Esta disciplina física, mental y espiritual favorece el bienestar de todos, padres e hijos
El yoga es una práctica saludable, originaria de la India, que aporta numerosos beneficios para nuestro bienestar. La Organización de las Naciones Unidas añade, además, que puede contribuir de manera global a un equilibrio entre la mente y el cuerpo.
Esta disciplina, con más de 5.000 años de antigüedad, ayuda a aumentar la flexibilidad, eliminar contracturas y tensiones musculares, estimular el riego sanguíneo e incrementar la capacidad respiratoria. Asimismo, el yoga en familia contribuye a trabajar valores como el respeto y la escucha, y a reforzar el vínculo entre hijos y padres.
Posturas de yoga para padres e hijos
La mayoría de asanas o posturas de yoga se basan en elementos de la naturaleza (animales y plantas) y se repiten varias veces, por lo que ayuda a los niños a realizarlas con facilidad.
El Saludo al Sol: secuencia de movimientos que sirve para calentar y estirar el cuerpo.
El Árbol: de pie, elevar una pierna y apoyar la planta del pie sobre la parte interna del muslo. Unir las palmas de la manos sobre la cabeza y mantener el equilibrio unos segundos antes de cambiar el lado contrario.
El Gato: apoyar rodillas y manos en el suelo, arquear la espalda hacia abajo mientras se mira adelante. Luego curvar la columna hacia adentro y llevar la vista al ombligo.
La Vela: tumbarse en una colchoneta, elevar las piernas hacia el techo, ayudándose con las manos sobre los riñones.
Asimismo, el yoga consigue aumentar la confianza y la autoestima de los pequeños, así como contrarrestar los efectos estresantes de la vida diaria, ayudándoles a relajarse, recuperar su energía y escuchar su cuerpo.
"El yoga nos enseña a curar lo que no es necesario soportar, y a soportar lo que no se puede curar", B.K.S. Iyengar, maestro de yoga.