Dejar la mente libre nos reporta paz, creatividad y mayor salud general
Vivimos en un torbellino de estímulos constantes, respuestas inmediatas, conexión 24 horas y trabajo a pleno rendimiento. Sin embargo, no es por casualidad que cada día haya más casos de estrés, ansiedad y depresión. Psicólogos y neurólogos recomiendan echar el freno y dedicarnos momentos para no hacer nada.
La inactividad es la mejor manera de reencontrar la creatividad, ordenar las ideas y conocernos más a nosotros mismos. Asimismo, las técnicas de relajación pueden ser una herramienta útil para aliviar las tensiones acumuladas y apaciguar la mente.
Actualmente tenemos a nuestro alcance disciplinas como el yoga y el mindfulness, que nos ayudan a recuperar el control mental y hallar la serenidad interior. Este tiempo de desconexión mental, en realidad sirve para entrenar el cerebro. De esta manera, tras el reposo, el estímulo cerebral será mayor.
Por qué es bueno aburrirse
1. Paz interior: no hacer nada nos devuelve calma y nos ayuda a tener más conocimiento de nuestras reacciones antes de que se produzcan, y así poder evitarlas. Esta sensación de relajación favorece la autoconfianza y un mayor desapego por las cosas materiales.
2. No te culpes: no se debe identificar la valía personal con lo que hacemos. Creer que ser responsable es sinónimo de no tener cinco minutos libres o caer en la tiranía del ‘debería estar haciendo’ ensombrece nuestros ratos de ocio (tan necesarios).
3. Más creatividad: aburrirse es una oportunidad excelente para encontrar la creatividad y la reflexión y dejar que el pensamiento vuele libremente. Parar es ‘reparar’, es decir, fijarse en algo detenidamente, y sanar y arreglar.
4. Paradas necesarias: hay momentos en la vida que exigen de un parón (cuando los hijos se van de casa, cuando nos jubilamos, cuando termina una relación, si somos despedidos…). Es beneficioso tomarse un tiempo de reflexión, aunque muchos amigos nos recomienden acción.
5. El tiempo nunca es perdido: para los griegos clásicos, el tiempo libre se asociaba al estudio y al descanso, algo imprescindible para que el pensamiento se expanda sin límites y la inteligencia encuentre respuestas desde la quietud y la libertad.
6. Previene el estrés: reduce la ansiedad y los niveles de cortisol, nos ayuda a conocernos mejor y a tomar mejores decisiones. Soñar despierto es como un dibujo mental de nuestras metas y deseos, que se sustenta en el pensamiento creativo.
7. Data siestas: se le llama así a los breves momentos para la desconexión digital. No comas pegado al móvil, ni aproveches cualquier momento para conectarte. Los fines de semana olvídate de las redes sociales y disfruta del espacio exterior y del mundo real.
8. Pierde una hora: una buena medida para relajarnos es concederse una hora al día para no hacer nada y dejar que el cuerpo o la mente nos guíe. Intenta no planificar, hay que entrenar la incertidumbre.
"El talento se forma en la quietud, el carácter en el terremoto del mundo", Goethe.