales. Asegurarse de que se pueda mantener una terapia respiratoria adecuada durante el viaje es esencial para disfrutar de unas vacaciones seguras y placenteras.

Este artículo ofrece una guía práctica y basada en evidencia para ayudar a los pacientes y sus cuidadores a planificar unas vacaciones sin pausas respiratorias.

a) Planificación previa al viaje

1. Consulta con tu Médico

Antes de planificar tu viaje, es crucial que hables con tu médico o especialista en enfermedades respiratorias. Ellos pueden proporcionarte una evaluación de tu estado de salud y ofrecer recomendaciones específicas para tu viaje. Asegúrate de discutir:

La idoneidad del destino: Consulta sobre posibles problemas relacionados con la altitud, la calidad del aire y el clima del destino.

Medicación y terapias: Solicita recetas adicionales y asegúrate de tener suficiente medicación para la duración del viaje.

2. Preparación de los suministros médicos

Asegúrate de llevar contigo todos los suministros médicos necesarios, incluyendo:

Medicación: Lleva suficiente medicación para todo el viaje, más un extra por si acaso.

Dispositivos respiratorios: Incluye inhaladores, nebulizadores, y dispositivos CPAP o BiPAP si los usas.

Oxígeno suplementario: Si necesitas oxígeno suplementario, asegúrate de organizar su suministro con antelación. Contacta a las aerolíneas y proveedores locales para coordinar el suministro de oxígeno.

3. Durante el viaje

Transporte

Viaje en Avión

Consulta con la Aerolínea: Informa a la aerolínea sobre tu condición médica y necesidades especiales. Algunas aerolíneas pueden requerir documentación adicional o coordinación previa para proporcionar oxígeno a bordo.

Presión de cabina: Si utilizas oxígeno suplementario, verifica si la aerolínea puede proporcionarlo o si necesitas llevar tu propio concentrador de oxígeno portátil aprobado.

Viaje en coche

Paradas frecuentes: Planifica paradas regulares para moverte y respirar aire fresco.

Suministros a mano: Mantén todos tus suministros médicos fácilmente accesibles.

4. Estancia en el destino

Alojamiento

Verifica las instalaciones: Asegúrate de que el lugar donde te alojarás tiene un ambiente libre de humo, buena ventilación y no presenta barreras para el acceso a suministros médicos.

Refrigeración de medicamentos: Si necesitas mantener tus medicamentos refrigerados, verifica que haya un refrigerador disponible.

5. Actividades

Evita actividades exigentes: Selecciona actividades que no requieran un esfuerzo físico excesivo.

Cuidado con la altitud: La altitud elevada puede afectar la respiración, por lo que es recomendable evitar destinos de gran altitud si tienes problemas respiratorios graves.

b) Consejos para una buena salud respiratoria durante el viaje

1. Mantén una buena hidratación

    Beber suficiente agua ayuda a mantener las mucosas hidratadas y puede mejorar la función pulmonar.

    2. Evita exposiciones a irritantes

    Humo del tabaco: Mantente alejado de áreas donde se permite fumar.

    Contaminantes del aire: Evita salir en días con altos niveles de contaminación.

    3. Realiza ejercicios de respiración

    Practica ejercicios de respiración diafragmática y técnicas de respiración de labios fruncidos para mantener la eficiencia respiratoria.

    4. Seguimiento de la salud

    Lleva un registro de tus síntomas y mediciones de función pulmonar, si es posible, para detectar cualquier cambio en tu condición de manera temprana.

    c) Recursos y ayuda adicional

    Aplicaciones y dispositivos móviles

    Utiliza aplicaciones de salud para hacer un seguimiento de tu medicación, recordatorios y ejercicios de respiración.

    Organizaciones de apoyo

    Conclusión

    Planificar adecuadamente unas vacaciones puede permitir a los pacientes con enfermedades respiratorias disfrutar de un viaje seguro y placentero. Consultar con el médico, preparar todos los suministros necesarios y tomar precauciones específicas durante el viaje son pasos cruciales para evitar interrupciones en la terapia respiratoria. Con la preparación adecuada, es posible disfrutar de unas vacaciones sin pausas respiratorias y mantener una buena salud pulmonar mientras se exploran nuevos destinos.

    ¿Afecta el aire acondicionado a la salud respiratoria?

    El aire acondicionado está detrás de un 20% de los casos de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos del verano, según SEPAR

    En los meses en los que las temperaturas son más elevadas, los sistemas de climatización se convierten en aliados indispensables para mantener el ambiente fresco y cómodo. Estos sistemas están instalados en domicilios particulares, pero también en locales, comercios e instituciones públicas. Y, aunque son muy deseados para aliviar el calor, el uso prolongado y continuo del aire acondicionado impacta negativamente en la salud respiratoria.

    El aire acondicionado expulsa aire frío y seco, disminuyendo así la humedad ambiente. Su efecto sobre la salud respiratoria es irritante e inflamatorio, al contribuir a la sequedad de la mucosa nasal y de la vía respiratoria superior. Además, un uso mantenido de estos aparatos podría causar problemas respiratorios más graves, acompañados de irritación de garganta y tos.

    Según los datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el aire acondicionado está detrás de un 20% de los casos de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos del verano. Un mal uso de estos aparatos puede desencadenar estos cuadros al generar irritación e inflamación en las vías respiratorias. Unas patologías que también pueden aparecer con los cambios bruscos de temperatura, al pasar de espacios con aire acondicionado frío a lugares sin él.

    Además, la sequedad del aire aumenta la susceptibilidad a infecciones respiratorias, como indica el informe del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), que aborda cómo afectan los sistemas de climatización en el puesto de trabajo. Otro de los efectos demostrados es que la falta de humedad y el exceso de aire frío pueden agravar los síntomas de patologías crónicas como el asma, la bronquitis crónica o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

    No obstante, los problemas más graves relacionados con el uso de la climatización mecánica están relacionados con el mal mantenimiento de los aparatos. Desde SEPAR explican que los gérmenes acumulados en los filtros del aire acondicionado favorecen la dispersión de patógenos como virus y bacterias, entre los que destaca la Legionella pneumophila. Esta bacteria es la responsable de desencadenar cuadros de neumonía, que pueden llegar a complicar gravemente la salud de los pacientes de riesgo

    Los hongos son otros de los contaminantes relacionados con el uso de los aires acondicionados. El Aspergillus niger y el Aspergillus fumigatus son los más destacados, ya que son los responsables de provocar rinitis, asma, neumonía o neumonitis por hipersensibilidad. Por otro lado, se ha observado cómo las fibras de vidrio empleadas como aislante térmico en los sistemas de aire acondicionado se degradan fácilmente y se descomponen en partículas. Una falta de mantenimiento de los aparatos y de la ventilación del aire interior podría provocar la migración de estos componentes al tejido pulmonar a través de su inhalación.

    CONSEJOS DE USO ADECUADO

    Para garantizar que el uso del aire acondicionado no afecta a la salud respiratoria, pueden seguirse unas recomendaciones de seguridad. Desde SEPAR indican que el primer paso debe ser la revisión y limpieza periódica de los filtros, especialmente antes del verano. Además, es conveniente seguir las instrucciones de mantenimiento fijadas por cada fabricante, así como colocar los aparatos en los lugares adecuados.

    Con el objetivo de mantener la calidad del aire y liberarlo de los patógenos, conviene ventilar correctamente el ambiente. También es importante encender los dispositivos a unos 22 o 24 ºC, subiendo la temperatura uno o dos grados adicionales por la noche. Y conservar una humedad en el aire situada entre el 35% y el 60% para no resecar el ambiente en exceso y evitar congestiones.

    Por último, desde SEPAR recuerdan que los catarros relacionados con los aires acondicionados no suelen causar fiebre, sino estornudos, congestión nasal y rinorrea. Para tratar estos síntomas, no se deben tomar antibióticos, ya que suelen corresponder a problemas de origen vírico. Asimismo, conviene evitar los cambios bruscos de temperatura y no exponerse al frío. Lo ideal es seguirlos consejos, continuar con los tratamientos habituales en pacientes con afecciones respiratorias crónicas y prestar atención ante cualquier empeoramiento o cambio en el estado de salud.

    Menopausia, perimenopausia, posmenopausia y climaterio: estas son sus diferencias

    La menopausia, perimenopausia, posmenopausia y climaterio son las cuatro fases relacionadas con el fin de la etapa reproductiva en la vida de la mujer

    La vida de una mujer atraviesa distintas etapas, pero al llegar a la mediana edad destaca una de las más populares: la menopausia. A pesar de que su nombre resulta familiar, lo cierto es que todos los cambios que implica son grandes desconocidos. Por ejemplo, ¿sabías que la acompañan otros dos procesos, denominados perimenopausiay posmenopausia? ¿Que la menopausia únicamente indica el fin del ciclo reproductivo? ¿O que el climaterio no es lo mismo que la menopausia? Hoy, desde el blog medicinal de Oximesa, abordamos todas sus diferencias.

    ¿QUÉ ES LA MENOPAUSIA?

    Menopausia es el término con el que comúnmente se da nombre al fin de la vida fértil de la mujer. Por su etimología, men (‘mes’) y pausis (‘cese’), hace referencia al último sangrado menstrual que tienen las mujeres. No obstante, la ciencia ha demostrado que su capacidad reproductiva concluye años antes de este momento. Con la menopausia, los ovarios dejan de funcionar y, por ende, dejan de liberar los ovocitos o células germinales femeninas.

    Recientemente se han acuñado otros períodos para recoger el periodo de transición a la menopausia y el proceso posterior: perimenopausia y posmenopausia. Ambas etapas implican cambios hormonales y físicos en el cuerpo de la mujer. Cada paciente puede desarrollarlos a cualquier edad y con una duración variable. Sin embargo, se estima que la menopausia aparece entre los 45 y los 55 años de media.

    Cuando la menopausia ocurre antes de los 40 años, se habla de insuficiencia ovárica primaria y requiere de valoración médica porque implica un riesgo para la salud. Si se produce entre los 40 y los 45 se conoce como menopausia temprana y si lo hace a partir de los 55, entonces se denomina menopausia tardía.

    ¿QUÉ ES LA PERIMENOPAUSIA?

    Como se adelantaba anteriormente, la perimenopausia hace referencia a los años previos a la fecha de la última menstruación. También se conoce como periodo de transición a la menopausia y su duración es variable. Los primeros síntomas que indican la proximidad a la menopausia incluyen irregularidad en los ciclos menstruales, dolor de cabeza, molestias en las mamas o cambios drásticos en el estado de humor. Además, suelen aparecer sofocos, insomnio, falta de libido, cansancio, sequedad vaginal o cambios en la forma del cuerpo.

    En esta etapa, los ciclos menstruales pueden ser muy irregulares y fallar algún mes, hecho que puede provocar algún que otro susto. Si los retrasos ocurren tras unos 7 días, se habla de la fase de transición temprana y si son de más de dos meses, es la fase de transición tardía. Esta última fase puede prolongarse entre uno y tres años y en ella aparecen los primeros sofocos. Cuando la ausencia de menstruación se mantiene durante 12 meses, se entiende que ha llegado la menopausia.

    ¿QUÉ ES LA POSMENOPAUSIA?

    La posmenopausia comprende los años posteriores a la fecha de la última menstruación que marca la menopausia. Este período también se divide en dos fases: la fase temprana, que abarca los cinco años de después a la menopausia, y la fase tardía, en la que posteriormente aparecen síntomas más notables, como la sequedad vaginal y el riesgo de osteoporosis.

    ENTONCES, ¿QUÉ ES EL CLIMATERIO?

    El término ‘climaterio’se utiliza comúnmente como sinónimo de ‘menopausia’, pero la realidad es que es algo más amplio. Con él, se hace referencia al conjunto de periodos que comprende el fin de la etapa reproductiva de la mujer, es decir, incluye la perimenopausia, la menopausia y la posmenopausia.

    Todas las mujeres que se aproximan al fin de su edad fértil pueden seguir unas recomendaciones para contribuir a su bienestar en estas etapas llenas de cambios. Estos consejos incluyen seguir una alimentación saludable con alimentos variados y equilibrados, asegurando el aporte de calcio para obtener una mejor densidad ósea. También la práctica de ejercicio regular, el control eficiente del estrés y mantener una buena calidad de sueño. Asimismo, deben consultar con su médico cualquier síntoma que afecte a su calidad de vida para obtener una valoración clínica.

    Lipedema: causas y tratamiento para una enfermedad aún muy desconocida

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció al lipedema como enfermedad en 2018

    La ciencia todavía tiene que dar respuesta a muchos problemas de salud, entre ellos, el lipedema. Se trata de una enfermedad crónica, infradiagnosticada, casi exclusivamente femenina y que aún no cuenta con ninguna cura. De hecho, sus causas tampoco se conocen con demasiada exactitud, algo que retrasa los diagnósticos y la respuesta con tratamientos, ya que sus síntomas se confunden con los que demuestran otras enfermedades. Por ejemplo, el sobrepeso, la obesidad o el linfedema, entre otros.

    La OMS reconoció al lipedema como enfermedad hace tan sólo seis años, en 2018, y se estima que afecta a aproximadamente el 10% de las mujeres. Afecta el tejido adiposo que acumula células de grasa (adipocitos) generalmente en las piernas, muslos, cadera y brazos. La inflamación y proliferación de los adipocitos provoca dolor, así como complicaciones linfáticas y/o vasculares.

    CAUSAS DEL LIPEDEMA

    El lipedema es una enfermedad multifactorial y, como tal, responde a distintos síntomas: dolor de las zonas afectadas, ya sea en reposo o al tocarlas, fuerte sensibilidad al tacto, hinchazón o quemazón por la inflamación de los tejidos, desproporción de volumen entre las extremidades afectadas y el tronco, acumulación de grasa y aparición de nódulos y celulitis, fácil aparición de varices o arañas vasculares; y poca o nula disminución de la grasa corporal a pesar de cumplir una dieta y ejercicio físico.

    Las causas del lipedema aún no son del todo conocidas y aún quedan por realizar muchas investigaciones para acercarse a más conclusiones, pero algunos estudios identifican los siguientes factores:

    • Hormonal: se ha comprobado cómo los desajustes hormonales empeoran los cuadros de lipedema. De hecho, suele manifestarse en momentos de cambios, como puede ser la pubertad, el embarazo o la menopausia.
    • Genético: los recientes estudios demuestran que cerca del 95% de las pacientes tienen predecesoras con síntomas o diagnóstico de lipedema.
    • Autoinmune: el lipedema se describe como una enfermedad autoinmune que podría estar relacionada con la alteración de la permeabilidad intestinal.

    En cualquier caso, existen diferentes grados o etapas de lipedema (I, II y III) en función de la escala de su desarrollo y las zonas afectadas. Sin embargo, no existe una correlación entre ellas. Lo que sí se sabe es que las pacientes con esta enfermedad tienen mayor probabilidad de desarrollar otras afecciones. Algunas de ellas como la obesidad, la fibromialgia, los ovarios poliquísticos, alteraciones de la tiroides y psoriasis.

    TRATAMIENTO DEL LIPEDEMA

    Al ser considerada una enfermedad multifactorial, el lipedema requiere de un abordaje multidisciplinar. Sin embargo, cabe recordar que es un problema de salud crónico y que no cuenta con ninguna cura, sino con tratamientos que ayudan a mejorar la calidad de vida de la paciente y a controlar el avance de la enfermedad:

    • Intervención quirúrgica: es una de las opciones más recurridas, pues ofrece resultados visibles y de forma más inmediata. Consiste en someterse a una cirugía para retirar el tejido graso inflamado y devolver a la paciente a una fase más inicial. Se realiza a través de técnicas de liposucción específicas para el lipedema.
    • Tratamientos no quirúrgicos: tienen por objetivo disminuir los síntomas y la inflamación de la paciente a través de inyecciones de medicamentos. Esta vía aporta un abordaje más metabólico para el control de la enfermedad.
    • Tratamiento conservador: corresponde a todas las técnicas a las que la paciente puede recurrir en su día a día. Incluye una nutrición adecuada y antiinflamatoria, actividad física, el uso de medias de compresión, trabajo de terapia manual para el drenaje linfático y el uso de protocolos con tecnología como la presoterapia o la radioterapia para aliviar el dolor.

    Adicionalmente, las mujeres con lipedema pueden acudir a terapia psicológica para el acompañamiento y el refuerzo de su autoestima frente a una enfermedad de la que aún queda mucho por descubrir. De hecho, muchas pacientes reclaman más formación sobre el lipedema entre el personal sanitario para garantizar diagnósticos precisos y de manera temprana. En definitiva, para obtener una pronta respuesta que repercuta de alguna manera en la mejora de su calidad de vida.