Lo mejor es plantearse metas objetivas y realistas, y dejar a un lado aquellas que sabemos a ciencia cierta que no vamos a poder cumplir
El 2021 ya está aquí y con él, los propósitos que nos hacemos todos los años, pero que al final, dejamos sin cumplir.
Para que este año no suceda lo mismo y los propósitos no se queden simplemente en ‘’buenas intenciones’’, lo mejor es plantearse metas objetivas y realistas, y dejar a un lado aquellas que sabemos a ciencia cierta que no vamos a poder cumplir. Por ejemplo: si eres una persona que nunca ha hecho deporte, pero ahora se quiere iniciar en el mundo del running, no puedes pretender hacerte una maratón nada más empezar a practicarlo.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es escribir una lista con los propósitos y guardarla en un sitio donde la podamos ver de forma frecuente, ya que esto facilita que las promesas que nos hemos hecho estén siempre presentes.
También es fundamental concretar fechas para establecer dichos objetivos. Por ello, cada propósito debe estar definido en el tiempo, para ayudarnos a marcar las distintas etapas que permitirán llegar a todos ellos. Por ejemplo: si quieres hacer un máster, primero tienes que elegir cuál, luego ahorrar para pagarlo, apuntarte, dedicarle ciertas horas al día… Y cada una de estas etapas del proceso tiene que tener una duración determinada.
Asimismo, el apoyo emocional es necesario, por lo que es importante compartir las metas con nuestra gente de confianza, para que nos recuerden lo que queremos conseguir y nos animen a seguir adelante a pesar de las dificultades que se puedan presentar en el camino.
Por otro lado, registrar los progresos que vamos consiguiendo es un aliciente y una motivación para seguir luchando por aquellos objetivos que todavía nos quedan por cumplir. Y es que, además de exigirse, es importante felicitarse por las metas alcanzadas.
Por último, no rendirse a la primera de cambio es un punto imprescindible para conseguir los propósitos. Así que, si durante el proceso surgen problemas, deben buscarse soluciones y otras alternativas, pero no hay que abandonarlo y dejarlo a un lado.