Trastornos del sueño en niños

Se estima que entre el 25-30% de las consultas al pediatra están relacionadas con algún problema ligado al sueño

Los trastornos del sueño durante la infancia suponen un problema importante de salud pública. De hecho, se estima que entre el 25-30% de las consultas al pediatra están relacionadas con algún problema ligado al sueño.

Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, estos problemas presentan una tendencia familiar; es decir, los hijos de padres con hábitos de sueño irregulares tendrán más probabilidades de padecer problemas de sueño, somnolencia diurna o hábitos alimenticios irregulares.

Tal y como explican desde el Instituto del Sueño, las necesidades de sueño de los niños varían de uno a otro; no hay un patrón de sueño homogéneo. No obstante, si al niño le cuesta conciliar el sueño, mantenerlo a lo largo de la noche o se encuentra somnoliento durante el día, se debe sospechar de la existencia de un problema de sueño.

Así, un sueño inadecuado puede provocar somnolencia, cefalea, dificultad de atención y déficits cognitivos y conductuales que no solo afectan a la calidad de vida de los niños, sino también de sus familias.

TRASTORNOS DEL SUEÑO MÁS FRECUENTES

En este sentido, la parasomnias son los trastornos más frecuentes que se producen antes, durante o al final del sueño. Entre las más importantes destacan: el sonambulismo, los terrores nocturnos y los despertares confusionales.

  • El sonambulismo se da, por lo general, entre los 4 y 8 años, pero puede producirse a lo largo de toda la infancia y en la adolescencia. Se da en la primera parte de la noche; el niño se despierta y comienza a andar con normalidad y a reproducir acciones que suele hacer a lo largo del día.
  • Los terrores nocturnos aparecen en el primer ciclo del sueño y, según el Instituto del Sueño, se caracterizan porque el niño grita durante el sueño. Aunque pueda parecer que está despierto, no responde cuando se le habla.
  • Los despertares confusionales se producen a lo largo de la noche. Los niños hacen muecas, emiten sonidos, gritan y se mueven. Se despiertan de manera brusca y desorientados.

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