Hábitos saludables a seguir durante las vacaciones de verano

Llevar una alimentación equilibrada y variada es una de las claves para disfrutar de un verano saludable

El verano es el momento perfecto del año para desconectar de la rutina, descansar y disfrutar del día a día con la familia y amigos, lo que conlleva que, en muchas ocasiones, rompamos con nuestros hábitos saludables.

Sin embargo, la época estival no tiene por qué estar ligada al abandono de estos hábitos, sino todo lo contrario, debemos disfrutar del tiempo libre que tenemos para profundizar en ellos y mejorar nuestra calidad de vida.

En este sentido, llevar una alimentación equilibrada y variada es una de las claves para disfrutar de un verano saludable. Para ello, hay que consumir, sobre todo, frutas y verduras, que nos aportan una gran cantidad de nutrientes, y evitar, en la medida de lo posible, los dulces o bebidas azucaradas.

También, aunque estemos de vacaciones, debemos intentar hacer entre 4 y 5 comidas al día, puesto que es más recomendable comer poca cantidad, pero más veces al día, que comer mucha cantidad en una sola comida.

Otro aspecto a tener en cuenta durante las vacaciones es el ejercicio físico, imprescindible para el buen funcionamiento del organismo. Lo recomendable es hacerlo 3 días a la semana, ya que, además de ayudarnos a regular el peso corporal y combatir los excesos de las comidas, tan frecuentes en esta época del año, mejora el estado de ánimo y disminuye el estrés.

Mantener el cuerpo hidratado es, de la misma manera, un punto clave. Para evitar la deshidratación es necesario beber entre 1,5 y 2litros de agua al día, aunque la cantidad puede variar un poco dependiendo de las necesidades del organismo o de la actividad física realizada a lo largo del día.También podemos hidratar el organismo con algunas infusiones digestivas de manzanilla, cardamomo o jengibre que, además de calmar el ardor y la acidez de estómago, serán un plus de hidratación.

La protección solar también es un punto clave a tener en cuenta en verano. Y es que, aunque el sol aporta muchos beneficios para la salud, puede provocar daños en la piel si no se toman las medidas oportunas. Por esta razón, hay que elegir un fotoprotector adecuado a cada tipo de piel, aplicarlo media hora antes de la exposición al sol y reaplicarlo cada dos horas, especialmente después del baño. Otra forma de protegerse del sol es mediante gafas, gorras o sombreros de ala ancha.

Por último, debemos seguir un patrón de sueño saludable e intentar levantarnos y acostarnos siempre a la misma hora, independientemente del lugar de vacaciones en el que estemos, ya que esto nos ayudará a conciliar el sueño y tener un descanso óptimo. Se recomienda que los niños duerman entre 9 y 12 horas; los jóvenes y adultos, entre 7 y 9 horas; y las personas mayores, 6 horas o más.

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