Té Chai, la infusión especiada

Té Chai, la infusión especiada

Descubre el secreto de esta bebida milenaria de India, repleta de aromas y sabores exóticos

El Masala Chai o Té Chai es una bebida caliente, originaria del sur de la India, que se elabora con té negro y una mezcla de especias (canela, clavo, cardamomo, anís estrellado, jengibre y pimienta).

Esta infusión, con más de 4.000 años de antigüedad, nos brinda múltiples beneficios para el organismo y es, además, una alternativa sana al café, ya que despierta la mente, revitaliza el cuerpo y favorece el corazón.

Propiedades del Té Chai

1. Activa el sistema nervioso: la teína que contiene es un eficaz tónico cerebral que puede estimular el sistema nervioso e incrementar la concentración. Es ideal para tomar a la mañana, después de comer o a media tarde, pero no antes de dormir.

2. Favorece la digestión: el cardamomo, la pimienta y la canela son plantas digestivas que se han usado desde la antigüedad para la mejora del proceso digestivo y su capacidad para acelerar el metabolismo.

3. Beneficia el corazón: el té negro contiene catequinas y flavonoides, excelentes antioxidantes que ayudan al buen funcionamiento del sistema cardiovascular, impulsan la circulación sanguínea, previenen dolencias y retrasan el envejecimiento.

Contra el mal aliento: las especias son ricas en terpeno, un antiséptico presente también en cítricos, que elimina las bacterias responsables de la halitosis o mal aliento.

¿Cómo prepararlo?

La receta del Té Chai es rápida y sencilla de hacer. Sigue los pasos:

– Calentar un vaso y medio de agua.

– Mientras, prepara las especias: 1 rama de canela, 1 anís estrellado, 5 granos de pimienta negra, 4 clavos de olor, un tallo de jengibre fresco y 2 frutos de semillas de cardamomo.

– Cuando el agua rompa a hervir, añadir media taza de leche y las especias

– Tápalo y deja que repose 3 minutos

–  Espolvorea un poco de jengibre rallado antes de servir

La Fundación Española del Corazón considera que muchos de los efectos del té no están comprobados científicamente. Es por ello que no debe emplearse como una medicina ni como sustituto de tratamientos convencionales, sino como una posible ayuda complementaria.

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