Beneficios de tomar una sauna

Los baños de vapor pueden favorecer el corazón e incrementar la longevidad

En Finlandia las saunas se han utilizado durante miles de años para fines terapéuticos y como método de relajación. Aún hoy día casi un tercio de los finlandeses las toman regularmente.

Y es que esta técnica de calor ofrece una serie de ventajas sobre nuestro cuerpo y mente, más allá del puro relax. Según la Asociación Nacional de Balnearios, la sauna libera toxinas, mediante la sudoración (abundante y rápida) y activa la circulación sanguínea.

Ventajas de la sauna

Favorece la circulación: en la sauna el ritmo cardíaco aumenta y los vasos sanguíneos se dilatan, lo que activa la circulación. Este efecto ayuda a reducir el dolor muscular, mejorar el movimiento de las articulaciones y aliviar las molestias de la artritis.

Disminuye el riesgo de ictus: un estudio publicado en la Revista de Neurología ‘Neurología.com’ ha concluido que las personas de edad media que usan de forma habitual baños de sauna tienen un riesgo sustancialmente reducido de sufrir ictus.

Cuida de los pulmones: se ha demostrado que los asmáticos pueden experimentar menos sibilancias con su uso habitual. También pacientes con enfermedades crónicas de la piel (como la psoriasis) experimentan alivio de los picores.

Protege el corazón: los asiduos a las saunas registran tasas más bajas de enfermedad cardíaca y demencia. Las altas temperaturas de las sesiones reducen la presión arterial y aportan elasticidad a los vasos sanguíneos. Una investigación difundida por la Harvard Medical School indicó que dos semanas de saunas diarias pueden, incluso, mejorar la función vascular en pacientes con insuficiencia cardíaca estable.

Elimina bacterias: la sauna puede combatir los patógenos del entorno y ayudar a luchar contra los que ya nos han invadido. Por ello, puede ser un buen remedio para los resfriados leves.

Incrementa la longevidad: otra investigación publicada en Jama Internal Medicine concluye que realizar regularmente baños de sauna ayudaría a vivir más tiempo. El análisis apunta que las personas que toman saunas 4-7 veces por semana viven más tiempo que aquellas que lo hacen una vez por semana.

Mejora el rendimiento aeróbico: favorece la termorregulación, o sea, disipa el calor que sentimos y retrasa la fatiga cuando hacemos ejercicio. Además, eleva el riego sanguíneo disminuyendo la frecuencia cardíaca en el entrenamiento.

Calma tensiones: las altas temperaturas ayudan a ralentizar los impulsos nerviosos, combatiendo el estrés y el insomnio, y propiciando la calma, la relajación y el sueño.

Para la mayoría de las personas recomiendan tomar saunas de 15 a 20 minutos. Es importante no excederse con el tiempo y consultar al médico en caso de padecer alguna cardiopatía.

 

Hiperhidrosis, cuando el sudor es excesivo

Sudar es vital pero cuando es exagerado puede ser molesto. Lee las claves para controlarlo.

En verano, con las altas temperaturas, o practicando una actividad física es normal que sudemos más. De hecho, la transpiración es una función fisiológica que nos sirve para favorecer la termorregulación, es decir, para mantener constante la temperatura corporal a 37ºC y crear, así, una primera barrera de defensa cutánea.

No obstante, cuando el sudor es intenso y aparece sin motivo de forma continua e imprevisible, incluso cuando estamos tranquilos, en reposo y a temperatura baja, posiblemente se trate de hiperhidrosis o sudoración excesiva.

El término hiperhidrosis hace referencia al aumento de la sudoración ecrina, aquella que está relacionada con las glándulas que se encuentran sobre todo en cara, cuello, manos y pies. Aunque sus causas son desconocidas, hay algunas evidencias que indican que podría tener un origen genético o estar relacionado con algún fallo en el sistema nervioso.

A pesar de que no se considera un trastorno grave para la salud afecta notablemente la calidad de vida. El 3% de la población mundial padece esta patología, en España más de 1.200.000  personas. Los afectados dicen experimentar una sensación incómoda, como si carecieran de higiene personal y con miedo de romper a sudar en la situación menos apropiada.

Tratamientos contra el sudor

No existe ningún tratamiento que pueda detener la sudoración, sin embargo, desde la Academia Española de Dermatología y Venereología indican varias opciones efectivas que pueden aliviar los síntomas, incluso de forma permanente:

  1. Antitranspirantes: productos de uso tópico que contienen sales de aluminio (cloruro de aluminio y glicopirrolato), que actúan reduciendo la actividad de las glándulas sudoríparas, y por tanto, disminuyendo el sudor.
  2. Iontoforesis: tratamiento no quirúrgico que, mediante un aparato, emite corriente directa o pulsada para bloquear las glándulas que producen la sudoración. Se aplica en pocas sesiones y suele indicarse para hiperhidrosis palmar y plantar.
  3. Medicamentos anticolinérgicos: fármacos que neutralizan los efectos de la aceticolina, sustancia responsable de la producción de la transpiración. El problema es que también inhibe otros procesos, como el de la salivación, pudiendo crear desagradables molestias.
  4. Toxina botulínica: método en el que se inyecta botox en pequeñas dosis con el fin de bloquear de forma temporal los nervios que estimulan el sudor. Se utiliza principalmente en la zona axilar y palmar y requiere de dos o tres infiltraciones al año (los efectos duran entre 4 y 6 meses).
  5. Microondas: método a base de la tecnología MiraDry, que destruye las glándulas sudoríparas sin cirugía. Es un tratamiento eficaz, indicado sobre todo para las axilas, en el que las glándulas no vuelven a aparecer una vez eliminadas.
  6. Tratamientos quirúrgicos
  7. a) Simpactectomia transtorácica: cirugía que extirpa los ganglios encargados de estimular la sudoración en axilas y manos. Su principal inconveniente es que el paciente deja de sudar en manos y axilas, pero puede experimentar un aumento de la transpiración en otras partes, como cara, espalda y pecho.
  8. b) Cirugía láser: elimina las glándulas sudoríparas por calentamiento a través de luz láser. Tiene entre un 75% y un 95% de respuesta definitiva, aunque los expertos apuntan que se necesita tiempo para conocer su eficacia.

Medidas de prevención

Además, de los tratamientos mencionados podemos seguir una serie de consejos que previenen y aminoran el sudor:

  • Evita los lugares calurosos e intenta mantener la vivienda y el lugar de trabajo fresco y bien ventilado.
  • Usa prendas no ajustadas y elaboradas con telas transpirables o tejidos naturales (algodón, seda, lino), ya que repelen la sudoración y mantienen la ropa seca.
  • Lleva plantillas especiales que absorban el líquido y/o utiliza sandalias.
  • Evita el consumo de té, café, alcohol y tabaco, así como de alimentos picantes que pueden estimular la producción de transpiración.
  • No te duches más de lo habitual (una o dos veces al día) y, cuando lo hagas, utiliza gel con clorhexidina u otro antiséptico, que actúa contra las bacterias culpables del mal olor. Un exceso de higiene puede hacer que sudemos más, igualmente, los jabones agresivos pueden añadir problemas en la piel.
  • Lleva una muda de ropa de recambio para poder cambiarnos a lo largo del día, en caso de necesidad.

No hay que confundir la sudoración excesiva con el mal olor corporal, que puede darse por factores como la higiene, los alimentos que comemos (alcohol, ajo, carne roja, etc.) o cambios hormonales (hipertiroidismo, menopausia, embarazo…). El hedor proviene de la combinación de la degradación de ciertas bacterias con el líquido del sudor.

Recuerda que el dermatólogo es el principal médico especialista de la piel, pelo y mucosas, así como el más indicado para aportar soluciones eficaces.

Lo importante es tener presente que, con la ayuda adecuada, es posible encontrar una solución y reducir las molestias asociadas.