¿Cómo afectan los vapeadores a los pulmones?

El líquido con el que se diseñan los vapeadores incorpora sustancias nocivas, además de la nicotina o el cannabis

El auge de los vapeadores como alternativa supuestamente ‘inocua’ o ‘más saludable’ al tabaco es preocupante. Si bien hay quienes los consideran como una herramienta para dejar progresivamente el cigarro convencional, los expertos no dejan de alertar de los serios riesgos que implica su uso para la salud respiratoria. De hecho, los primeros estudios científicos ya están desmintiendo su supuesta inocuidad, demostrando cómo afecta el vapeo a los pulmones.

La incidencia de los vapeadores está creciendo en la sociedad. El 12,1% de los españoles dice haber probado estos dispositivos (incluidos dentro del grupo de los cigarrillos electrónicos) alguna vez en la vida, atendiendo a los datos más recientes del Ministerio de Sanidad (2022). Pero lo más alarmante es que su uso es elevado en adolescentes. Tal y como informa la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el 20,8% de los jóvenes entre los 14 y 18 años que asegura fumar lo hace utilizando el vapeo o el cigarrillo electrónico.

Los vapeadores no dejan de ser un cigarrillo electrónico, pero su nombre pretende acercar al usuario a la idea de que lo que fuma es vapor de agua, sustancia inocua para el cuerpo humano. Sin embargo, el líquido que utilizan estos dispositivos está compuesto por diversos productos químicos y saborizantes que, calentados por una batería, pueden ser inhalados y llegar hasta los pulmones. Es aquí donde reside la gravedad del problema.

ASÍ AFECTA EL VAPEO A LOS PULMONES

Estos líquidos pueden incluir nicotina o cannabis, los principales productos activos en las formas de tabaco convencionales. Y, aunque existen opciones sin nicotina, lo cierto es que la gran variedad de saborizantes y el resto de ingredientes que incorporan continúan siendo nocivos para la salud, puesto que fueron originalmente diseñados para ser ingeridos y no para ser inhalados.

En concreto, la nicotina y el resto de sustancias adictivas pueden causar enfermedades pulmonares, ya que inflaman y dañan a los pulmones. Un estudio reciente publicado en la revista ‘Thorax’ ha comprobado que el vapor del cigarrillo electrónico es capaz de aumentar la producción de químicos en el cuerpo con capacidad inflamatoria. Esos químicos desactivan a las células del sistema inmunitario, aumentando así el riesgo de actividad tumoral. Además, dicho estudio ha comprobado cómo muchos de los daños precisados por los pacientes son similares a los que presentan los fumadores habituales de tabaco y las personas con enfermedad pulmonar crónica (EPOC).

Otra investigación ha comprobado que dos de los ingredientes con los que se elabora el líquido de los cigarrillos electrónicos, el propilenglicol y la glicerina vegetal, son tóxicos para las células del cuerpo. Y cuanto más alta es la cantidad en la que se incorporan, más aumenta su toxicidad. Además, el líquido de los vapeadores contiene un fluido empleado como herbicida, que se asocia a lesiones pulmonares agudas, al desarrollo de EPOC, asma y cáncer de pulmón. Y también partículas ultrafinas de metales pesados como zinc, cobre y estaño, capaces de penetrar en el fondo de los pulmones y de generar riesgo potencial de cáncer.

Aparte de todos estos efectos, los síntomas de daño pulmonar asociados al uso de cigarrillos electrónicos incluyen disnea o dificultad respiratoria, tos y dolor torácico, dolor pleurítico y hemoptisis (expectoración de sangre). En las radiografías de pacientes afectados también se han observado neumonías agudas, daños a los alveolos y bronquiolitis. La evidencia científica recogida hasta la fecha concluye que el vapeo dispara el riesgo de padecer cáncer de pulmón en un 122%. No obstante, al tratarse de dispositivos de reciente creación, aún es necesario estudiar cuáles podrían ser las consecuencias de vapear en el largo plazo.

Aunque las sustancias que se inhalan con los vapeadores se metabolizan en los pulmones, cabe recordar que fumar genera más síntomas a otros niveles de la salud. Sus riesgos se extienden mucho más allá de los pulmones y de las vías respiratorias, como ocurre con el tabaco o el cannabis. Para los fumadores que opten por recurrir al vapeo como alternativa ‘más saludable’ a estas otras formas convencionales, cabe recordar que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) no ha aprobado ningún cigarrillo electrónico como dispositivo para dejar de fumar. Además de desaconsejarlos por completo, la FDA recuerda que ya existen medicamentos efectivos y seguros que ayuden a la cesación tabáquica.

Mientras tanto, en Europa hay un esfuerzo por reducir el consumo de estos productos. En noviembre de 2022 la Unión Europea prohibió la comercialización del tabaco de sabores o aromatizado de los cigarrillos electrónicos y se está a la espera de que la evidencia científica arroje más luz para tomar más decisiones. Además, en su estrategia contra el cáncer, la UE tiene por objetivo reducir el consumo del tabaco del 25% actual al 5% para 2040. Para lograrlo, y en relación con el vapeo, algunos Estados miembros ya han implantado impuestos especiales y restricciones para frenar su avance en la sociedad.

El impacto del tabaquismo en la salud respiratoria y estrategias para dejar de fumar

Dejar de fumar es una de las decisiones más saludables que una persona puede tomar para mejorar su salud respiratoria y reducir el riesgo de enfermedades graves

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

El tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de enfermedades respiratorias a nivel mundial, con repercusiones significativas en la salud pública. La GOLD 2021 estima que aproximadamente el 90% de los casos de cáncer de pulmón son causados por el tabaco, y el 80% de las muertes por EPOC están relacionadas con el consumo de tabaco. Además, el tabaquismo también aumenta el riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer no respiratorio, como el cáncer de vejiga, entre otros.

El humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas nocivas, muchas de las cuales son irritantes para las vías respiratorias y pueden causar inflamación y daño en los pulmones. La exposición repetida al humo del tabaco puede provocar enfermedades respiratorias crónicas como la EPOC, el enfisema y la bronquitis crónica, con un costo para la salud pública estimado en más de 300 mil millones de dólares anuales solo en los Estados Unidos según los CDC, 2021. Además, el tabaquismo está fuertemente asociado con un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, garganta, boca y otros tipos de cáncer relacionados.

Dejar de fumar es una de las decisiones más saludables que una persona puede tomar para mejorar su salud respiratoria y reducir el riesgo de enfermedades graves. Sin embargo, abandonar este hábito puede representar un desafío considerable, ya que el tabaquismo es tanto una adicción física como psicológica. Afortunadamente, existen recursos y estrategias disponibles para ayudar a las personas a dejar de fumar con éxito.

Buscar apoyo y educación sobre los métodos y recursos disponibles es un primer paso fundamental en el proceso de cesación tabáquica. Los programas de cesación tabáquica, las líneas de ayuda telefónica especializadas y los grupos de apoyo pueden brindar información y asistencia necesaria para dejar de fumar de manera efectiva. Además, los medicamentos recetados y los productos de reemplazo de nicotina, como los parches, chicles e inhaladores, pueden ayudar a reducir los síntomas de abstinencia y aumentar las probabilidades de éxito a largo plazo.

Además de buscar ayuda profesional, es importante desarrollar un plan personalizado para dejar de fumar y establecer metas realistas. Esto implica identificar las situaciones y factores desencadenantes que pueden dificultar resistir la tentación de fumar, así como encontrar alternativas saludables para hacer frente al estrés y las emociones difíciles. Además, según Grice & Segre, 2011, se debe considerar el impacto del tabaquismo en la microbiota de la piel, la boca y el intestino, lo cual puede afectar la salud general del individuo.

En conclusión, el tabaquismo ejerce un impacto devastador en la salud respiratoria y general, aumentando considerablemente el riesgo de desarrollar diversas enfermedades pulmonares y cánceres relacionados con el tabaco. No obstante, abandonar este hábito es posible con el apoyo adecuado y los recursos disponibles. Al tomar medidas para dejar de fumar, las personas pueden experimentar una mejora significativa en su salud respiratoria y disfrutar de una mejor calidad de vida a largo plazo. Se recomienda encarecidamente consultar con un médico para recibir orientación y apoyo adecuados durante el proceso de cesación tabáquica.

Consejos para dejar de fumar

Si has decidido dar el paso y abandonar el nocivo hábito de fumar, vas a llevar a cabo un proceso muy positivo para tu salud

Las cifras que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS) son una señal inequívoca de alarma: más de ocho millones de personas fallecen anualmente a causa del tabaco. De ellas, más de siete millones de defunciones se deben al consumo directo de este producto, mientras que 1,2 millones de fallecimientos son el resultado de la exposición de los no fumadores al humo ajeno.

Si has decidido dar el paso y abandonar el nocivo hábito de fumar, vas a llevar a cabo un proceso muy positivo para tu salud. No en vano, el tabaco es considerado un factor de riesgo relevante en diversas patologías, como son el cáncer de pulmón, el infarto agudo de miocardio o las embolias, entre otras muchas.

En paralelo, tomar esta decisión será de gran utilidad para todas aquellas personas que se encuentran en tu círculo cercano y no son fumadores. Gracias a tu cesación tabáquica, se disminuye el riesgo de que los fumadores pasivos sufran afecciones como la bronquitis o el asma.

Si quieres que el camino sea más sencillo y tu propósito se convierta en una victoria permanente, ten presente los siguientes aspectos:

  • Evitar entornos de predisposición al tabaco. Es muy frecuente que las personas fumadoras aumenten, de forma significativa, el consumo de tabaco en entornos sociales como terrazas de bares o lugares de ocio nocturno. Quizás sea más oportuno que disfrutes de tu tiempo libre en otros emplazamientos, como pueda ser un parque, la sierra o la playa.
  • Es hora de practicar algún deporte. Los expertos han descubierto que salir a rodar en bicicleta, correr, nadar o caminar tienen potencial para aliviar el deseo de fumar que se produce días después a la cesación tabáquica. Además, si apuestas por otros deportes como el pádel tendrás la ventaja de generar espacios de ocio y diversión con tus amigos y familiares, todo ello en un ambiente mucho más sano y beneficioso para tu organismo.
  • Bebe mucho líquido. Estar hidratado es una de las mejores estrategias para dejar de fumar. Ingiere un mínimo de 1,5 litros de agua al día, evitando en todo caso las bebidas alcohólicas, ya que generan el efecto inverso.
  • Estrategia cortoplacista. No pretendas ganar la guerra en una semana. Concéntrate en tu batalla diaria. “Hoy no fumo”, debes pensar. Cuando consigas ese reto un lunes, repítelo un martes. Si trabajas con la mente enfocada en el día a día es mucho más probable que logres tu objetivo.
  • “Por un cigarro no pasa nada…”. Quieres engañarte a ti mismo y a tu entorno, pero lo cierto es que sí pasa. Fumar es una conducta extremadamente tóxica y no debes permitirte pequeñas licencias si has decidido abandonar este hábito. La disciplina, la fuerza de voluntad y el deseo de mejorar tu salud deben ser tus mejores armas.
  • Apóyate en tu entorno y en los profesionales sanitarios. Tener un equipo que te apoye en esta nueva aventura será determinante. Rodéate de amigos y familiares que te animen en el proceso, y busca la orientación de un profesional sanitario para reforzar tu deseo de cambiar de vida.

El tabaco, el peor enemigo de tus dientes y encías

El daño que provoca el humo del tabaco en la salud bucodental va más allá del clásico y conocido efecto de la halitosis y las manchas en  los dientes.

Fumar es perjudicial para la salud y eso incluye a tus encías. Si fumas, tienes un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad gingival y, si la padeces, tendrás una mayor probabilidad de que sea más grave y difícil de tratar en comparación con los no fumadores. Cuanto más fumes y tiempo hace que fumas, mayores son los riesgos.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el tabaco debilita el sistema inmunitario, y esto hace que sea más difícil combatir una infección.

De hecho, subrayan que una persona fumadora tiene tres veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad gingival que uno no fumador.

Y no solo eso, tal y como señala la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), “las encías de los fumadores suelen presentar manchas oscuras, el incremento de la pigmentación gingival en pacientes fumadores se estima en el 21,5% y su intensidad se relaciona con el número de cigarrillos”. 

PERIODONTITIS EN FUMADORES

Pero, además, el tabaco enmascara la presencia de periodontitis, borrando los signos de la enfermedad. La SEPA advierte que los fumadores tienen menor sangrado, menos inflamación y la encía suele ser más gruesa y violácea.

Por eso, muchas veces las personas fumadoras no son conscientes de tener un problema de encías, debido a que el propio tabaco oculta los signos de esta enfermedad.

En condiciones normales, las personas con encías inflamadas suelen experimentar sangrado de las mismas durante el cepillado o de forma espontánea, lo que debe ser considerado un aviso para acudir al dentista.

Sin embargo, las personas que fuman suelen exhibir un menor sangrado de encías ante las mismas circunstancias. Esto no significa que tengan una afectación más leve, sino que el tabaco oculta esta inflamación. Ello es debido a que fumar reduce el número de vasos sanguíneos de la encía y, por consiguiente, el sangrado de la misma. Por ello, es fundamental estar alerta.

PREVENIR LA ENFERMEDAD GINGIVAL

Para evitar desarrollar y prevenir la enfermedad gingival, el Consejo General de Dentistas recomienda seguir unos sencillos consejos.

El primer paso es dejar de fumar. Incluso aquellas personas que ya padecen una enfermedad gingival grave, dejar de fumar marca una gran diferencia. Si necesitas otra buena razón para dejarlo, piensa que dejar de fumar hará que tus encías y tus dientes se mantengan sanos.

Eliminar la placa bacteriana con una buena rutina de cuidado oral también ayudará a mejorar la salud de tus encías. Cepillarse los dientes dos veces al día durante dos minutos, y asegurando que alcanzamos toda la superficie de todos los dientes, así como la utilización de un dentífrico con flúor y con algún componente antibacteriano en la cantidad correcta. También puedes reforzar la higiene con cepillos interproximales.

Y para los fumadores, es especialmente importante que lleven a cabo revisiones regulares  ya que un examen realizado por un profesional podría detectar los signos de la enfermedad gingival aunque estén enmascarados por el tabaco.

Tu dentista también puede aconsejarte qué hacer para evitar que la gingivitis empeore.

¿Qué debes saber sobre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)? Síntomas, causas y tratamiento

Es una enfermedad que se caracteriza por una reducción persistente del flujo del aire y entre los síntomas más frecuentes se encuentran la tos, la expectoración y la disnea

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, más conocida como EPOC, es una enfermedad que se caracteriza por una reducción persistente del flujo del aire. La principal causa de la EPOC es el tabaco, aunque según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, la exposición a distintos contaminantes aéreos, los factores genéticos y las infecciones respiratorias también juegan un papel fundamental en su aparición.

Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la tos, la expectoración y la disnea. A medida que avanza la enfermedad, los pequeños esfuerzos del día a día, como subir escalones, se hacen especialmente difíciles para aquellas personas que la padecen.

A su vez, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica subraya que otros síntomas en fases más avanzadas pueden incluir: sensación de agotamiento, falta de concentración y opresión en el pecho.

La EPOC suele aparecer a partir de los 35-40 años de edad y lo hace, por lo general, en personas expuestas a un tóxico inhalado durante varios años, como es el humo del tabaco.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Para diagnosticar la EPOC, el paciente debe someterse a una espirometría, una prueba sencilla y no invasiva que tiene como objetivo medir el volumen de la respiración, la  cual se ha efectuado con el máximo esfuerzo, y la rapidez con la que se espira el aire, destaca la Organización Mundial de la Salud.

De esta manera, la espirometría, al revelar una posible alteración, puede detectar la EPOC mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas, por lo que ayuda en el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de la enfermedad.

Aunque la EPOC no tiene cura definitiva, los síntomas de la enfermedad se pueden reducir mediante tratamiento farmacológico y rehabilitación pulmonar. También, hacer cambios en el estilo de vida, como dejar el hábito del tabaco, contribuye a retrasar la evolución de la enfermedad.

¿Qué dicen los científicos sobre el vapeo y los cigarrillos electrónicos?

El hecho de ser un hábito reciente hace que haya un conocimiento médico limitado de sus riesgos.

“Vapear” consiste en inhalar el vapor creado por un cigarrillo electrónico u otro dispositivo similar. Se trata de un término relativamente nuevo, ya que su uso se popularizó en los países occidentales hace menos de 10 años. Sin embargo, hoy en día, es muy común ver “vapeadores” en cualquier esquina o terraza rodeados de un denso humo blanquecino, en ocasiones, acompañado de aromas no siempre desagradables.

En los últimos meses, el “vapeo” ha sido objeto de debate. Por un lado, el Gobierno estadounidense se está planteando prohibir la venta de cigarrillos electrónicos de todos los sabores, excepto del tabaco. Por otro lado, en España, el Ministerio de Sanidad valora incorporar el vapeo a las prohibiciones de la Ley Antitabaco.

No es inocuo

La corta trayectoria de los cigarrillos electrónicos (si la comparamos con la del tabaco) provoca que haya un limitado conocimiento médico sobre los riesgos concretos que pueden tener para la salud. De ahí que haya defensores y detractores del “vapeo” que se reafirman en sus posturas con la misma intensidad.

Sus defensores valoran su utilidad a la hora de dejar de fumar. Existe, incluso, una Plataforma MOVE que apoyan médicos, científicos y profesionales de la salud de todo el mundo. Por su parte, sus detractores aseguran que los cigarrillos electrónicos no son completamente inocuos e incluso pueden fomentar la adicción al tabaco y están avalados por diversas sociedades científicas y médicas.

En este sentido, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha realizado una declaración sobre la eficacia, seguridad y regulación de los cigarrillos electrónicos:

  • Los cigarrillos electrónicos vaporizan un líquido compuesto por una mezcla de sustancias químicas. Al inhalarlas, se depositan en los pulmones.
  • Esas sustancias químicas suelen ser propilenglicol, glicerina y nicotina (esta última no siempre). Las dos primeras son inocuas cuando se utilizan por vía oral, pero no está demostrado que lo sean si se inhalan.
  • El vapor que liberan los cigarrillos electrónicos contiene una serie de sustancias (formaldehído, acetaldehído, acroleínas y metales como níquel) declaradas carcinogénicas por la International Agency for Research on Cancer, sin determinar un umbral de seguridad para su consumo. Además, algunas de estas sustancias tienen capacidad para dañar el intersticio pulmonar.
  • El vapor que producen los cigarrillos electrónicos contiene unas partículas del tipo PM2,5 que pueden ser perjudiciales para los consumidores activos de estos dispositivos y también para los pasivos.
  • Los estudios que han concluido que los cigarrillos electrónicos (tanto los que contienen nicotina como los que no) pueden ayudar a controlar los síntomas del síndrome de abstinencia, tienen deficiencias metodológicas y las muestras de sujetos son muy pequeñas.
  • Ocurre lo mismo con los estudios clínicos que evalúan la eficacia y la seguridad de uso de los CE como tratamiento para ayudar a los fumadores a dejar de serlo o para ayudarles a reducir el número de cigarrillos que consumen.

En este sentido, para la SEPAR los cigarrillos electrónicos deberían regularse como medicamentos con un triple objetivo: controlar su consumo, vigilar el cumplimiento de estándares de calidad a la hora de producirlos y distribuirlos y poner en marcha estudios clínicos amplios y de calidad que eviten las deficiencias de las investigaciones actuales sobre los cigarrillos electrónicos.

Además, la SEPAR recuerda que, en caso de querer dejar de fumar, lo más conveniente es acercarse a un profesional de la salud. Te acompañará en el proceso y te prescribirá tratamientos cuya eficacia y seguridad sí está demostrada.

Efectos del tabaco en los fumadores pasivos

El tabaco es una amenaza para la salud de los fumadores y de los que están cerca.

El tabaquismo se ha convertido en la segunda causa de muerte en el mundo, tras la hipertensión. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año fallecen más de 7 millones de personas por culpa del tabaco,  de los cuales unos 900.000 son fumadores pasivos o personas expuestas al humo ajeno.

De las 4.000 sustancias químicas conocidas en el humo del tabaco, unas 250 son nocivas y más de 50 cancerígenas para las personas. Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco (31 de mayo) repasamos los efectos del humo de los cigarrillos sobre la salud de los fumadores pasivos.

Consecuencias para el fumador pasivo

1. Humo más dañino: según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), el humo que expulsa un fumador por la boca es más dañino que el que inhala, ya que contiene concentraciones más altas de sustancias perjudiciales.

2. Riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias: el tabaquismo pasivo es también una de las causas más graves de enfermedades cardiovasculares y respiratorias (cardiopatía coronaria y cáncer de pulmón).

3. Invisible pero perjudicial: en espacios cerrados, el humo es inhalado por todos. A pesar de ser invisible e inodoro, puede permanecer en el aire hasta 5 horas. Solo un ambiente libre de humo es garantía de que no hay exposición.

4. Peligro en embarazo: la exposición al humo de los cigarrillos en el embarazo puede llevar a una disminución del crecimiento de los pulmones y a un deterioro de su función. Las fumadoras pasivas embarazadas tienen mayor riesgo de tener bebés prematuros, con muy bajo peso.

5. Nocivo en niños: en niños pequeños, el humo del tabaco puede agravar el riesgo de asma, neumonía y bronquitis, además de tener mayor riesgo de sufrir infecciones en las vías respiratorias. Los jóvenes expuestos en casa tienen 2 veces más probabilidades de empezar a fumar.

Si eres fumador pasivo, defiende tus derechos y pide que no fumen delante de ti. Si eres fumador activo, acuérdate de las personas que más quieres y que están a tu lado. Decide y da el paso: dejar de fumar es posible. ¡Ánimo!

Efectos de los cigarrillos electrónicos

Para muchos son una alternativa para dejar de fumar. Pero, ¿son tan sanos como dicen?

El cigarrillo electrónico es un aparato, creado en China en 2003, que usa una pequeña batería para calentar una solución líquida y convertirla en vapor. El líquido del cartucho contiene propilenglicol, glicerina y/o nicotina, además de saborizantes (menta, canela, fruta) y otros aromatizantes.

Sin embargo, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, no ha sido demostrada la inocuidad de estas sustancias cuando son empleadas por vía inhalada. Igualmente, el vapor que expulsan puede ser un riesgo para la salud en fumadores pasivos.

Aunque estos pitillos electrónicos se comercializan como una alternativa para dejar de fumar, no existen evidencias concluyentes que apoyen su uso como herramienta efectiva para abandonar el mal hábito, tal y como recoge la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

¿Cómo afecta la nicotina líquida?

La nicotina líquida es una extracción química de la nicotina pura que está presente en el tabaco, pero que está mezclada con otros elementos químicos para ofrecer un sabor más agradable.  Casi todas los fabricantes incluyen nicotina en los cigarrillos electrónicos en diferentes concentraciones, que oscilan entre 0 y 36 mg/ml.

A pesar de ser bajas proporciones y de presentarse en formato líquido, los efectos de esta nicotina en el organismo son parecidos a los de la nicotina del tabaco tradicional. Es decir, puede causar bronquitis crónica, infecciones respiratorias, adicción (tabaquismo), enfermedades cardiovasculares e, incluso, cáncer de pulmón. Además, los efectos adversos que pueden desarrollarse no dependen exclusivamente de la nicotina, sino de la mezla con otras sustancias que contiene.

Por estos motivos, la comunidad sanitaria pide mayor regulación en este ámbito y sugiere que estos aparatos electrónicos se administren únicamente bajo la prescripción de un médico.

El tabaco, incompatible con el deporte

Si realizas ejercicio físico, el tabaco no puede formar parte de tu vida

De las más de 7000 sustancias químicas que contiene el tabaco, casi 250 son perjudiciales para tu salud, y de esas más de 60 son cancerígenas.

Con motivo de la Semana Europea del Cáncer de Pulmón (del 10 al 17 de septiembre), hoy repasamos los daños que produce este mal hábito y las terribles consecuencias que conlleva.

Riesgos de fumar para la salud

1. Cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer como cáncer de esófago, de garganta o de lengua.

2. Problemas a nivel pulmonar como por ejemplo enfisema pulmonar, EPOC, bronquitis crónica, asma, y mayor riesgo de sufrir cualquier infección tipo neumonía.

3. Gingivitis o periodontitis por inflamación de la mucosa bucal. Además, de problemas en las encías y en la dentina de las piezas dentales y oscurecimiento de los dientes.

4. Problemas circulatorios tales como varices y arterioesclerosis.

5. Problemas cardíacos, porque el corazón debe realizar más trabajo y se produce taquicardia, la tensión arterial se eleva y hay mayor riesgo de infartos.

6. En embarazadas pueden aparecer problemas de placenta y aumenta la posibilidad partos prematuros, de bebés que nazcan con bajo peso y sufran muerte súbita durante la lactancia.

7. Problemas oculares de irritación u obstrucciones lacrimales por el humo en los ojos y la inflamación de las mucosas.

8. Coloración amarillenta en las yemas de los dedos y en las uñas de las manos.

El deporte no sana el fumar

Si crees que haciendo algo de ejercicio puedes solventar los efectos negativos del tabaco, sin dejar de fumar, estás equivocado.

La práctica de cualquier deporte necesita de una preparación progresiva, más si tu condición física no es la idónea. No hagas un maratón sin haber entrenado y menos si eres fumador mayor de 35 años. Revisa antes tu estado de salud, hazte una analítica, tómate la tensión o realiza una prueba de esfuerzo.

La nicotina provoca una respuesta simpática que aumenta la tensión arterial, la frecuencia cardíaca y contrae los vasos sanguíneos. Además, aumenta la liberación de noradrenalina y adrenalina, y aumenta también la frecuencia respiratoria.

Los cambios cardiovasculares que produce la actividad física, unidos a la nicotina y el alquitrán del tabaco, conducen a una pérdida de oxigenación en los tejidos, por un deterioro del flujo sanguíneo, por la vasoconstricción.

La sangre con el tabaco se vuelve más densa, y durante el ejercicio en el momento de mayor demanda la circulación será más lenta y con mayor posibilidad de aparición de trombos.

Aprovecha y replantéate dejar de fumar. Ponte una fecha en el calendario, pide ayuda y empieza a vivir una vida más sana.

Cómo se recupera tu cuerpo al dejar de fumar

Te contamos la cronología de los cambios que se producen en tu organismo

Con motivo de la celebración del Día Mundial Sin Tabaco (31 de mayo), que tiene como objetivo poner de relieve los riesgos asociados con el tabaquismo para la salud, desde Oximesa nos gustaría recordarte los beneficios de dejar de fumar.

Fases por las que se pasa cuando se abandona el tabaco

Nada más abandonar este mal hábito el cuerpo empieza a experimentar cambios, que se traducirán en ventajas significativas a la larga para el bienestar de la persona.

En ocho horas: la oxigenación vuelve a ser normal y el monóxido de carbono se reduce a la mitad.

En un día: bastan solo 24 horas para que se reduzca considerablemente la mucosidad acumulada.

En dos días: se siente cómo mejora el aliento y cómo se recupera el sentido del gusto. Sin embargo, uno puede notar un poco de ansiedad.

En tres días: uno se siente más enérgico, ya que los bronquios pueden trabajar de forma óptima. Se habrá eliminado el 90% de la nicotina del cuerpo a través de la orina. Pero, quizás, la irritabilidad y las ganas de fumar sean elevadas.

En dos semanas: la circulación mejora notablemente, de manera que puede practicarse deporte on mayor rendimiento. En esta fase se tienen menos de dos episodios al día con ganas irrefrenables de fumar y se es capaz de controlarlo.

En dos meses: la resistencia a la insulina desaparece. Y es posible que se haya podido aumentar ligeramente de peso. Pero ya no se siente tanta ansiedad.

Entre el tercer y el noveno mes: la tos desaparece y los pitidos apenas son audibles. Los cilios (orgánulos similares a cabellos que extraen residuos de las vías respiratorias ) se habrán regenerado y ya no se sufren tantas infecciones de vías altas.

Un año sin fumar: el riesgo de sufrir un paro cardíaco se habrá reducido a la mitad.

En 10 años: en una década la posibilidad de sufrir cáncer de pulmón disminuye a la mitad que la de un fumador habitual.

En 15 años: los pulmones estarán completamente restablecidos y el riesgo de paro cardíaco será igual que el de un no-fumador.

Es posible que necesites pedir ayuda para lograrlo. Hazlo, no estás solo.

¿Cuáles son los riesgos de las enfermedades respiratorias?

Descubre qué elementos son perjudiciales para tu salud en general y la de tus pulmones.

La mayoría de enfermedades respiratorias, como EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o apnea de sueño, pueden prevenirse. Y es que los factores que pueden llevar a su aparición están relacionados con hábitos de vida poco saludables.

El tabaco, el consumo de alcohol, la obesidad y una alimentación inadecuada son las principales causas del desarrollo de estas patologías crónicas, cuyos síntomas suelen manifestarse sobre todo a partir de los 40 años.

Según la Organización Mundial de la Salud  en múltiples ocasiones las enfermedades respiratorias no son diagnosticadas, y, sin embargo, rebajan notablemente la calidad de vida de quienes las sufren. Conocer los factores de riesgo que pueden favorecer su aparición y empeorar su estado nos reportará mayor bienestar y tranquilidad.

Factores de riesgo para recordar

  1. Tabaco

La principal causa de la aparición de la EPOC es fumar o respirar humo de tabaco (fumadores activos y pasivos), ya que cuando se fuma la irritación de las vías respiratorias se mantiene durante mucho tiempo. Resulta más difícil mover el aire de los pulmones, además, las glándulas mucosas producen un exceso de moco que se acumula, favoreciendo el crecimiento de bacterias y el desarrollo de infecciones.

Así, el tabaco también incremente la apnea del sueño y produce un descanso nocturno más superficial y con interrupciones. Abandonar el tabaco es la única medida eficaz para frenar la progresión de estas dolencias.

  1. Inhalar sustancias irritantes

La inhalación de ciertas sustancias que irritan los pulmones, como humos, algunos tipos de polvo y los vapores de productos químicos aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. Protégete de sprays, pinturas y disolventes, polvo, gases y contaminación del tráfico, pelos de animales domésticos, insecticidas, lacas, ambientadores y perfumes fuertes.

Del mismo modo, la contaminación de interiores mal ventilados (por ejemplo, del uso de combustibles sólidos en la cocina y la calefacción en hogares) pueden ser elementos desencadenantes.

  1. Obesidad

El sobrepeso empeora el pronóstico de pacientes con enfermedades broncopulmonares, ya que altera el aparato respiratorio. La obesidad afecta a los aspectos mecánicos de la respiración, a la fuerza y la resistencia de los músculos, a la capacidad de oxigenación y de ejercicio.

Está demostrado que los pacientes con EPOC o el síndrome de apnea del sueño tienen mayor riesgo de padecer algún trastorno cardiovascular, e incluso, de muerte prematura.

De ahí la importancia de llevar una alimentación equilibrada, que ayude a mantener un peso adecuado: haz 5 comidas al día ligeras, bebe 1,5 litro mínimo de agua al día y consume verduras, frutas y cereales integrales para prevenir el estreñimiento.

  1. Alcohol

Beber alcohol en exceso resulta muy perjudicial para diferentes partes del organismo, hígado, corazón, sistema nervioso y también para los pulmones, ya que reduce las defensas y empeora la función respiratoria. Siempre que no esté contraindicado, puedes tomar un vaso de vino o cerveza durante las comidas pero, sobre todo, evita tomarlo por la noche.

  1. Estrés

La falta de aire o disnea puede ocasionar en muchas ocasiones ansiedad. La respiración se hace entonces más rápida y pueden aparecer otros síntomas como palpitaciones, opresión, náuseas, sudoración y mareo.

Aprender a controlar la tensión y los ataques de pánico ayuda a seguir con las actividades diarias y a sentirse seguro. Para ello, planifica tus tareas diarias, deja tiempo para realizar tareas agradables y practica técnicas de relajación.

  1. Cambios de temperatura

El frío y los cambios de temperatura pueden ser un problema para las personas con enfermedades respiratorias. Aconsejan mantener todas las habitaciones de casa a la misma temperatura. Asimismo, coloca recipientes con agua en varios puntos del hogar o humificadores para impedir que el ambiente sea excesivamente seco.

  1. Higiene de sueño

Dormir boca arriba puede dificultar la respiración durante la noche, es preferible adoptar una postura un poco incorporada o de medio lado, colocando varias almohadas debajo de la cabeza. Es igualmente importante mantener unos horarios razonables para ir a dormir y no realizar tareas, como leer o ver la televisión, en la cama, ya que pueden perjudicar a una correcta higiene de sueño.

Como ves, para prevenir y mejorar los trastornos respiratorios es importante adoptar hábitos saludables como una dieta apropiada, ejercicio físico diario y abandonar el tabaco y el alcohol.

"Para asegurarte una buena salud: come lo necesario, respira profundamente, vive con moderación, cultiva la alegría e interésate por la vida" - William Londen.

Razones para dejar de fumar

Quizás ya conoces las desventajas del tabaco, pero nunca no está de más recordarlas.

El tabaco es una de las mayores amenazas para la salud de la población en todo el mundo. Mata a más de 7 millones de personas al año (la mitad de sus consumidores), de las cuales más de 6 millones son fumadores directos y alrededor de 890 000 son fumadores pasivos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, pocos son los que comprenden los riesgos específicos para la salud que entraña el tabaco. No obstante, la mayoría de los fumadores que conocen los peligros del tabaco desean dejarlo, algo que no siempre es fácil. El asesoramiento y la medicación son clave para que un fumador que desea romper esta relación tóxica lo logre.

Aunque la ley antitabaco haya ayudado a que cada vez sean menos los que enferman por fumar, España es el noveno país de la Europa de los 28 con mayor porcentaje de fumadores: 29% frente al 26% de la media europea.

Una de las herramientas que puede ayudar a quienes están intentando dejar este hábito tan dañino es contar con información acerca de cómo puede afectarles a su futuro, según la Fundación del Corazón. Los fumadores viven de media 10 años menos y al menos la mitad de ellos seguramente fallecerán por causas relacionadas con el tabaco.

¿Por qué abandonar el tabaco?

Las datos científicos demuestran que los fumadores tienen más posibilidades de sufrir las siguientes enfermedades que, además, empeorarán significativamente su calidad de vida:

1 – Cáncer de pulmón: el riesgo de que un fumador sufra cáncer de pulmón es 20 veces mayor en comparación a personas que no fuman ni se exponen al tabaco. De hecho, es la primera causa de muerte por cáncer en el mundo en hombres y está creciendo mucho entre las mujeres.

2- Tumores en boca, laringe y esófago:  ocho de cada diez de estos tumores guardan relación con el tabaquismo, por los carcinógenos del tabaco y el daño celular que produce su combustión.

3- Cánceres del tracto urinario: los casos de cáncer de vejiga y uréter son entre dos y cinco veces más comunes entre los fumadores, pues las sustancias nocivas del tabaco tienen que ser expulsadas por ese canal, creando una acumulación nociva de toxinas. Igualmente, la incidencia de otros tipos de cáncer (páncreas, hígado, colorrectal, mama) también es mucho mayor.

4 – Ictus e infarto de miocardio: el tabaco favorece la aparición de fenómenos trombóticos (se forman coágulos de sangre en vasos sanguíneos o en el corazón), reduce el colesterol bueno (HDL) y aumenta los niveles de colesterol malo. Eso hace que el riesgo de sufrir un ictus o un infarto de miocardio sea de dos a tres veces superior en fumadores.

5- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC): incluso en fumadores pasivos, el tabaco es el principal factor causal de la EPOC. Fumar ocasiona una lesión inflamatoria sobre las vías respiratorias que causa su deterioro y que acaba derivando en bronquitis crónica o enfisema pulmonar (se dilatan los alveolos o se destruyen sus paredes). Además, aparecen otros síntomas respiratorios como tos y mucosidad, que les hacen más vulnerables a sufrir resfriados y gripes.

6- Percibir menos oxigeno: fumando se pierde oxígeno en la sangre. El monóxido de carbono que se produce con cada cigarrillo se une a la hemoglobina que lleva el oxígeno y modifica el intercambio de gases a nivel alveolar, de modo que los músculos y células reciben menos oxígeno. Por eso, el deporte y el tabaco son incompatibles.

Por contra, empezar una nueva etapa más saludable, alejada del tabaco, puede reportarnos infinidad de beneficios para nuestro bienestar. En pocos meses notaremos cómo mejora la respiración, nos sentiremos menos cansados y con más energía, y recuperaremos el sentido del gusto y del olfato.

Si eres fumador y estás decidido a dejar el tabaco puedes acudir a tu médico de cabecera para que te ayude a conseguirlo.