Se trata de una enfermedad cerebrovascular producida por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo en una parte del cerebro
El ictus es la segunda causa de mortalidad en España, siendo la primera entre las mujeres y la segunda en los hombres. Aunque todo el mundo puede sufrirlo, es más frecuente a partir de los 55 años y su riesgo aumenta con la edad. De hecho, según el estudio Previctus, recogido por la Federación Española de Ictus, se estima que más del 21% de la población mayor de 60 años de nuestro país, presenta un alto riesgo de sufrirlo en los próximos 10 años.
Pero, ¿qué es un ictus? Se trata de una enfermedad cerebrovascular producida por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo en una parte del cerebro, que conlleva a la destrucción de las neuronas afectadas.
Se distinguen dos tipos de ictus: isquémico y hemorrágico. El primero tiene una proporción aproximada del 80-85%, mientras que el segundo de 15-20%.
¿CÓMO DETECTARLO A TIEMPO?
La detección temprana del ictus es clave para una correcta evolución del paciente, por lo que conocer sus síntomas es primordial.
Según la Fundación Española del Corazón, existen cinco signos que ayudan a identificar si se está padeciendo un ictus: alteración repentina de la visión; dificultad en la capacidad de expresarse; dolor de cabeza muy intenso y repentino; problemas de desequilibrio o inestabilidad; y pérdida de la fuerza en alguna extremidad. Estos síntomas aparecen de forma brusca y, a veces, duran solo unos minutos, lo que se conoce como ‘’accidente isquémico transitorio”.
¿CÓMO ACTUAR ANTE UN ICTUS?
Si se sospecha que se está padeciendo un ictus, se debe actuar rápidamente y no esperar. Para ello, lo primero que hay que hacer es llamar al 112 y especificar los síntomas.
Mientras llega la asistencia sanitaria, desde la Organización de Consumidores y Usuarios destacan que es importante vigilar las constantes vitales de la persona que está padeciendo el ictus. Se aconseja aflojarle la ropa y dejar espacio a su alrededor.
También, a veces se administran medicamentos para disolver un posible trombo, sobre todo en las primeras horas de sufrir el ictus.
De igual forma, la rehabilitación posterior a un ictus es de especial relevancia para la recuperación.